LA FIESTA DEL 1º DE MAYO EN LA DEHESA DE LA VILLA (1918-1936)

Presentación
A lo largo
de su historia la Dehesa de la Villa ha sido escenario de las más variadas
actividades; entre otras, las jiras campestres que con motivo de la fiesta del
1º de Mayo, llevaban a cabo los obreros madrileños en los merenderos y zonas
verdes existentes en los alrededores de la capital. Por la tarde, tras la
manifestación obrera, se celebraba una jira campestre, típico acto de recreo
que se realizaba en casi todas las poblaciones siempre en algún lugar próximo
de belleza natural. Allí iban los trabajadores a esparcirse y recrearse,
realizando meriendas, organizando a veces conciertos de guitarra, concursos,
festivales y todo tipo de actos. Solían ser multitudinarias, con la
participación de miles de trabajadores.
El año 1894,
sin acuerdo previo, los panaderos que tenían familia resolvieron pasar la tarde
del Primero de Mayo en la Fuente de la Teja, y algunos grupos de operarios
internos les imitaron. Tan grata fue la jornada, que al año siguiente fue casi
todo el oficio el que pasó la tarde en la Fuente de la Teja o Pradera del
Corregidor. Aquel año hubo música, alquilándose un carro para llevar las
meriendas y el vino, el cual, a última hora, servía de tribuna para inflamadas
arengas.
En 1896-,
los panaderos invitaron a pasar la tarde en su compañía a los colegas de otros
oficios, y como aquello era bueno, al
año siguiente les imitaron otros grupos de obreros. Por fin, a partir de 1898 o
1899, la jira campestre entró en el programa del día, repartiéndose la gente
por la Pradera del Corregidor, Moncloa, Ventas, la ribera del Manzanares… y,
tras la I Guerra Mundial, la Dehesa de la Villa. A partir de 1931, la Dehesa
compartirá las celebraciones del Primero de Mayo con la Casa de Campo, tras la
entrega de esta finca a los madrileños por la II República.
Con
motivo de la situación que vivimos queremos recordar esta época, a menudo
desconocida para su vecinos pero persistente en la memoria de nuestros mayores.
Sirva este texto como homenaje al 1 de Mayo, el Día de los Trabajadores.
1918
"El Socialista", 1 de mayo de 1918
PRIMERO
DE MAYO DE 1918
Este es el cuarto Primero de Mayo que el
proletariado conmemora en plena guerra mundial. La inmensidad de la tragedia
horrible ha impedido que la Fiesta del Trabajo tuviera el carácter jubiloso que
en tiempos de paz ha tenido. Nadie tiene derecho al regocijo cuando los
hombres, nuestros hermanos, están cayendo a centenares de miles. Nadie tiene
derecho al regocijo cuando los tremendos trastornos económicos producidos por
la guerra, unidos a la torpeza y a la codiciosa actuación de los gobernantes
españoles, han atraído a una situación tristísima de miseria y dolor a nuestro
país.
El Primero
de Mayo actual se presta a graves pensamientos, a serias reflexiones. Para todos
los socialistas este día es el de la revisión del pasado y la previsión del
futuro. Una revisión inmediata tenemos los socialistas españoles: la del
movimiento soberbio de agosto, cuyas consecuencias están todavía pesando sobre
toda la vida nacional. Una previsión de futuro debemos tener constantemente
también ante nosotros, para poner todas las fuerzas de que podamos disponer -y
son muchas si las basamos sobre la más formidable, que es la voluntad-, en
hacer que un triunfo total de la democracia libre al país de todas sus
desdichas.
1919
"El Sol", 1 de mayo de 1919
EL
DÍA DE LOS TRABAJADORES
LA FIESTA OBRERA DEL PRIMERO DE MAYO
LA MANIFESTACIÓN DE HOY
Innovación interesante
La
manifestación que hoy se celebra recorrerá un itinerario diferente, en parte al
seguido en años anteriores.
En éstas se
formó en la plaza de Isabel II, teniendo como término la Casa del Pueblo, a uno
de cuyos balcones se asomaba Pablo Iglesias, que pronunciaba un discurso
glosando las reclamaciones que se presentaban al Poder público.
La
manifestación obrera de hoy se disolverá en la plaza de Castelar (Cibeles). En
ella se colocarán tres tribunas, desde las cuales hablarán, al mismo tiempo, un
representante de la Agrupación Socialista Madrileña, otro del Comité nacional
del partido y otro de la Unión General de Trabajadores. Estos oradores tendrán
limitado el tiempo, a fin de que terminen a la vez.
Esto se hace
con el objeto de que, hecho el silencio, ocupe una tribuna Pablo Iglesias, si,
como se espera, acude a la manifestación.
Las tribunas
se colocarán: Una, junto al edificio de Correos; otra, a la entrada de
Recoletos, y otra, a la entrada del Salón del Prado.
Desde la
primera dirigirá la palabra a los manifestantes Pablo Iglesias.
Tradicionalmente
se destaca de la manifestación una Comisión del partido socialista, que visita
al jefe del Gobierno, para hacerle entrega de las conclusiones que elevan al
mismo.
Orden de la manifestación
El orden de
la manifestación obrera de hoy es el siguiente:
Grupo 1.-
Irán al frente las banderas de las Agrupaciones de Madrid y Chamartín de la
Rosa y la del Grupo Femenino Socialista (…)
Grupo II.-
Banderas de Lavanderas y Planchadoras, Sastras, oficiales sastres La Razón del
Obrero (…)
Grupo III.-
Bandera de Zapateros (…)
Grupo IV.-
Banderas de Profesiones y Oficios varios, Carboneros y Socorros de ciegos (…)
Grupo V.-
Banderas del Arte de Imprimir y Repartidores de periódicos (…)
Grupo VI.-
Banderas de Camareros, Unión Ultramarina, Establecimientos de vinos y alcoholes
(…)
Grupo VII.-
Banderas de la Asociación General de Dependientes de Comercio, Dependientes de
sastrería, Dependientes de Pompas fúnebres (…)
Grupo VIII.-
Banderas de Constructores de coches, Cocheros, Federación Nacional Ferroviaria,
Sindicato de Madrid a Zaragoza y Alicante (…)
Grupo IX.-
Bandera de Albañiles (…)
Grupo X.-
Banderas de Obreros en hierro, Relojeros, Fumistas (…)
Grupo XI.-
Banderas de Moldeadores en hierro, Broncistas, Moldeadores en metal,
Constructores de camas (…)
Grupo XII.-
Banderas de Marmolistas, Canteros, Escultores, Decoradores (…)
Grupo XIII.-
Banderas de Gas y Electricidad, Estuquistas, Vidrieros, Fontaneros (…)
Grupo XIV.-
Banderas de Peones, Desmontistas, Tejeros (…)
Grupo XV.-
Banderas de Embaldosadores, Portlandistas, Pintores, Decoradores, Decoradores
en papel, Poceros (…)
Grupo XVI.-
Banderas de Carpinteros de taller, Pavimentadores en madera, Ebanistas (…)
Grupo XVII.-
Banderas de Carpinteros de armar, Aserradores a brazo, Aserradores mecánicos
(…)
Grupo
XVIII.- Banderas de Jardineros, Empedradores, Limpieza y riegos, Vigilancia
subterránea (…)
Grupo XIX.-
Bandera de Panaderos candelistas (…)
Grupo XX.-
Banderas de Panaderos de Viena, Pan Francés, Confiteros (…)
"El Liberal", 2 de
mayo de 1919
LA FIESTA DEL TRABAJO
LA MANIFESTACIÓN DE AYER.- INCIDENTES.-
TIROS Y PEDRADAS.-
EN MADRID
Cono
anunciábamos en nuestro número de ayer, la Manifestación del 1º de Mayo se
celebraba este año con un itinerario distinto al de las anteriores, pues
organizándose en la plaza de Isabel II, había de recorrer las calles del Arenal
y de Alcalá hasta la plaza de la Independencia, donde había de disolverse, en
vez de hacerse, como ha ocurrido otros años, en la Casa del Pueblo.
ORGANIZANDO LA MANIFESTACIÓN
Por los
carteles fijados en las esquinas, por la propaganda hecha y las instrucciones profusamente
repartidas, se veía el propósito de los elementos directivos de la Casa del
Pueblo de exteriorizar el crecimiento de las fuerzas del proletariado
militante, y habían puesto especialísimo interés en dar el mayor realce a la
Manifestación para testimoniar el avance de un proletariado en el camino de su
mejoramiento.
A las diez
de la mañana comenzaron a desembocar por las distintas calles afluentes a la
del Arenal grupos de obreros, conduciendo estandartes de las distintas
agrupaciones, colocándose en los sitios previamente designados, para lo cual
numerosos delegados con la insignia en el ojal, ponían toda su buena voluntad
en hacer cumplir las órdenes recibidas.
La
organización del cortejo se hizo difícilmente, porque este año el número de
manifestantes ha superado de manera considerable al de los que concurrieron a
todas las celebradas desde el año 1890, en que fue acordada la celebración de
este acto por el Congreso Socialista Internacional. (…)
PABLO IGLESIAS
La magna
tribuna fue ocupada después por Pablo Iglesias, quien dijo:
"Camaradas
y amigos: No he venido con la pretensión de hacer un discurso, sino con la de
confundirme con vosotros en esta magna Manifestación.
Podemos
enorgullecernos de la situación en que nos encontramos.
Cuando estalló
la guerra, y durante la guerra, se dijo que había fracasado el socialismo.
¡Hubiera
fracasado si esta Manifestación hubiera sido raquítica y pobre! ¡Hubiera
fracasado si no hubiéramos conseguido la jornada de ocho horas por la que
venimos trabajando desde el año de 1890!
¡Fracaso,
cuando la misma Conferencia de la paz ha fijado internacionalmente la jornada
legal!.
¡Ahí tenéis
el fracaso de Rusia, de Alemania y Hungría, donde está triunfando la clase
obrera!.
Veámoslo más
cerca. Si ese fracaso existiera, yo haría una pregunta a los adversarios que no
quieren penetrarse de la bondad de nuestras ideas!
¿Por qué
tiembla la burguesía?
Ya hemos
obtenido nuestros primeros pasos y nuestra tarea es ésta:
Afianzar lo
conquistado para redimir en plazo corto a la Humanidad y obtener rápidamente
otras conquistas, preparándonos para ocupar el Poder. ¡Adelante! ¡Adelante
hasta que veamos la ruina de los capitalistas y tremolar la bandera de nuestro
triunfo! Hay que avivar la inteligencia para hacernos dignos de regir los
destinos del mundo." (…)
LA JIRA OBRERA
Desde las
primeras horas de la tarde los terrenos de la Dehesa de la Villa se vieron
concurridísimos de familias obreras, que se disponían a consumir la mayor
cantidad posible de comestibles.
La
concurrencia de socialistas en aquellos terrenos fue extraordinaria.
A pesar de
ello, no ocurrió el más pequeño incidente.
La jira
terminó a las ocho de la noche.
"El Socialista", 2 de mayo de 1919
La jornada de ayer
Es el porvenir
No es
posible dar idea de la importancia del acto de ayer. Sólo contemplando las
fotografías que reproducen trozos del imponente cortejo se puede imaginar la
transcendencia de la manifestación del Primero de Mayo de 1919. (…)
El tranvía bolchevique
Al
disolverse la manifestación, varios millares de trabajadores rodearon a
Iglesias, aclamándoles, estrujándole, queriendo todos abrazarle y estrechar su
mano. El abuelo pudo, a fuerza de
esfuerzos, llegar a la calle de Claudio Coello, donde subió a un tranvía de la
línea Retiro-Argüelles.
El carruaje
fue asaltado por los manifestantes, que lo llenaron por completo. Encima del
coche, colgando de las ventanillas, iban un montón de muchachos que no cesaban
de dar vivas. En torno del tranvía formó una compacta manifestación. Delante,
obligando al conductor a llevar el coche despacio, púsose un grupo de
trabajadores, que marchaba cantando himnos socialistas.
En estas
condiciones hízose el recorrido de cerca de cuatro kilómetros que tiene la
línea. La multitud no cesó en sus aclamaciones hasta dejar a Iglesias en su
domicilio.
El tranvía,
que sufrió algunos desperfectos, fue engalanado con ejemplares de EL SOCIALISTA.
LA JIRA
En la Dehesa de la Villa
Por la tarde
acudió a la Dehesa de la Villa una enorme cantidad de familias, que pasaron
allí la tarde merendando.
La banda del
Asilo de la Paloma amenizó el acto, ejecutando un repertorio escogidísimo.
1920
"El Sol", 2 de mayo de 1920:
SOLEMNIDAD
OBRERA
LA FIESTA DEL TRABAJO EN ESPAÑA
EN
MADRID SE HACEN DISPAROS CONTRA LA MANIFESTACIÓN. - HERIDOS Y DETENIDOS. -
TRANVÍAS APEDREADOS. - OTROS INCIDENTES
LA MANIFESTACIÓN SE ORGANIZA
Desde las
ocho de la mañana comenzaron a llegar grupos a la plaza de Isabel II. La calle
del Arenal y todas las que a ella y a la referida plaza afluyen eran un
hormiguero de obreros, artesanos y mujeres del pueblo.
A las nueve
y media de la mañana era imposible avanzar por la calle del Arenal en dirección
a la plaza de Isabel II.
La primera
bandera de la manifestación era la de la Agrupación Socialista obrera de
Madrid; detrás de ésta figuraba la de la Agrupación de mujeres socialistas.
La
presidencia de la manifestación estaba formada Pablo Iglesias, Besteiro,
Prieto, Largo Caballero, García Cortés, López Baeza, Cordero, Araquistain,
Gómez Latorre, Gálvez, Rodríguez de Julián, Cecilio, Regúlez, Torres, Álvarez,
Carretero, Hernández, Arroyo y Dámaso Gutiérrez.
También
formaban parte de la presidencia las señoras Virginia González, Carolina
Estébanez y la viuda del poeta socialista Álvaro Ortiz.
Al llegar
Pablo Iglesias, los que se hallaban más próximos rompieron en una formidable
ovación y vivas al "abuelo". Los aplausos corrieron a lo largo
de aquella masa humana hasta la plaza de Santo Domingo, donde estaban las
últimas banderas.
A las diez
en punto fueron disparados varios cohetes. Era la señal convenida para el
comienzo de la manifestación. Esta se puso en marcha con grandes dificultades,
pues millares de personas esperaban su paso para incorporarse a ella.
ASOCIACIONES QUE HAN ASISTIDO
Además de la
Agrupación socialista y la de Mujeres del partido, han asistido a la
manifestación las siguientes:
Agrupación de
Chamartín de la Rosa, Banderas de Lavanderas y Planchadoras, Sastras, Oficiales
sastres La Razón del Obrero, Modistas, Obreras en sobres, Gorreras, Escogedoras
de trapos, Obreros y obreras en cajas de cartón, Obreras de lámparas de
filamento metálico, Zapateros, Constructores de calzado y guarnecedoras,
Federación de zapateros, Curtidores, Obreros en artículos de viaje, Obreros en
artículos de piel, banderas de profesiones y oficios varios, Socorros de
Ciegos, Sombrereros y Planchadores, Unión de Sombrereros, Auxiliares de
Farmacia, Obreros de la Fábrica de Tabacos, Escuelas laicas, Arte del Postizo,
Mutualidad Obrera, Profesores racionalistas, Sindicato de profesiones
liberales, Vendedores ambulantes, Peleteros, Colchoneros, Tapiceros,
Constructores de objetos de mimbre, Rama de juguetería, Cooperativa de casas
baratas, Cordoneros, Obreros en objetos de caucho, Dependientes de
espectáculos.
Banderas del
Arte de Imprimir y Repartidores de periódicos.- Arte de Imprimir, Federación
Gráfica Española, Socorros de la Imprenta, Sindicato de Periodistas,
Encuadernadores, Repartidores de periódicos (…)
Banderas de
Camareros, Sindicato de la Alimentación, Unión ultramarina, Vinos y licores,
Carboneros.- Camareros, Federación de camareros, Unión del Arte Culinario, Vinos
y licores (…)
Banderas de
la Asociación General de Dependientes de Comercio, Dependientes de Sastrería,
Dependientes de Pompas fúnebres.- Asociación de Dependientes de Comercio (…)
Banderas de
Constructores de Carruajes, Cocheros, Federación Nacional Ferroviaria,
Sindicato de M.Z.A., Constructores de Carruajes, Constructores de Carros,
Herradores, Esquiladores (…)
Bandera de
Albañiles.- Albañiles, Federación de Albañiles.
Bandera de
Obreros en Hierro, Moldeadores en Metal, Cameros, Calefacción y ascensores.-
Obreros en Hierro (…)
Banderas de
relojeros y Fumistas, Relojeros, Joyeros, Plateros, Fumistas, Engastadores.
Banderas de
Canteros Marmolistas, Escultores decoradores.- Canteros, Marmolistas,
Escultores decoradores, Escultores de ornamentación, Federación de Canteros y
Marmolistas.
Banderas de
Gas y Electricidad, Estuquistas, Vidrieros y Fontaneros.- Estuquistas,
Barnizadores de Estuco (…)
Banderas de
Peones, Desmontistas, Tejeros.- Peones en general (…)
Banderas de
Embaldosadores, Portlandistas, Pintores, Decoradores en Papel, Poceros.-
Embaldosadores (…)
Banderas de
Carpinteros de Taller, Pavimentadores en Madera, Ebanistas.- Carpinteros de
Taller (…)
Banderas de
Carpinteros de armar, Aserradores a brazo, Aserradores mecánicos.- Carpinteros
de armar, Aserradores a brazo, Aserradores mecánicos.
Banderas de
Empedradores, Limpieza y Riegos.- Empedradores, Jardineros, Limpieza y Riegos,
Fontaneros municipales, Unión de Obreros municipales, Peones Camineros,
Machacadoores de Piedra.
Banderas de
Panaderos Candelistas de Viena, Francés, Confiteros, Molineros.- Pan Francés,
Pan Candeal, Viena, Nuevo Gluten, Repartidores de pan, Confiteros y similares,
Montepío de Panaderos, Obreros de las fábricas de Harina.
EN MARCHA
En las
aceras había gran número de trabajadores, que al paso de la presidencia
aplaudían y se incorporaban después a sus respectivas Sociedades.
Esto hizo
que el paso por la calle del Arenal fuera muy lento, hasta el punto de que la
bandera del partido socialista, que, como decimos, iba a la cabeza, no llegó a
la Puerta del Sol hasta las once de la mañana.
En las
farolas había encaramados gran número de jóvenes.
El aspecto
de la Puerta del Sol era imponente.
Los
manifestantes entonaban "La Internacional" y otros cantos
revolucionarios, que eran acogidos con formidables ovaciones.
¿TIROS DESDE UN BALCÓN? - LOS MANIFESTANTES
RESPONDEN
Al pasar la
bandera de la Sociedad de panaderos frente al número 25 de la calle del Arenal,
se oyeron varias detonaciones.
Según los
manifestantes, se trataba de algunos disparos hechos desde un balcón de una
casa de viajeros que hay en la citada finca.
Se produjo
enorme revuelo. Corrieron miles de personas por las calles que afluyen a la del
Arenal.
Se cerraron
todas las puertas. Hubo gritos, caídas y atropellos.
Algunos
manifestantes sacaron pistolas y revólveres e hicieron fuego sobre el balcón
desde el cual, según creían, habían sido hechos los disparos.
Una de las
balas rompió un cristal de las vidrieras del mismo.
Acudieron
algunos guardias y subieron a la casa de huéspedes y practicaron una detención.
OTRO INCIDENTE
Al entrar el
Grupo femenino en la calle de Alcalá se originó una nueva alarma, producida por
la intentada detención de uno de los manifestantes, que cantaba algo
pecaminoso.
La gente que
integraba la Agrupación socialista corrió hacia el lugar del incidente, y hubo
alguna confusión. Esta duró poco tiempo.
La detención
no fue consumada, y se restableció la calma.
LA MANIFESTACIÓN SE DISUELVE
A las doce y
media de la mañana llegaba la primera bandera a la Casa del Pueblo.
Era
dificilísimo avanzar en la calle del Piamonte, excesivamente estrecha para
estos actos.
A uno de los
balcones de la Casa del Pueblo que dan a la calle antes citada se asomó Largo
Caballero y pronunció las siguientes palabras:
"Trabajadores:
La manifestación de este año ha superado en número y en importancia a las de
los años anteriores.
Con ella
comenzamos una nueva era, la de la conquista del Poder por la clase
trabajadora. Ya no pedimos horas de jornada: pedimos y conquistaremos el Poder.
Queremos la
socialización de los medios de producción; para conseguirlo, yo os aconsejo a
todos la unión.
Frente a la
burguesía, que aumenta la Guardia civil y su ejército, formará el ejército rojo
del proletariado."
Este
discurso fue recibido por la multitud con grandes aplausos.
A los lejos
se oían los cánticos de los manifestantes que aún avanzaban por la calle del
Barquillo hacia la Casa social.
HABLA BESTEIRO
El diputado
socialista Sr. Besteiro fue acogido con una ovación que duró varios minutos.
"Pablo
Iglesias -dijo- no puede dirigiros la palabra por su delicado estado de salud,
y haciendo un grande sacrificio, ha podido acudir al acto para unirse a los
trabajadores de Madrid.
Hoy es un
día de enorme emoción, porque estos momentos son solemnes en todos los pueblos
de Europa para todos los hombres que tienen conciencia socialista.
Aunque los
trabajadores escriban en su bandera las palabras "Paz y humildad", no
es posible sustraerse a las convulsiones y a las violencias, porque sin ellas
es imposible la consecución del ideal social.
No somos
nosotros -añadió- los que determinamos o elegimos estos procedimientos, sino el
capitalismo, que nos provoca, y está perturbando la paz del género humano.
La
lamentable situación de España dimana especialmente de la incultura y el atraso
de las clases dominantes, y de un caciquismo brutal, propio de la Edad Media.
Entre el
obrero y sus explotadores, la lucha tiene que ser, desgraciadamente,
sangrienta, aunque nosotros la ennoblecemos y actuamos siempre con la frente
alta.
Los
trabajadores pueden contar con el esfuerzo del socialismo para redimir a la
patria. Si no bastara, acudiremos a la Internacional, por la que ha quedado
escrita la socialización de la producción universal para respetar el derecho a
la vida que tiene el humilde, cuya explotación debe cesar"
Una gran
ovación puso fin al discurso del Sr. Besteiro, y los manifestantes abandonaron
las cercanías de la Casa del Pueblo entonando "La Internacional" y
"La Marsellesa".
El desfile
de obreros por su edificio social duró más de una hora, por los miles de
trabajadores allí congregados.
LAS PETICIONES
Bajo sobre
fueron remitidas a la Presidencia del Consejo las peticiones que los
manifestantes formulan.
Restablecimiento
de las garantías.
Cumplimiento
de las leyes obreras.
Abaratamiento
de las subsistencias.
Disminución
de un 50 por 100 en el efectivo del Ejército.
Acción
contra el terror blanco en Hungría.
Reconocimiento
oficial del Gobierno de los Soviets.
LAS PRECAUCIONES
Estas fueron
mucho y muy visibles.
En las
bocacalles había retenes de guardias de Seguridad a caballo, con tercerolas.
En los
centros oficiales que están en el trayecto que la manifestación ha recorrido,
había también fuertes retenes de Guardia civil.
EN LA DEHESA DE LA VILLA
Desde la una
de la tarde comenzaron a llegar numerosas familias obreras con sus comidas para
pasar el resto del día en aquellos pinares.
A las cuatro
era grande la animación, lo mismo en los numerosos merenderos que hay en la
Dehesa de la Villa, como en el resto del pinar.
Durante toda
la tarde reinó gran alegría.
No ocurrió
incidente ninguno digno de mención.
Varias
parejas de la Guardia civil de a pie y a caballo eran las encargadas de guardar
el orden, que, afortunadamente, no se alteró.
1921
"El Socialista", 29 de abril de 1921
CONVOCATORIA
El domingo,
1 de mayo, se celebrará la acostumbrada Manifestación que, partiendo de la
Plaza de Isabel II, recorrerá las calles del Arenal, Puerta del Sol, Alcalá,
Barquillo y Piamonte, donde se disolverá.
Por la tarde
se verificará una jira fraternal en la Dehesa de la Villa.
¡Trabajadores,
a la Manifestación!
"El Sol", 3 de mayo de 1921:
LA FIESTA DE LOS OBREROS HA CARECIDO DE RELIEVE
SU
CARACTERÍSTICA HA SIDO LA DESANIMACIÓN
EN MADRID
Antes de las
diez de la mañana comenzaron a acudir el domingo a la plaza de Isabel II las
banderas de las Sociedades obreras de la Unión General de Trabajadores y
numerosos grupos de obreros de ambos sexos, que se agrupaban alrededor de sus
estandartes.
A las diez
se dispararon tres cohetes, que era la señal para que se pusiera en marcha la
manifestación.
Al frente de
ella iban los individuos pertenecientes al Comité del partido socialista y a la
Directiva de la Casa del Pueblo.
La
manifestación recorrió con perfecto orden las calles del Arenal, Puerta del
Sol, Alcalá, Barquillo y Piamonte, llegando a las doce a la Casa del Pueblo.
El número de
obreros que asistió al acto fue algo menor que en años anteriores, y el trayecto
lo recorrieron con mayor rapidez.
Las
precauciones adoptadas fueron extraordinarias. Guardias de Orden público de a
pie y a caballo, con tercerolas, estaban estacionadas de trecho en trecho a lo
largo del trayecto. Este lujo de fuerzas hizo que el número de curiosos que
presenció el paso de la manifestación fuera también mucho menor que en otros
años, por creer que existía el temor de algún desorden.
Cuando la
manifestación llegó a la calle de Piamonte intentaron hablar desde los balcones
de la Casa del Pueblo Trifón Gómez y Besteiro; pero los grupos comunistas
promovieron un gran tumulto, y fue imposible que dichos señores hicieran uso de
la palabra.
Por la
tarde, muchas familias obreras fueron a merendar a la Dehesa de la Villa,
formando numerosos grupos, sin que ocurriera incidente alguno.
"ABC", 3 de mayo de 1921
LA FIESTA DEL TRABAJO EN TODA ESPAÑA
Como estaba
anunciado, anteayer se celebró en Madrid la manifestación obrera del 1º de
Mayo, sin que hubiese que lamentar ningún incidente.
A las diez
de la mañana comenzaron a reunirse en la plaza de Isabel II y calles
adyacentes, los obreros que habían de tomar parte en la manifestación,
agrupándose alrededor de sus respectivos estandartes.
Los
partidarios de la Tercera Internacional se situaron alrededor de un cartelón en
el que se leía: "¡Viva el partido comunista!".
A las diez y
media se dispararon tres cohetes y se puso en marcha la manifestación, que por
las calles de Arenal, Puerta del Sol, Alcalá, Barquillo y Piamonte se dirigió a
la Casa del Pueblo.
Las calles
del recorrido estaban enarenadas, y en las bocacalles prestaban servicio de
vigilancia fuerzas de la Guardia civil y de Seguridad.
La
manifestación fue presidida por Besteiro, Largo Caballero, Mora, Núñez Tomás,
Trifón Gómez y otros.
Al llegar
los manifestantes a la Casa del Pueblo les dirigió la palabra, desde un balcón,
el compañero Trifón Gómez.
El diputado
a Cortes Sr. Besteiro pretendió también hablar, pero tubo que desistir de su
empeño ante las continuas interrupciones de los comunistas, que gritaban:
"¡Viva Rusia! ¡Vivan los Soviets! ¡Abajo los socialistas traidores!"
El comunista
Olalla, subido en las rejas de una de las ventanas, pronunció un discurso
censurando duramente a los socialistas reformadores y elogiando al comunismo y
los soviets rusos. Con este motivo se produjeron algunos ligeros incidentes,
que fueron fácilmente sofocados, disolviéndose luego la manifestación
pacíficamente.
Por la tarde
se celebró la tradicional jira a la Dehesa de la Villa.
1922
"El Socialista", 29 de abril de 1922
EL PRIMERO DE MAYO
La
Comisión organizadora de la Manifestación que ha de celebrarse en Madrid ha
publicado la siguiente alocución:
Trabajadores:
se os convoca a la Manifestación pública conmemorativa del Primero de Mayo, que
partirá a las diez de la mañana de dicho día desde la plaza de Isabel II, y
recorrerá las calles del Arenal, Puerta del Sol, Alcalá, plaza de Castelar,
paseo de Recoletos (andén central) y plaza de Colón, donde se disolverá.
Por la tarde
se celebrará una jira fraternal en la Dehesa de la Villa, esperando que en
ambos actos deis muestras de vuestra cordura y educación societaria.
Trabajadores:
¡¡Viva el Primero de Mayo!! ¡¡A la Manifestación!!
Se
recomienda eficazmente que no abandone las filas de la Manifestación ningún
asistente a la misma, y que todos concurran hasta la plaza de Colón, donde se
disolverá. (…) La Comisión organizadora.

"El Sol", 2 de mayo de 1922
EL
PRIMERO DE MAYO
La Fiesta del Trabajo se celebró en toda España
Madrid
La
manifestación obrera de este año ha revestido extraordinaria importancia, tanto
por la calidad y unión de las fuerzas representadas como por verificarse un
paro general de veinticuatro horas, al cual han cooperado los cocheros, los
obreros municipales y los dependientes de comercio. El acuerdo de las
Sociedades adheridas a la Unión General de Trabajadores ha sido cumplido en
todas sus partes.
El servicio de orden
Temerosas
las autoridades de que pudieran suscitarse graves incidentes adoptaron
extraordinarias precauciones; pero, por fortuna, para nada ha tenido que
intervenir la fuerza pública.
En el patio
del ministerio de la Gobernación, en la Plaza Mayor, en el ministerio de
Hacienda, en el Banco de España y en el ministerio de la Guerra se situaron
retenes de Guardia civil de a pie y a caballo. Además, todas las bocacalles del
trayecto que tenía que recorrer la manifestación estaban tomadas por piquetes
de la Guardia civil, de Infantería y Caballería y del Cuerpo de Seguridad.
La guardia
de Seguridad de a caballo se hallaba armada de tercerola mauser, e igualmente
las secciones de guardias-ciclistas, que llevaban la carabina unos a la espalda
y otros adosada a la máquina.
Se organiza la manifestación
Desde poco
después de las nueve de la mañana empezó a congregarse en la plaza de Isabel II
gran número de obreros, que se agruparon en derredor de los estandartes, y a
las diez menos cuarto era ya imposible dar un paso por la plaza y las calles
adyacentes.
A las diez
en punto se dieron los avisos reglamentarios, y acto seguido se puso en marcha
la manifestación. Al frente iba la bandera del partido socialista obrero
español y la Agrupación de Madrid. Detrás de la bandera marchaban el diputado
socialista Sr. Saborit y los señores Mora, Barrio, Vigil y otros muchos.
Los
manifestantes se formaron en el orden siguiente: Unión General de Trabajadores,
Asociación Femenina Socialista (…).
El trayecto
La
manifestación recorrió con el mayor orden las calles del Arenal, Puerta del
Sol, Alcalá, plaza de la Cibeles y paseo de Recoletos. En el recorrido empleó
más de dos horas. Se calcula que los asistentes a esta manifestación obrera
pasaban de 40.000.
En la plaza de Colón
Este era el
lugar señalado para disolverse la manifestación. En el pedestal de la estatua
de Colón se había alzado una pequeña tribuna, desde la cual algunos
representantes del partido socialista y de la Unión General de Trabajadores
debían dirigir la palabra a los concurrentes.
Cuando la
cabeza de la manifestación llegó a la plaza, ya se encontraba allí la bandera
del partido comunista, que, en la Cibeles, seguida de varios cientos de
afiliados, se separó de la manifestación para adelantarse y poder ocupar la
tribuna.
Incidentes
Al llegar
bajo la estatua de Colón la bandera del partido socialista obrero, agrupación
de Madrid, los elementos comunistas se opusieron a que este estandarte se
colocara delante del comunista, y esto originó un altercado, que tuvo por
consecuencia el que ambos grupos se fueran a las manos, produciendo carreras y
algunos sustos.
Restablecida
la calma, subieron a la tribuna los Sres. Trifón Gómez y Sanrigoberto, no sin
tener que expulsar a viva fuerza a un obrero comunista que asaltó aquel recinto
con el fin de ser el primero que dirigiera la palabra a la concurrencia.
Inmediatamente
hizo uso de la palabra Trifón Gómez, saludando a la clase trabajadora, en
nombre del compañero Pablo Iglesias, que, por encontrarse enfermo, no podía
sumarse en persona a la gran manifestación. No hubo medio de oír una palabra
más del discurso del orador, porque se produjo un gran escándalo a causa de
intentar los comunistas dirigirse a la masa de trabajadores.
Terminado el
discurso de Trifón Gómez, hablaron también Sanrigoberto y, subido en los
hombros de un grupo de comunistas, Ramón Lamoneda, y en otro extremo de la
plaza, igual que Lamoneda, Francisco Ruano.
El escándalo
arreció de tal modo, que los que formaban algunos grupos se golpearon y
destrozaron la tribuna. Hubo momentos en que se temió que las consecuencias de
estos incidentes fuesen mayores, y por ello se originaron nuevas carreras,
cierres de portales, etc. Afortunadamente, se impuso el buen sentido, y las
Directivas de las Sociedades ordenaron, como estaba acordado, recoger las
banderas, y con esto empezó a disolverse la manifestación.
Un grupo
como de quinientos personas organizó una manifestación, que se encaminó a la
Casa del Pueblo, donde les dirigió la palabra otro orador de los que no estaban
anunciados. Luego se disolvieron con orden.
A la una de
la tarde, terminado el acto obrero, empezaron a retirarse a los cuarteles las
numerosas fuerzas que estaban preparadas en previsión de cualquier
quebrantamiento de la tranquilidad pública.
Entrega de las conclusiones.- El Gobierno las
llevará a Consejo
En la
Presidencia recibió a los periodistas el subsecretario, señor Marfil, el cual
dijo que le había visitado una Comisión de la manifestación obrera, formada por
los Sres. Largo Caballero, secretario de la Unión General de Trabajadores;
Saborit, como secretario del partido socialista, y Gana, secretario de la
Agrupación socialista madrileña, para hacerle entrega de las conclusiones, que
comprenden los puntos siguientes:
Control
sindical obrero; Urbanización del extrarradio; amnistía para todos los delitos
políticos y sociales; derogación de la ley de Jurisdicciones; reconocimiento de
la República de los Soviets; que el estado auxilie a los hambrientos rusos;
Reducción del cupo de filas; disminución del contingente militar y reforma de
la ley del Servicio militar obligatorio, y, por último, su protesta contra la
guerra de Marruecos.
El
subsecretario les contestó que entregaría las peticiones al presidente del
Consejo, y que seguramente algunos de los extremos serían llevados al Consejo
de ministros, no de una manera formularia, sino para hacer de ellos un estudio
detenido. Por lo que respecta al auxilio a los rusos, manifestó el Sr. Marfil a
los comisionados que ya el presidente del Consejo había emitido la opinión del
Gobierno sobre el asunto en el Parlamento.
1923
"El Sol", 2 de mayo de 1923
LA
FIESTA DEL TRABAJO
Graves incidentes en la Castellana
Un
inspector, varios agentes de Policía y algunos manifestantes heridos. Numerosas
cargas
Se organiza la manifestación
A las diez
de la mañana comenzó a formarse la manifestación obrera del Primero de Mayo en
la Plaza de Isabel II; a la cabeza iban los diputados y concejales socialistas
y los presidentes de todas las Sociedades obreras que constituyen la Casa del
Pueblo; detrás desfilaron las Sociedades, con sus
respectivos estandartes y banderas. El trayecto estaba vigilado por guardias de
Seguridad y de a caballo y en el ministerio de la Gobernación y en otros puntos
estratégicos se habían colocado fuertes retenes.
El trayecto
que había de recorrer los manifestantes era el siguiente: calle del Arenal,
Puerta del Sol, calle de Alcalá y paseo de Recoletos hasta el monumento a
Castelar, en cuyo sitio se habían de pronunciar los acostumbrados discursos.
En marcha
La cabeza de
la manifestación se puso en marcha minutos después de las diez, y
paulatinamente fueron desfilando detrás las diversas Sociedades, con sus
banderas y estandartes; durante el recorrido los manifestantes iban cantando
"La Internacional" y daban vivas al socialismo, vivas enardecidos por
el triunfo electoral alcanzado en la jornada del domingo. En varias ocasiones
los manifestantes obligaron a detenerse a los coches, automóviles y tranvías
que pretendían circular, interrumpiendo la marcha de la comitiva. Las
autoridades habían dispuesto que los tranvías que hacen el recorrido por las
calles de Alcalá, paseo de Recoletos y Castellana lo cortaran en aquellos
puntos donde molestaran el paso de los manifestantes.
No obstante,
en los primeros momentos la manifestación fue cortada por algunos coches que se
habían retrasado en el cumplimiento de las órdenes dadas; con este motivo, ya
en los trayectos de la calle de Alcalá y Recoletos, surgieron algunos
incidentes, que no llegaron a revestir serias proporciones.
Silletazos, tiros y cargas
Al llegar la
manifestación frente a la calle del Riscal, los manifestantes encontraron
obstruido el paso por varios veladores, pertenecientes a una vaquería; los
obreros cogieron los veladores y los arrojaron violentamente a larga distancia;
esto produjo un vivo incidente. Con objeto de que el incidente no adquiriera
mayores proporciones, intervino la Policía; pero ésta, lejos de apaciguar los
ánimos, los excitó; uno de los manifestantes se destacó del grupo que había
lanzado los veladores y dio un silletazo al comisario de Policía Sr. Trabazo,
el que cayó a tierra, al parecer con graves heridas en la cabeza.
La agresión
originó un tumulto indescriptible; la Policía, en defensa de su jefe, pretendió
repeler la agresión y librar al Sr. Trabazo de nuevos golpes; los manifestantes
comenzaron a correr en todas direcciones, y de pronto se escucharon más de 20
disparos; uno de los proyectiles fue a herir a uno de los manifestantes en el
vientre, de tal gravedad, que cuando fue recogido para ser trasladado a la Casa
de Socorro se hallaba agonizando; además resultó con una grave herida de bala
en el cuello otro manifestante, y un soldado que se hallaba en la Castellana
presenciando el paso de la manifestación.
Al parecer,
hubo más heridos. Al recibirse estas noticias, del ministerio de la Gobernación
salieron numerosas fuerzas de Seguridad a caballo, que se dirigieron
rápidamente al lugar donde se habían desarrollado los sucesos.
Restablecida
un poco la calma, los manifestantes, desordenadamente, siguieron su marcha, obligando
a parar a todos los coches que interrumpían el paso de la comitiva. (…)
Otra colisión.- Asalto a la vaquería
Momentos
después de ocurrir el incidente que dejamos relatado, cuando hacían uso de la
palabra los oradores ante la estatua de Castelar, circuló entre los
manifestantes la noticia de que habían resultado un compañero muerto y otros
varios heridos de gravedad. Numerosos manifestantes retrocedieron hacia la
calle del Marqués de Riscal e intentaron asaltar la vaquería, prendiendo fuego
a las mesas y sillas y lanzando contra el edificio numerosas piedras.
Al ver lo
que ocurría, fuerzas de la Guardia civil montada, que estaban estacionadas a la
entrada de las calles que afluyen a la Castellana, dieron una violenta carga,
en unión de fuerzas de Seguridad, que también acudieron del Banco de España,
Casa de Correos y otros lugares; estas fuerzas fueron recibidas a pedradas. La
Benemérita dio los toques reglamentarios de atención, y al ver los
manifestantes que los guardias apuntaban con las carabinas se dieron a la fuga
precipitadamente. Los toques de atención, las cargas y la huida de los
manifestantes produjeron una gran alarma, que se extendió a toda la
manifestación.

"El Socialista", 2 de mayo de 1923
LA
FIESTA DEL TRABAJO SE CELEBRA ESPLENDIDAMENTE
Los trabajadores de toda España celebran como cosa
propia la victoria socialista de Madrid
La Manifestación
EN MARCHA
A la hora
anunciada se puso en marcha la manifestación, formada ayer por una multitud tan
numerosa, llena de tanta emoción y de tanto entusiasmo, que jamás celebró otro
igual el proletariado ni en Madrid se congregaron con ningún motivo tantas
personas.
A la cabeza
iban los cuatro diputados socialistas, más el compañero Largo Caballero, a
quien la multitud ovacionó con frenesí, dando vivas durante todo el trayecto.
En muchas
casas particulares había grupos de personas en los balcones, agitando los
pañuelos y aplaudiendo, fundiéndose en un solo pensamiento el de los
manifestantes con el de millares de ciudadanos que presenciaban el desfile y se
asociaban a él de la manera más expresiva. (…)
EL ORDEN DE LA MANIFESTACIÓN
La
manifestación se organizó con el siguiente orden:
Grupo 1º:
Arenal, 27.- Agrupación Socialista Madrileña, Comisión Ejecutiva del Partido
Socialista, Comisión Ejecutiva de la Unión General de Trabajadores (…)
Grupo 2º: …
Los núcleos
obreros que marchaban detrás de cada bandera eran este año mucho más numerosos.
El paro fue
ayer como no se ha visto otro igual en Madrid. Sólo circularon los coches
oficiales y los tranvías.
El comercio
cerró sin excepción, asociándose a la demostración pacífica.
ENTREGA DE CONCLUSIONES
En la Presidencia
Al llegar la
cabeza de la manifestación frente a la estatua de Colón, se destacó la Comisión
que había de entregar las conclusiones al Gobierno.
La Comisión
la formaron Mora, Cordero y Gana, quienes en la Presidencia del Consejo de
ministros fueron recibidos por el marqués de Alhucemas.
Las
conclusiones eran las siguientes:
Primera.
Reclamar del Poder público una ley estableciendo el control sindical obrero en
todas las industrias.
Segunda.
Protestar contra la guerra de Marruecos y reclamar que se hagan efectivas todas
las responsabilidades civiles y militares.
Tercera. Que
el Gobierno tome las medidas necesarias que tiendan a resolver la carestía de
trabajo y la carestía de las subsistencias.
Cuarta. Que
se exijan las responsabilidades consiguientes a los autores de la represión que
las autoridades han realizado contra la organización obrera en Barcelona.
Quinta.
Reclamar una amnistía para todos los delitos de carácter social y político.
Sexta.
Afirmar que la aspiración de la clase trabajadora es socializar los medios de
producción y cambio.
Séptima. Que
el Parlamento dicte las leyes necesarias para acometer la urbanización del
extrarradio y la construcción de viviendas baratas e higiénicas.
Hablando con el señor García Prieto
Entregó al
jefe del Gobierno la Comisión las conclusiones, y de ellas hizo una ampliación
verbal Cordero.
Quiso el
marqués de Alhucemas presentar el espejuelo, ya hecho un cascajo, del
protectorado civil, diciendo que el Gobierno iba por ese camino, y Cordero le
demostró que ese es un pésimo camino. ¡Cómo que lleva a la continuación de la
guerra!.
-El
protectorado civil -dijo el nuevo diputado por Madrid- no ofrece garantías de
que no pueda haber incidentes que provoquen intervenciones militares: el
protectorado civil es, además, un gasto para el país, que necesita mejorar su
vida interior. De modo que nosotros pedimos el abandono de Marruecos.
Habló
después Cordero del problema del extrarradio, y pidió que inmediatamente el
Estado se ocupe de la adquisición de terrenos para desvalorizar los del
extrarradio y construir económicamente casas baratas. Hay que impedir la
negociación usuraria que se hace con los terrenos.
El jefe del
Gobierno ofreció llevar a estudio del Consejo, por intervención del ministro de
la Gobernación, esta petición. (…)
1924
"Heraldo
de Madrid", 1 de mayo de 1924
LA
FIESTA DEL TRABAJO
Ha quedado patentizada, una vez más, la unión de
los obreros en este día solemne de 1 de mayo
LA
VILLA Y CORTE OFRECIÓ EL ASPECTO DE LOS DÍAS FESTIVOS
MEDIDAS DE PRECAUCIÓN
Prohibida la
celebración de la Fiesta del Trabajo, las autoridades habían adoptado
extraordinarias medidas de precaución para reprimir en el acto cualquiera
alteración del orden público. (…)
LAS CONCLUSIONES
En el
manifiesto publicado hace unos días, con permiso de la censura, se consignaban
las conclusiones de los trabajadores en
este 1 de mayo.
Con las
siguientes:
Reclamaciones
Primera.
Reclamar del Gobierno la inmediata normalidad constitucional.
Segunda. El
pronto término de la guerra de Marruecos.
Tercera. Que
se hagan efectivas todas las responsabilidades militares y civiles derivadas de
la intervención de la guerra de Marruecos.
Cuarta. Una
amplia amnistía para todos los presos o procesados por delitos políticos o
sociales.
Quinta. Que
se tomen las medidas necesarias que tiendan a resolver la crisis del trabajo y
la carestía de la vida.
Aspiraciones
Primera. A
que se promulgue una ley de control sindical en la industria.
Segunda.
Afirmar que la aspiración de la clase trabajadora es socializar los medios de producción
y de cambio.
Tercera. Que
la Sociedad de Naciones se democratice según propone la Federación Sindical
Internacional de Amsterdam
Esta
reclamaciones y aspiraciones fueron entregadas al presidente del Directorio
militar.
DÍA DE CAMPO
Los trabajadores,
siguiendo las instrucciones de la Unión General de Trabajadores y del partido
socialista, se fueron con sus familias al campo.
En la Dehesa
de la Villa y en Amaniel la situación desde las primeras horas de la mañana fue
grande.
A la hora del
almuerzo la Dehesa de la Villa ofrecía magnífico aspecto: pintorescos cuadros
familiares, mucha animación, mucha alegría.
En los
primeros trenes de la mañana marcharon también muchas familias de obreros a San
Fernando del Jarama donde se celebró, con gran entusiasmo, la fiesta de los
trabajadores.
A la hora en
que cerramos esta edición no hay noticia en los centros oficiales de que se
hayan registrado incidentes desagradables.
"Heraldo de Madrid", 1 de mayo de 1924.
Edición de la noche
LA
FIESTA DEL TRABAJO
Las calles de Madrid, desanimadas
MÁS
DE VEINTICINCO MIL FAMILIAS SE HAN IDO AL CAMPO
Esta tarde
se notó en las calles de Madrid una desanimación extraordinaria.
La falta de
público era muy ostensible. Los cafés, los bares de las calles céntricas, hasta
la misma Puerta del Sol, aparecían silenciosos y casi solitarios.
No es
extraño. Según las noticias oficiales recogidas por los reporteros en la
Presidencia, con motivo de la Fiesta del Trabajo, se han lanzado al campo la
friolera de veinticinco o treinta mil familias.
Los sitios
de mayo concurrencia han sido la Dehesa de la Villa, la Fuente de la Teja, el
Asilo de la Paloma y Cuatro Caminos.
Se calcula
que en todos estos sitios se han reunido de treinta a cuarenta mil personas.
Hasta la
hora en que cerramos esta edición no se tienen noticias de que hayan ocurrido
disturbios.
En los
lugares de mayor concurrencia hubo momentos en que se desboró el entusiasmo; se
dieron vivas a la Fiesta del Trabajo y a Pablo Iglesias y se cantó la
"Internacional".
"El Socialista", 2 de mayo de 1924
EL
PRIMERO DE MAYO
LO QUE DICE LA PRENSA
DE "EL IMPARCIAL".
El Partido
Socialista Español, como todos los años, celebró ayer la llamada Fiesta del
Trabajo. Aunque, por razones ya conocidas, no fue autorizada gubernativamente
la tradicional Manifestación Obrera, la Unión General de Trabajadores, segura
de que sus deseos serían cumplimentados fielmente, expresó por conducto de EL
SOCIALISTA su confianza en que el paro sería total y unánime, y que se llevaría
a efecto sin incidentes ni coacciones que pudieran justificar la intervención
de las autoridades.
Y así
ocurrió. No obstante, la Dirección general de Seguridad, para impedir cualquier
alteración del orden, adoptó extraordinarias medidas de precaución,
especialmente en las estaciones férreas y en otros servicios públicos, para
proteger la libertad del trabajo.
También en
las principales vías de la población y en las calles afluentes a la Casa del
Pueblo se reforzó la vigilancia, que fue encomendada a guardias de autoridad de
a caballo.
El comercio,
respetando la significación que para la clase obrera tiene el día de ayer, como
en años anteriores, cerró sus puertas, permaneciendo abiertos únicamente los
establecimientos donde se expenden artículos de comer, de beber y arder.
La Casa del
Pueblo, como todos los años en dicha fecha, estuvo clausurada, visitándola
repetidas veces agentes de la policía, sin que en ella encontraran más que al
conserje.
El aspecto
que ofrecía ayer Madrid era el de una gran desanimación, porque no circularon
ni taxímetros, coches de punto ni carros, y sí solamente automóviles
particulares.
Aprovechando
la bondad del tiempo, más de 15.000 familias, según datos oficiales- marcharon
al campo, principalmente a la Dehesa de la Villa, Fuente de la Teja, Asilo de
la Paloma, Cuatro Caminos, Puente de Vallecas y la Prosperidad.
La alegría
en estos lugares fue mucha, organizándose meriendas mancomunadas y bailes con
orquestas de bandurrias y guitarras.
Se dieron
también entusiastas vítores a la Fiesta del Trabajo y a Pablo Iglesias y se
cantó a coro "La Internacional".
Y todo ello
sin la más leve alteración del orden y sin que haya registrado un solo
incidente que lamentar.
DE "LA LIBERTAD".
El popular
diario de la mañana consagra gran espacio a la Fiesta Obrera, diciendo:
Ayer se
celebró en Madrid la Fiesta del Trabajo.
Sólo
prestaron servicio los automóviles de Correos, los de servicio de prensa y
algunos médicos que, teniendo automóvil propio, le utilizaron, llevando un gran
cartel que decía <Médico>.
El comercio
cerró sus puertas, como en años anteriores. únicamente estuvieron abiertos los
establecimientos en que se abastece al público de artículos de comer, beber y
arder.
Las
autoridades habían adoptado de precaución para reprimir en el acto cualquiera
alteración del orden público.
Por la
Dirección general de Seguridad se dio orden a las Comisarías para que se
reforzasen los servicios, a fin de proteger la libertad del trabajo, muy
especialmente en las estaciones férreas y otros servicios públicos.
Desde las
primeras horas de la mañana se montó un servicio de vigilancia en las vías
principales de la población, y muy especialmente en las calles que afluyen a la
Casa del Pueblo. Esta vigilancia estuvo encomendada a los guardias de Seguridad
de a caballo.
Por la tarde
hubo en Madrid extraordinaria desanimación. En las calles, cafés, bares y hasta
en la misma Puerta del Sol se advertía la falta de público. Sobre todo en la
Puerta del Sol era más ostensible la falta de vehículos y de peatones que de
ordinario hacen aquel lugar el más concurrido de Madrid.
Los obreros
con sus familias se lanzaron al campo en animadas jiras.
El Puente de
Vallecas, las Ventas, los altos de la Prosperidad, las riberas del río y, sobre
todo, los barrios altos de Cuatro Caminos, Amaniel y Dehesa de la Villa
ofrecían, mediada la tarde, el aspecto más pintoresco que pueda imaginarse.
Pocos años
ha habido concurrencia semejante. El Metropolitano y los tranvías transportaron
millares de familias, que se fueron luego dispersando por los pinares de la
Dehesa de la Villa, por los merenderos de Cuatro Caminos y Amaniel, y
estableciendo en todas partes comedores improvisados al aire libre.
En muchos de
estos lugares se improvisaron también bailes familiares.
A pesar de
la enorme afluencia de gente no se tiene noticia de que haya ocurrido ningún
incidente desagradable.
La animación
duró hasta bien entrada la noche, en que los grupos emprendieron el regreso a
Madrid dando vivas a la Fiesta del Trabajo, a Pablo Iglesias y a la
Internacional.
1925
"El Sol", 2 de mayo de 1925
EN
ESPAÑA Y EN EL EXTRANJERO
La fiesta del Primero de Mayo
EN MADRID
Transcurrió
la fiesta del Trabajo sin incidentes.
Suspendida
la manifestación con que los obreros solemnizaban la fiesta del Primero de Mayo
y reiteraban año tras año sus peticiones de orden público y social, este año,
como el anterior, la conmemoración ha quedado reducida al paro y a la jira.
El paro de los
obreros fue completo, excepto en los Bancos, que, por costumbre, no suspenden
hoy la actividad, y la mayoría de los trabajadores y sus familias pasaron el
día en el campo, en las cercanías de Madrid. La Dehesa de la Villa y las vías
que a ella conducen presentaban desde las ocho de la mañana animadísimo
aspecto, y al mediodía, puede decirse, sin exageración, que contenía todo el
elemento obrero madrileño.
La villa
estuvo toda la mañana y gran parte de la tarde desanimadísima, a lo que
contribuía el cierre de tiendas, que fue general desde las diez, y la falta de
autobuses, coches y taxímetros, que suspendieron la circulación. Sólo algunos
de éstos circularon conducidos por sus propietarios, y algunos otros llevaban
un cartelito en parte visible en el que se decía que estaban al servicio de
médicos.
El tránsito,
pues, quedó suspendido casi por completo. Ni automóviles ni coches de punto, ni
autobuses. Los medios de comunicación se limitaban a los tranvías y al
"Metro". El servicio de viajeros a las estaciones quedó suprimido
también en absoluto.
A la llegada
de los primeros trenes acudieron algunos coches de los llamados calesas.
Circularon
también los automóviles de las Embajadas, Legaciones y Consulados, los de las
autoridades y los del Centro Electrotécnico, que prestan servicio al aeródromo
de Cuatro Vientos, campamento de Carabanchel y centros militares, y los del
Parque Móvil de la Guardia Civil, que utilizan los jefes del Instituto o
prestan servicio de vigilancia.
Cumplieron
sus servicios los coches de Correos y los de Prensa a las estaciones. Salvo
estas excepciones, todo lo que puede considerarse servicio público quedó
paralizado.
El paro se extendió
Con la misma
unanimidad que los obreros del tráfico rodado pararon los de todas las demás
Sociedades.
Los
dependientes de peluquerías, también por acuerdo de la junta general, acordaron
no trabajar, y ayer no se abrieron los establecimientos.
El comercio
no abrió sus puertas. También por acuerdo de las Directivas respectivas los
establecimientos en que se expenden artículos de primera necesidad: tiendas de
comestibles, carnicerías, verdulerías, etcétera, abrieron a la hora de
costumbre para cerrar a las diez en punto de la mañana.
Las
farmacias permanecieron abiertas.
Por la
tarde, todas estas excepciones desaparecieron.
Conferencia obrera
En el
domicilio social del Sindicato de Trabajadores de la Madera, establecido en la
calle del Doctor Fourquet, 5 y 7, tuvo lugar una ayer, por la mañana, una
conferencia para conmemorar así la fiesta del día. La profesora doña Sixta
Carrasco desarrolló el tema "Educación de la mujer".
Después, D.
Luis Caballero disertó sobre el origen de la fiesta del Primero de Mayo.
Ambos
oradores fueron muy aplaudidos.
El personal de los autobuses
El personal
de la Sociedad General de Autobuses, cumpliendo un acuerdo tomado, no acudió en
la mañana de ayer a prestar servicio.
La policía para la circulación
Ayer no
prestaron servicio los guardias afectos a la llamada compañía de Circulación
del Cuerpo de Policía Urbana. Sin duda se estimó que su presencia no iba a ser
necesaria en las calles, conocidos los acuerdos tomados por las Sociedades de
conductores.
En el domicilio de Pablo Iglesias
Los
elementos directivos del partido socialista y de la Casa del Pueblo estuvieron
ayer mañana en el domicilio de Pablo Iglesias para expresarle, en nombre de
todos los obreros, su cariño y admiración.
Pablo
Iglesias, que se encuentra delicado de salud, agradeció efusivamente el
cariñoso recuerdo de que era objeto el día en que los obreros celebran la
fiesta de las reivindicaciones, por cuyo logro trabajó tanto.
En las afueras de Madrid
La segunda
parte del programa acordado por los obreros para conmemorar la Fiesta del
Primero de Mayo era la jira campestre.
Desde las
primeras horas de la mañana, en las barriadas habitadas por obreros, la
animación era extraordinaria. A las nueve ya se notaba la afluencia de
excursionistas por los alrededores de Madrid.
En el Puente
de Vallecas, las Ventas, los altos de la Prosperidad y las riberas del Manzanares
se notaban numerosos grupos de familias; pero donde la afluencia fue
verdaderamente extraordinaria era por los Cuatro Caminos, y sobre todo en los
pinares de la Dehesa de la Villa.
Las
autoridades habían adoptado medidas especiales para evitar cualquier incidente.
Fuerzas de la Guardia civil a caballo patrullaban por todos estos sitios, y
parejas de Infantería prestaban servicio de vigilancia en los cruces de caminos
y veredas.
A las cinco
de la tarde comenzó a reintegrarse el público a sus hogares.
"ABC", 2 de mayo de 1925
LA FIESTA DEL 1º DE MAYO
La
celebración de la fiesta del trabajo ha consistido este año, en Madrid, en el
paro de todos los oficios y cierre general del comercio, salvo muchos
establecimientos de comestibles, que permanecieron abiertos.
Como de
costumbre, los tranvías y el Metro han circulado, haciendo su normal servicio.
La animación
de peatones en las calles ha sido grande desde primera hora de la mañana.
Por la
tarde, la mayoría de los obreros ha ido de excursión a las afueras de la
capital para merendar.
De
provincias recibimos informaciones análogas a la que ofrece la jornada en
Madrid.
En todas
partes se ha festejado la conmemoración de la fiesta obrerista con jiras
campestres y paro general.
1926
"ABC", 2 de mayo de 1926
LA FIESTA DEL 1º DE MAYO
Ayer
celebraron las clases obreras madrileñas la fiesta del 1º de Mayo, conforme al
programa que anticipadamente de había hecho público.
Se cumplió
el acuerdo de paro en gran número de oficios, no siendo aquél general por haber
respetado el trabajo en las labores imprescindibles para la vida diaria y de
acuerdo con las necesidades del público.
El comercio
había acordado también el cierre, y cumplió su propósito en la mayor parte de
los casos. No obstante, las tiendas de artículos alimenticios -comestibles,
hueverías, lecherías, verdulerías, etc.- permanecieron abiertas todo el día,
con algunas excepciones.
Muchas
peluquerías permanecieron abiertas. El paro de conductores de taxímetros fue
general. Se vieron muy pocos coches particulares no conducidos por sus
propietarios.
Muchas
familias obreras comieron en el campo.
Los
alrededores de Madrid se vieron animados como en los días de fiesta,
especialmente la Dehesa de la Villa
"El Sol", 2 de mayo de 1926
LOS TRABAJADORES
La jornada del Primero de Mayo
Ayer
celebraron los obreros la Fiesta del Trabajo secundando las disposiciones
referentes al paro, salvo escasas excepciones.
Madrid tomó
el aspecto de los días de fiesta, cerrados la mayoría de los comercios y parada
la circulación, excepto la de tranvías y "Metro".
A pesar de
que el día, sobre todo la mañana, fue desapacible, innumerables obreros y sus
familias salieron de Madrid y comieron en los alrededores.
La parte
alta de la villa estuvo animadísima.
El Centro de
la Federación Tabaquera Española, sito en la calle de Zurita, 41, lució en sus
balcones cortinajes, y por la noche una iluminación de mucho gusto, siendo
frecuentado todo el día y bastantes horas de la noche por infinidad de
cigarreras y tabaqueros federados.
1927
"El Socialista", 3 de mayo de 1927
LA
FIESTA DEL TRABAJO
Los obreros españoles celebran el
Primero de Mayo
Con
entusiasmo, sensatez y el mayor orden se verifican actos en Madrid, provincias
y extranjero
Después de la jornada
Una vez más
el proletariado internacional ha hecho pública ostentación de sus ideales
redentores. De año en año ha ido ganando en importancia esta manifestación
cívica de los oprimidos, y ha ganado, no sólo en fuerza numérica, sino que también en idealismo.
El
proletariado español ha cumplido siempre bien sus deberes sociales para con las
internacionales sindical y socialista. Siempre hemos acudido presurosos a
ocupar nuestro puesto para mostrarnos solidarios con el pensamiento pacifista y
emancipador del proletariado universal. Y este año hemos hecho lo que todos los
años: cumplir con nuestro deber.
La
paralización del trabajo fue absoluta en todos los centros industriales y en
todos aquellos pueblos en donde la organización tiene alguna influencia. El
ambiente general fue de simpatía para la Fiesta de los Trabajadores. La gente,
suspendido el trabajo al impulso de su propia conciencia, se fue al campo a
confraternizar, a gozar de las horas de ilusión y de placer que le
proporcionaba la alegría de nuestra Fiesta. Fiesta que se distingue de todas
las demás porque mientras éstas festejan el pasado haciendo ostentación de mil
liviandades paganas, la nuestra festeja la ilusión del idealismo que camina
hacia el porvenir.
Al aire
libre fueron lanzadas millares de canciones llenas de emocionante ilusión
idealista. El pueblo se sintió dueño de sí, de su libre albedrío, y cantó y rió
con verdadero alborozo, a pleno pulmón, como ríe la Naturaleza en su fecunda
primavera. ¡Qué grandeza más sublime la de esta Fiesta nuestra! Son unas horas
de dicha inefable. Unas horas en las cuales el hombre del trabajo olvida sus
amarguras, las injusticias que ha padecido todo el año y se entrega a gozar de
su libertad al aire libre, en plena naturaleza.
Miles de
discursos, en los que palpitaba el más puro idealismo, fueron pronunciados en
todos los idiomas. Diferentes en las palabras, en el tono, en el ademán, pero
idénticos en el sentido ideológico. Todos indicaron a la masa obrera que para
acabar con la desigualdad y la injusticia no había más que una senda segura: la
del Socialismo científico. En el régimen
de socialización de los medios de producción y de cambio, en la
universalización de nuestros sentimientos, estableciendo entre todos los
hombres, sin distinción de razas ni colores, está la dicha futura de la
Humanidad. Y para alcanzarla no hay que hacer otra cosa que perseverar en el
camino emprendido, y que ha tiempo venimos siguiendo, y que nos ha
proporcionado ya el alivio de muchas penas con las mejoras de orden moral y
económico ya conquistadas y el inmenso placer de gozar libremente las horas de
este día de primavera, dedicándolo plenamente a nuestros ideales
emancipatorios.
Terminada
con pleno éxito esta brillante jornada, volvamos a nuestra actividad cotidiana,
a trabajar para ganarnos la vida y la de nuestras familias, a pensar en el
fortalecimiento de nuestras organizaciones sindicales, cooperativas y
políticas, bases únicas en las que se sostienen nuestros ideales redentores.
Y no
olvidemos nunca que la libertad de pensamiento y la democracia son los dos
procedimientos más prácticos para el desarrollo de nuestros ideales.
La libertad
y la democracia son la escuela de la ciudadanía, en la que se forma la
conciencia de la ciudadanía cívica que sabe cumplir sus deberes y ejercitar sus
derechos.
Satisfechos
del éxito brillante de esta jornada, de lo bien que han cumplido los
trabajadores con su deber yendo todos disciplinadamente a la Fiesta, dediquemos
ahora, de aquí al año que viene, todas nuestras energías y nuestra inteligencia
a preparar la jornada próxima, para que supere a la que acabamos de realizar.
En la Asociación General de Cocineros
A las once
de la noche del día 30, y con el salón lleno de camaradas, entre los que se
encontraba representada la Juventud de Cocineros Españoles, se celebró una
sesión dedicada a conmemorar la Fiesta del Trabajo (…)
En el Puente de Vallecas
Algo después
de la hora anunciada se celebró el domingo en la Casa del Pueblo de esta
popular barriada el acto en conmemoración de la Fiesta del Trabajo (…)
En Vicálvaro
Organizado
por la Agrupación Socialista de Vicálvaro, Canillas y Canillejas se celebró el
sábado por la noche un importante acto de propaganda para conmemorar la Fiesta
del Trabajo, inaugurándose al propio tiempo el Centro Obrero, sito en la calle
de Vallejo, de Vicálvaro (…)
En Carabanchel Bajo
Los
camaradas Feliciano Martín, Concepción Fernández y Enrique Santiago, que debían
exponer a los trabajadores de Carabanchel, el domingo por la mañana, el alcance
del decreto-ley sobre los Comités paritarios, no pudieron hacerlo por ser
suspendido el acto por las autoridades.
En la Dehesa de la Villa
La gira organizada
por los obreros madrileños para conmemorar la Fiesta del Trabajo tuvo efecto,
como en años anteriores, en la Dehesa de la Villa, concurriendo a ella millares
de trabajadores con sus familias, que dieron al pintoresco paraje inusitada
animación.
En las
primeras horas de la mañana patrullaron algunas parejas de la policía municipal
montada, que no tuvieron, por suerte, que intervenir en ningún incidente, ya
que todos los asistentes se condujeron, como era de esperar, con el mayor
orden. Esto no fue obstáculo para dar rienda suelta a la expansión y a la
alegría a que convidaba lo espléndido del día.
Un numeroso
grupo de jóvenes socialistas, de uno u otro sexo, integrado en su mayoría por
los miembros de "Salud y Cultura", se aposentó en los alrededores de
Puerta de Hierro, dedicándose a ejercicios corporales y deportivos, cantándose
algunos himnos alusivos a la Fiesta que se celebraba.
La animación
en estos lugares no decayó hasta las primeras horas de la noche, formándose
compactos grupos para regresar a la ciudad.
"El Sol", 3 de mayo de 1927
LOS
TRABAJADORES
LA FIESTA DEL PRIMERO DE MAYO
EN
MADRID
Las
organizaciones obreras de Madrid celebraron ayer la fiesta de Primero de Mayo
con la animación y entusiasmo de costumbre. A la jira campestre en la Dehesa de
la Villa asistieron millares de trabajadores con sus familias, que pasaron el
día consagrados a juegos y regocijos.
También fue
grande la concurrencia en los pinares de la Moncloa, los Viveros y en otros
puntos.
Durante el
día no se registró ningún incidente de importancia. La falta de automóviles
taxímetros influyó grandemente en el aspecto de la población.
1928
"El Sol", 2 de mayo de 1928
EL
PRIMERO DE MAYO
EN ESPAÑA Y EL EXTRANJERO SE CELEBRÓ SIN NOVEDAD
LA FIESTA DEL TRABAJO
El paro en
Madrid ha sido general. Advertíase en las calles la desanimación por la falta
casi absoluta de automóviles y la completa de carros y camiones de carga.
Tampoco abrieron los comercios, salvo los de productos alimenticios, que sólo
funcionaron durante la mañana. Por la tarde no estuvo abierto ningún comercio.
Los
alrededores de la ciudad estuvieron desde primera hora muy animados, y a
mediodía, la Dehesa de la Villa, los pinares de la Moncloa, los Viveros, las
Ventas, etc. ofrecían un aspecto extraordinariamente animado.
La Dirección
de Seguridad montó un servicio especial de vigilancia con fuerzas de Seguridad
y de la Guardia civil montada.
En todos los
lugares en que los obreros se habían congregado para solemnizar la Fiesta del
Trabajo, la animación fue grande todo el día. Después del almuerzo se iniciaron
los bailes entre la gente joven o los juegos campestres, que duraron hasta el
atardecer.
A esa hora
se inició el regreso sin que ocurrieran incidentes de importancia.
La Casa del
Pueblo estuvo cerrada, luciendo colgaduras en los balcones y la bandera roja en
un ángulo del edificio.
A primera
hora de la mañana, una comisión de la Unión General de Trabajadores fue a
depositar flores a la tumba de Pablo Iglesias, y otra entregó al Gobierno las
conclusiones aprobadas.
1929
"El Sol", 2 de mayo de 1929
EN
TODA ESPAÑA
EL PRIMERO DE MAYO
EN MADRID
Suprimida la
manifestación, los obreros madrileños celebraron la fiesta de Primero de Mayo
pasando el día en el campo. Como en años anteriores, el lugar elegido fue la
Dehesa de la Villa y la Moncloa, hasta Puerta de Hierro; Amaniel, a lo largo
del paseo de las Moreras, hasta los campos de experimentación de la Granja
Agrícola. Lo inseguro del día y la lluvia de anteayer quitaron, sin embargo,
alguna animación a las jiras de los obreros. No obstante, por los merenderos, y
los más valientes a pleno campo, en los ribazos y altozanos más soleados, se
congregaron numerosas familias de trabajadores, que pasaron el día con el
natural regocijo y alborozo.
La afluencia
de excursionistas, que se inició a media mañana, aumentó al mediodía por haber
afirmado el tiempo. La tarde trascurrió bastante animada; pero el regreso se
inició más temprano que otros años, ya que al caer la tarde no era nada grata
la estancia en el campo.
Afortunadamente
no se han registrado incidentes. Para mantener el orden se dispuso un servicio
que han prestado parejas de la Guardia Civil, de Seguridad y algunos agentes de
vigilancia.
"El Socialista", 2 de mayo de 1929
EL
PRIMERO DE MAYO
Se celebró en toda España con absoluta normalidad
Ahora, esfuerzo y perseverancia
Ayer, como en años
anteriores, quedó el martillo recostado en la bigornia, inactivo,
simbólicamente olvidado. En lo hondo de lo hondo, ¡qué emoción hay en este
sencillo hecho, en esta inocua actitud! Apareció Madrid como engalanado para
magna fiesta. Nada de colgaduras de brillo retardatario. Madrid vistió, desde
primera hora, el invisible ropaje del silencio. ¡Horas calladas! Las más
emotivas de la vida. Porque las almas precisan del silencio para fundirse y,
naturalmente, para amarse. (…)
"Gota a gota,
horada el agua la roca". Todos los años, en el mismo día, queda el
martillo recostado en la bigornia. Constancia, constancia, constancia.
"Son el esfuerzo y la perseverancia los que producen el milagro de la
voluntad", se ha dicho. Durante los trescientos sesenta y cuatro días que
no son el 1º de mayo, labor de hormiga, compañero. La mirada en el horizonte.
Muy alta la cabeza gloriosa, trabajador. En la Fiesta del Trabajo, mientras no
sea posible otra cosa, a la Sierra; allí hay aire puro y picos altos, cumbres
gigantescas. En una de esas eminencias clavas la bandera roja, y ya en su más
alta cimera aguzas el oído a ver si logras escuchar como una síntesis, en el
espacio, "La Internacional", cantada por todos los trabajadores del
mundo.
EN MADRID
En Madrid se
ha celebrado la Fiesta del Trabajo con verdadero entusiasmo.
Aunque no
amaneció el tiempo muy seguro, numerosas familias se congregaron en la Dehesa
de la Villa. Por la tarde lució un sol espléndido, lo que fue motivo suficiente
para que marchara a pasar el resto del día en el campo gran número de
trabajadores.
El paro fue
casi absoluto. No se vieron taxímetros, por lo cual Madrid parecía en cierto
modo una capital provinciana.
El comercio
cerró, y únicamente estuvieron abiertos hasta las once de la mañana los
establecimientos de comestibles. No cerraron, desde luego, tabernas, estancos,
cafés y bares.
1930
"El Socialista", 2 de mayo de 1930
LA
DEMOSTRACIÓN MUNDIAL DEL PRIMERO DE MAYO
En España se ha celebrado con un paro general y
gran número de mítines y conferencias socialistas
En Madrid
La Casa del Pueblo engalanada
Ayer por la
noche, las fachadas de la Casa del Pueblo que dan a las calles de Góngora y
Piamonte presentaban un aspecto fantástico. Miles de bombillas rojas esparcían
profusa luz por las calles citadas, iluminando los letreros, que dicen:
"Casa del Pueblo" y la bandera de la I.T.F., que ondeaba en la parte
alta del edificio.
Esto ha
causado grandísima satisfacción a todos, y especialmente a los camaradas
extranjeros que ostentas representaciones en la Conferencia Internacional de
Ferroviarios.
La jira.
Desde las
primeras horas de la mañana comenzaron a llegar a la Dehesa de la Villa
numerosos grupos de trabajadores que se disponían a pasar una jornada feliz.
Muchos de estos grupos confeccionaron allí sus comidas con leña y ramas de
árbol, dando esto una pintoresca sensación a la jira.
Al mediodía
ya estaba la Dehesa de la Villa completamente llena de familias. Puede decirse
que debajo de cada árbol había una. Y hay que ver los pinos que hay allí…
Además, los numerosos vendedores de confituras y frutas que tenían puestas allí
sus mesitas daban con su concurso una nota de color al cuadro. Sus pregones y
sus gritos, confundidos con las canciones populares, producían una deliciosa y
desconcertante algarabía. Lo que demuestra que la Fiesta ha tenido este año más
consideración, si cabe, que las pasadas. Sin duda ha sido mayor el número de
los camaradas que han asistido ayer a la jira que en anteriores jornadas, lo
que indica que el paro también ha sido mayor.
El
movimiento no cesó un instante en todo el día: 26 coches puso la Compañía de
tranvías en ese trayecto, y con todo hubo sus apreturas para poder cogerlos. Y
hay que tener en cuenta que los coches que recorren esa línea son bastante
mayores que los que transitan por Madrid. A pesar de lo cual no dejaron un
momento de transportar personas de la Dehesa de la Villa a Cuatro Caminos o de
Cuatro Caminos a la Dehesa de la Villa.
Luego, el
día se puso de nuestra parte. Ha sido el primer día de la primavera que puede
acreditarse de tal sin vacilaciones. Pese a los días que han hecho en estas
semanas anteriores, y que auguraban una jornada lluviosa, nosotros hemos podido
disfrutar de un sol magnífico. ¡Quizás la atmósfera ha comprendido también la
magnitud de la Fiesta del Trabajo!
Nos
felicitamos por el resultado de nuestra jornada en Madrid. En realidad, la jira
ha sido solamente un alegre acto de compañerismo. Uno de esos actos que dejan
una honda huella de optimismo en cualquier persona que los presencie. (…)
En Chamartín de la Rosa.
Con el salón
teatro de la Casa del Pueblo completamente lleno de compañeros, se celebró el
pasado día 30 una velada artísticoteatral.
El compañero
Pardo pronunció breves palabras para explicar la significación de la Fiesta, y
aconsejó la organización de la clase trabajadora para mantenernos cada vez más
fuerte frente a nuestros enemigos. A continuación, el secretario de la
Agrupación Socialista local dio lectura a las conclusiones que son elevadas a
los Poderes públicos.
El Cuadro
artístico de la Juventud Socialista representó con gran acierto el juguete
cómico, en tres actos, titulado "Los pollos bien", que causó las
delicias del numeroso público y, sobre todo, de los niños de nuestras escuelas
que pudieron asistir, pues dado el crecido número de afiliados con que contamos
en nuestras organizaciones y la cabida del local, pequeña relativamente, no
pudieron presenciar el acto nada más que 400 compañeros aproximadamente.
EL PRIMERO DE MAYO
LA JIRA CAMPESTRE
Se fundó la
Sociedad de Panaderos el año 1892, y la organización ya tomó parte en la
demostración de Primero de Mayo de 1893.
Eran
entonces verdaderamente horribles las condiciones del trabajo de estos hombres.
Sabían que su jornada comenzaba exactamente en el punto y hora en que entraban
por vez primera en la tahona; mas, a partir de tal momento, sólo salían del
encierro algún rato por cada tarde.
Vivían
encerrados en las tahonas, teniendo por camas los tableros del pan y por abrigo
las sacas vacías de la harina. Dormían cuando no tenían individualmente quehacer,
cuando se concluía la operación que cada cual realizaba; eran despertados
cuando el sucesivo encadenamiento de operaciones volvía a hacer necesaria la
suya.
Entonces
otros hombres ocupaban los sitios del tablero y se abrigaban con las mismas
sacas de harina, aún tibias de calor o mojadas de sudor.
Y así toda
la noche, desde las nueve, y así todo el día, hasta la una o las dos.
Ni aun la
comida reunía a todos los operarios; la comida, que era más bien pitanza de
bestias.
Por la
mañana, un muchacho ponía en la olla carne, tocino, garbanzo y después patatas,
y de aquella olla se iban sacando, sucesivamente, las raciones de la comida, la
cena y el desayuno, conforme iba haciendo alto cada grupo ocupado en la misma
operación.
Para
descansar, para gozar unos días fuera de aquella vida de presidarios, los
obreros se despedían de la tahona en cuanto habían ahorrado algún dinero, y no
volvían al trabajo hasta que la necesidad les forzaba a ello.
Había, es
verdad, algunos operarios que tenían esposa e hijos, que podían permitirse el
lujo de tener familia; pero eran muy pocos: eran, en general, los obreros de
pericia extraordinaria.
Pues estos
panaderos, gallegos entonces casi todos, fueron los que, por una ansia legítima
de libertad, de aire, de sol, establecieron en Madrid la bella jira campestre
del Primero de Mayo.
Pugnaron,
desde luego, por la desaparición del internado. En diciembre de 1893 y enero de
1894, tras una huelga -que por cierto le valió al autor de estas líneas tres
semanas de cárcel-, consiguieron que se variara algo la comida y se les dieran
mantas para abrigarse en invierno, y después, poco a poco, se cobró en metálico
el precio en que los patronos tasaron la comida, y, por fin, se concluyó con el
internado. ¡Como un cuarto de siglo de lucha!
El año 1894,
sin acuerdo previo, los panaderos que tenían familia resolvieron pasar la tarde
del Primero de Mayo en la Fuente de la Teja, y algunos grupos de operarios
internos les imitaron. Pasar la tarde nada más, porque a las nueve o las diez
de la noche había que comenzar el trabajo y llegar a él con los sentidos bien
despiertos.
Tan grata
fue la jornada, que el año siguiente -1895- ya fue casi todo el oficio quien
pasó la tarde en la Fuente de la Teja o Pradera del Corregidor.
Y entonces
se ajustaron ciegos, que, por parejas, tocaban la bandurria y la guitarra, y no
faltó algún gaitero, amigo y paisano, que fuera de grupo en grupo llevando a
ellos, con los dulces sonidos, el recuerdo de la tierra querida.
Y se hizo
más, y fue alquilar un carro que trasladase las formidables meriendas y el
vino, y que, a última hora, cuando el sol poniente arrancaba fulgores que
incendiaban los edificios fronteros, servía de tribuna para inflamadas arengas.
Un año
después -en 1896-, los panaderos invitaron a pasar la tarde en su compañía a
los colegas de otros oficios, con los que tenían motivos de gratitud y de
especial simpatía.
Y como
aquello era bueno, el año siguiente imitaron a los panaderos grupos de obreros
de otros oficios, y, por fin, a partir de 1898 o 1899, la jira campestre entró
en el programa del día, celebrándose en la Pradera del Corregidor, y después, y
hasta hoy, en la Dehesa de la Villa.
A contar de
1897 reunió la jira a multitudes; pues en estos treinta y tres años ni una sola
vez tuvo que intervenir la autoridad para impedir o castigar sucesos
desagradables.
Ni una sola
vez dejó de haber tranquilidad y alegría.
J.J. MORATO
(De
La Libertad.)
"El Sol", 2 de mayo de 1930
EL
PRIMERO DE MAYO
ACTOS CELEBRADOS EN MADRID Y EN PROVINCIAS
La fiesta
del Primero de Mayo ha transcurrido en Madrid con orden completo.
Los
elementos directores de la Unión General de Trabajadores no habían solicitado
del Gobierno, según tenemos entendido, autorización para celebrar la
manifestación que otros años han celebrado, y, por lo tanto, el Gobierno ni la
ha consentido ni la ha denegado.
Desde
primeras horas de la mañana, numerosas familias de obreros marcharon al campo a
pasar el día. Los alrededores de Madrid se hallaban concurridísimos,
especialmente los merenderos de Cuatro Caminos y la Dehesa de la Villa.
Las
autoridades habían tomado precauciones en distintos puntos de Madrid, y fuerzas
de Seguridad y de la Guardia civil se hallaban en los Cuatro Caminos y plaza de
Manuel Becerra; pero no tuvieron que intervenir porque los obreros no
intentaron siquiera reunirse. (…)
1931
"Heraldo de Madrid", 2 de mayo de 1931
UNA
JORNADA TRIUNFAL DE LOS OBREROS ESPAÑOLES
Las manifestaciones celebradas en Madrid y muchas
poblaciones fueron un magnífico alarde de civismo y dignidad ciudadana
El magnífico ejemplo de civilidad del Primero de
Mayo republicano
El paro de ayer, con la fuerza imponente de su
unanimidad, puso de relieve, además de la fuerza y la disciplina del obrerismo
español, la conjunción de clases lograda bajo el pabellón de la República. La
fiesta de ayer no significó sólo, como era tradicional, un recuento de fuerzas
obreras; patentizó de modo solemne el júbilo de España por el advenimiento del
nuevo régimen. Además del entusiasmo, el orden fue la musa que inspiró el
ejemplo de civilidad ofrecida ayer al Mundo. Nada importa que en dos ciudades,
lo tumultuoso, fácilmente sofocado, hiciera su aparición. Y no importa porque
era descontado que los manejos turbios de gente sin escrúpulos iban encaminados
a una labor de funesta promoción de disturbios, y lo que consiguieron,
lamentable, pero exiguo, prueba bien a las claras que no es hora propicia para
agentes provocadores.
El obrerismo y España entera se sienten orgullosos
del alto ejemplo de civilidad ofrecido al Mundo en este Primero de mayo
republicano.
Paro general.- Aspecto de la población
La fiesta
del Primero de Mayo fue conmemorada en Madrid con un paro absoluto de todos los
oficios. La bandera de la República ondeó desde primera hora en todos los
edificios oficiales, y muchos balcones aparecían engalanados con la nueva
enseña nacional.
Ni tranvías,
ni taxis, ni Metro. La falta de circulación rodada imprimía a la población un
raro aspecto y la falta de periódicos quitaba a las calles uno de sus motivos
más animados. Solamente se prestaron, antes de la hora de la manifestación, los
servicios indispensables de pan y leche para el vecindario.
Desde muy
temprano empezaron a llegar a la Casa de Campo, a la Moncloa, a Puerta de
Hierro y a la Dehesa de la Villa centenares y centenares de personas, que se
disponían a pasar en el campo, familiarmente, la fecha del Primero de Mayo.
Muchos obreros lucían el gorro frigio, de papel o paño, o se lo habían puesto a
sus hijos.
La
circulación de automóviles particulares fue muy limitada. Casi todos ellos
llevaban un cartel que decía:
<Médico>, u otro que rezaba: <Coche oficial>. En la mayor
parte de ellos ondeaba la bandera roja o la tricolor.
Preparativos
Mucho antes
de la hora señalada para dar comienzo a la manifestación los obreros fueron
agrupándose en los lugares señalados al efecto. También los andenes del Prado,
Recoletos y Castellana iban llenándose de público en espera de que los
manifestantes se pusieran en marcha. La animación prometía ser extraordinaria.
En la verja del jardín Botánico se habían colocado unos carteles indicando el
número de grupo al que pertenecía cada Sociedad. Los obreros, como decimos, se
dirigían al puesto designado para unirse a los de su oficio. Todo ello con el
más completo orden.
A las diez y
cuarto se dispararon dos cohetes y posteriormente tres más. Era la señal para
que la manifestación se pusiera en marcha.
Costó esto
enorme trabajo, dada la enorme muchedumbre concentrada en Cibeles.
Gracias de
los esfuerzos de varios miembros de las Milicias socialistas, bajo la dirección
del Sr. Castro, que durante todo el recorrido realizó una labor extraordinaria,
pudieron avanzar los manifestantes.
La presidencia
Y tras un
espacio desierto de unos veinte metros venía la presidencia de la manifestación,
completamente rodeada por un cordón de Milicia socialista, formando cuadro,
integrada por muchachas y muchachos, cubriendo un espacio de todo lo ancho de
la calle y una profundidad de unos cuarenta metros. Así la presidencia de la
manifestación pudo transitar sin ningún agobio.
Lo que
pudiéramos llamar presidencia de la presidencia de la manifestación la
ostentaba el catedrático de Salamanca, rector de aquella Universidad y
presidente del Consejo de Instrucción Pública, D. Miguel de Unamuno, que llevaba
a su derecha al ministro de Trabajo, señor Largo Caballero, y a su izquierda al
de Hacienda, Sr. Prieto. También
figuraban en la primera fila de la presidencia, los señores Besteiro, Gómez,
Girals, Ovejero y los siguientes miembros del Consejo general de la Federación
Sindical Internacional: Staal (holandés), de la Oficina Internacional del
Trabajo de Ginebra; Eddo Fimmen (alemán), secretario de la Internacional del
Transporte; E.K. Louhikko, secretario de la Confederación Sindical de
Finlandia; J. Vichua (letoniano), secretario del partido obrerista de aquella
nación; Must (estoniano), secretario de la Sindical de aquel país, y Kare
(holandés).
El desfile
La
presidencia, como decimos, iba completamente aislada de la gran masa de la
manifestación por los militantes socialistas. En el frente de ellos figuraban
dos bellas niñas: una vestida de República, con gorro frigio y terciada en una
bandera tricolor, y otra vestida de rojo y con una banda en tercerola en que se
leía: "¡Viva el socialismo!".
Detrás de la
presidencia marchaban los manifestantes, en número superior a 300.000. Delante
de cada Sociedad o Agrupación iba la bandera correspondiente. Y el conjunto de
banderas ponía en la manifestación una nota espléndida de colorido.
La
manifestación avanzaba lentamente. A las once y cinco llega la cabeza a la
entrada del paseo de Recoletos.
Los
manifestantes cantaban "La Marsellesa" y "La
Internacional".
Tres damas se unen a la presidencia
Frente al
palacio de la Biblioteca un grupo de damas, abriendo las filas de espectadores,
consiguió llegar a la calzada y unirse a la presidencia de la manifestación.
Eran estas señoras la esposa del ex ministro belga Vandervelde, doña Isabel de
Palencia y doña Dolores Cebrián, esposa ésta del Sr. Besteiro.
Después de
saludar a los señores Unamuno, Prieto, Caballero y otros formaron en la
presidencia.
La manifestación, ante la Presidencia
A las doce
menos cuarto llegó a la Presidencia del Consejo la manifestación.
Desde las
once y media se encontraban ya en el despacho de ministros, acompañando al Sr.
Alcalá Zamora, los Sres. Albornoz, Azaña, Maura, Casares Quiroga, jefe superior
de Policía, Lerroux, Rafael Sánchez Guerra, Prieto y otras autoridades.
Poco después
de dicha hora el presidente, con los señores mentados, salió a la terraza de la
Presidencia para desde los balcones apreciar la importancia imponente del acto
que se celebraba. Cuando la comitiva llegó frente a la Presidencia del Consejo
se destacaron de ella los representantes obreros, Sres. Trifón Gómez, Muiño, Gana,
Largo Caballero y la señorita Victoriana Herreros.
Los
manifestantes aplaudieron frenéticamente al advertir la presencia del Gobierno
provisional en los balcones de la Presidencia.
Los
compañeros designados entraron en la casa presidencial y seguidamente se
dirigieron al balcón-terraza, haciendo entrega públicamente al Sr. Alcalá
Zamora del pliego que contenía las conclusiones adoptadas por la clase
trabajadora organizada. D. Niceto las leyó en alta voz a sus compañeros de
Gobierno y exclamó:
-¡Qué alegría
me produce ver aquí peticiones que ya están en la "Gaceta"!
El discurso
del jefe del Gobierno
Cuando se
hizo el silencio, el jefe del Gobierno pronunció el siguiente discurso:
"Ciudadanos,
compañeros: Atended un momento. El discurso será corto, pero la impresión que
recibiréis será muy grata.
Quizás la
manifestación más hermosa del afianzamiento de la República -para el cual
ofrecéis vosotros todo el apoyo, la inmensa fuerza que representa la
organización obrera- fue presenciada a los cinco días de proclamarse el nuevo
régimen ante la admiración del Mundo. Sin alarde de fuerzas, sin adoptar
precauciones de ninguna clase, gracias al celo y la disciplina maravillosa de
vuestra organización, Madrid ofreció el espectáculo de aquel desfile
inolvidable ante la tumba evocadora de la gloriosa memoria de Pablo Iglesias. Y
no hubo el más ligero desorden, la menor inquietud, el más mínimo recelo ni
sombra alguna de odio para la sociedad española… (Una fuerte ovación interrumpe
al orador. Cuando se restablece el silencio el señor Alcalá Zamora continúa:)
Pero el acto
de hoy tiene una significación todavía más honda, más fecunda: es la primera
fiesta oficial del Trabajo en el Estado español. Es decir: que en vez de
subsistir un antagonismo, un recelo, una oposición, una lucha entre la unión de
los trabajadores, el partido socialista y las reivindicaciones de justicia
social, y de otro lado el poder público, las reivindicaciones, vuestro programa
y el del poder público se hermanan ante la afirmación plena, rotunda y sincera
de que deseamos servir, en la medida en que las posibilidades lo permitan,
vuestro programa, vuestros anhelos (Se reproducen las ovaciones.)
Y en muestra
de que lo que digo no son palabras, sino hechos, voy a deciros cuál ha sido el
cambio de impresiones entre vuestro camarada Trifón Gómez y el presidente del
Gobierno, cuando recibía de sus manos las conclusiones que eleváis al Poder
público.
Estas
peticiones no son una novedad: su realización no es un conflicto; estas
peticiones son el repaso, la ratificación, el recuerdo casi, con pequeñas
diferencias, de todo el programa que el Gobierno tiene trazado, que está
llevando a la práctica y que ya ha aparecido, en parte, en la
"Gaceta". (Fuertes aplausos)
De suerte
que el amparo a las personalidades colectivas obreras, la ratificación de los
convenios que van extendiendo el trato humano al trabajo, la regulación del
problema de la tierra, sin miedo ante el empleo justo, con indemnización
prudente, del instrumento de la expropiación forzosa; la garantía de los
arrendamientos, el derecho a las mejoras, todo cuanto pedía, con ligeras
variantes, ajustadas a las modalidades que representen la prudencia en el
Gobierno, cuando no está ya en la "Gaceta" está en las cuartillas,
porque ha pasado más allá de la faz del pensamiento en el ánimo del Gobierno
(Gran ovación.)
¡Qué alegría
más grande ver que ya no necesitáis estampar en vuestras peticiones aquellas
que, como una ilusión y un anhelo perenne, repetíais anteriormente, cual la
derogación de la ley de jurisdicciones! ¡Qué alegría tan grande, qué
satisfacción tan inmensa ver que algunas de las cosas que pedía, habiendo
aguardado veinticuatro horas, estarían borradas de este documento, porque están
ya en las columnas de la "Gaceta"! (Formidable ovación.)
Vamos adelante,
y adelante rápidamente, y cuando llegue la fiesta del Trabajo el próximo año de
todas estas peticiones serán muy pocas las que tengan que renovarse, porque la
inmensa mayoría de ellas habrán quedado atendidas.
Ciudadanos:
En marcha. ¡Viva la justicia social!".
El discurso
del Sr. Alcalá Zamora es seguido de largas ovaciones y vivas al Gobierno y al
régimen, que duran largo rato.
Palabras de Largo Caballero
El ministro
de Trabajo hizo ademán de dirigir la palabra al pueblo. Cesaron los vítores y
las aclamaciones, y el Sr. Largo Caballero, restablecido el silencio, pronunció
una breve arenga:
"Después
-dijo- del discurso del señor presidente de la República es preciso que
vosotros demostréis con hechos vuestros propósitos de trabajar por la
tranquilidad del país y evitar todo incidente que pudiera dar motivo a nuestros
enemigos para censurar esta República, que ha nacido en la forma que todos
habéis visto y aplaudida por el Mundo entero.
Yo os ruego,
pues, que inmediatamente os disolváis
dentro del mayor orden, para que todo el mundo mañana pueda decir que esta
nueva jornada ha sido una demostración más del estado civil de nuestro país y
del estado de capacidad, civil también, de la clase trabajadora.
¡A
disolverse! Y nada más".
Se disuelve la manifestación
Finalmente
saludó desde el balcón de la Presidencia el alcalde de Madrid, que fue muy
aplaudido.
Y luego de
una gran explosión de los entusiasmos populares (vivas frenéticos a Alcalá
Zamora, a Unamuno, a Largo Caballero, a Prieto, al Gobierno, a la República y
al Primero de Mayo) se disolvió, ordenada y pacíficamente, la manifestación,
gallarda muestra de educación ciudadana.
Las conclusiones
El escrito
de conclusiones dice así:
"Los
que suscriben, en nombre y representación de las sociedades obreras domiciliadas
en la Casa del Pueblo de Madrid, elevan a V.E. las conclusiones que motivan la
manifestación del Primero de mayo, esperando que el Gobierno de la República
les dé estado legal en la legislación social del trabajo. Cúmplenos
primeramente expresarle, ilustre ciudadano, el testimonio de la clase obrera
organizada que representamos, de su fervorosa adhesión a la República y de su
decisión de defenderla y arraigarla, aunque para ello fueran menester los más
extremos sacrificios.
Manifestada
nuestra declaración y afirmación, que obedecen a las profundas y arraigadas
convicciones de nuestro deseo de libertad, exponemos a V.E. lo que son nuestras
aspiraciones en este Primero de mayo:
Primero.
Concesión del derecho de sufragio a los ciudadanos que hayan cumplido veintiún
años de edad.
Segundo.
Ratificación sin condiciones del convenio de Washington sobre la jornada de
ocho horas, cuyo cumplimiento debe garantizarse, así como el toda la
legislación social, con el nombramiento de inspectores obreros.
Tercero.
Adopción de procedimientos eficaces que tiendan a resolver la crisis de trabajo
y el encarecimiento de la vida.
Cuarto.
Medidas que intensifiquen la construcción de casas baratas.
Quinto.
Implantación de cuantos seguros sociales tiendan a garantizar eficazmente la
existencia de los trabajadores de uno u otro sexo en los trances difíciles a
que les somete su propia convicción.
Sexto.
Creación de las escuelas necesarias para todos los niños que deben asistir a
ellas.
Séptimo.
Promulgación de una ley que facilite el desenvolvimiento de las cooperativas.
Octavo.
Legislación agraria que comprenda lo siguiente: extensión de los beneficios de
la ley de Accidentes del trabajo a todos los obreros agrícolas; constitución
urgente de los comités paritarios en la agricultura; modificación del derecho
vigente en el sentido de que los arriendos de tierras, sea cualquiera el
sistema, tengan una duración mínima de veinte años; indemnización de las
mejoras introducidas por el esfuerzo del arrendatario y que la renta no sea superior
al interés legal del valor declarado a la Hacienda; prohibición de los
subarriendos; obligación del cultivo intensivo; municipalización de las tierras
que por abandono de sus dueños lleven sin producir más de cuatro años y
concesión de dichas tierras en arrendamiento a las sociedades de obreros
agrícolas residentes en la localidad para que las exploten en común, bajo la
dirección técnica que determine el Estado; roturación de las tierras destinadas
a caza y cría de ganado de lidia; creación de un crédito agrícola nacional con
un interés módico de amortización a largo plazo; reconocimiento preferente para
los arrendatarios del derecho de retracto en caso de venta de las tierras dadas
en arriendo o parcería, etc.
Noveno.
Repoblación forestal.
Décimo. Promulgación
de una ley de control sindical en las industrias".

EL PUEBLO SE
EXPANSIONA
En la Casa de Campo, en la Moncloa y en la
Dehesa de la Villa
Numerosos niños extraviados
En la Casa de Campo
Antes de las
cinco de la mañana empezó a afluir el público a la Casa de Campo, cuyas puertas
no fueron abiertas hasta las ocho y media.
La mayor
parte de los excursionistas llevaban ya la comida preparada; pero bastantes,
sin embargo, llevaban solamente los ingredientes y la hicieron en hogueras que
encendían en la Casa de Campo.
Como la
mayor parte de los excursionistas iban acompañados por toda la familia, el
número de niños que se hallaban en la Casa de Campo era muy grande y no
tardaron en perderse muchos.
La Guardia
civil organizó inmediatamente un servicio para recoger a todos los niños
extraviados los cuales fueron llevados a los puestos y casillas de la Guardia
civil. En el puesto llamado de La Torrecilla se recogieron más de treinta
niños, y en el de la puerta del Rey más de cincuenta. A pesar de todo, algunos
no pudieron ser hallados por sus familiares y se avisó a las Tenencias de
Alcaldía para que pasasen aviso a los domicilios respectivos.
En la Moncloa
En
diferentes puntos de la Moncloa se reunieron también numerosas familias de
trabajadores para pasar el día alegremente.
Aquellos
magníficos campos ofrecían un aspecto pintoresco. Las gentes encendieron
lumbres y se dedicaron a condimentar la clásica paella.
En la Dehesa de la Villa
También en
este lugar la afluencia de público fue extraordinaria. La falta de vehículos
hizo, sin duda, que la gente de la zona Norte, desistiese de acudir a la Casa
de Campo y se congregase en la Dehesa de la Villa, adonde muchos de los
excursionistas se trasladaron en camionetas adornadas con banderas
republicanas.
Por toda la
extensión se veían grupos en los que los jóvenes bailaban a los sones de
guitarras, acordeones y gramófonos portátiles.
No se
produjeron incidentes.
El regreso
Anochecido
comenzó el regreso a Madrid de los excursionistas.
El desfile,
cada vez más numeroso, no cesó hasta después de las nueve. La mayoría regresaba
a pie, pero también se utilizaron todos los medios de transporte, incluso caros
de mano, que a duras penas empujaban los cabezas de familia.
Por la
Puerta del Sol y calles céntricas se vieron grupos de gallegos y asturianos que
desfilaban a los acordes de la gaita y cantando aires regionales.
Los militares
Para
conmemorar la fiesta del Trabajo, primera que se celebra bajo el régimen
instaurado por el pueblo soberano, el ministro de la Guerra dispuso que en los
Cuerpos, centros y dependencias del Ejército se pusiera en libertad a los
arrestados por motivos leves, se distribuyese a la tropa comida extraordinaria
y se entregase a los cabos y soldados los premios en metálico con que era costumbre
solemnizar las fiestas onomásticas de los soberanos del pasado régimen.
Los presos
Con motivo
de la fiesta del Trabajo, la directora general de Prisiones ordenó a los
directores de la Celular de Madrid y Prisión de mujeres, que obsequiasen a los
presos y presas con un rancho extraordinario.
EL CAPÍTULO DESAGRADABLE
Numerosos
accidentes e incidentes en la Casa de Campo
y
Dehesa de la Villa
Más de cuarenta heridos
Durante la
celebración de la jira campestre se registraron numerosos accidentes, ocasionados
por la excesiva aglomeración, unos, otros, como consecuencia de algún exceso de
vino y varias riñas habidas entre irascibles, que nunca faltan. En la Casa de
Socorro sucursal de la de Palacio fueron curadas, durante la tarde de ayer, 36
personas. Tal aglomeración de heridos y accidentados puso a prueba la buena
voluntad de los médicos de guardia y ayudantes, que se multiplicaron para
atender a todos los que solicitaron su asistencia, pues el personal facultativo
no se reforzó, como hubiera sido prudente.
En otros
establecimientos benéficos fueron atendidos también muchos obreros. (…)
Los niños extraviados
Durante toda
la noche de ayer y la mañana de hoy han sido recogidos todos los niños que se
extraviaron en la Casa de Campo, Moncloa y Dehesa de la Villa, a causa de la
enorme aglomeración de público.
Por
disposición del alcalde, los niños fueron atendidos esmeradamente durante las
horas que permanecieron separados de sus padres.
A mediodía
de hoy sólo quedaba por recoger un niño, en la Tenencia de Alcaldía de Palacio.
“El Sol”, 2 de mayo de 1933
LA FIESTA DEL PRIMERO DE MAYO
La jornada transcurrió con toda tranquilidad
La borrasca dispersa a los romeros
Un hombre se arroja al estanque de
la Casa de Campo
Bailes y cantos regionales
Los carteristas no respetaron la
Fiesta del Trabajo
Un hombre gravemente herido
En la Casa de Socorro del Puente de Segovia fueron asistidos
un centenar de heridos
1932
"Heraldo de Madrid", 2 de mayo de 1932
LA
FIESTA DEL PRIMERO DE MAYO
En Madrid el paro fue absoluto, así como el cierre
de establecimientos y espectáculos públicos
Se intentaron algunos alborotos que, por fortuna,
carecieron de importancia
En Madrid
Por las calles circularon escasísimos vehículos
particulares y oficiales.
Todas las
calles aparecían a primeras horas de la mañana totalmente desiertas. Conforme
iba entrando la mañana y con ella la seguridad de un buen día, las calles
fueron poblándose más y más, pero si recobrar ni mucho menos su habitual
aspecto. Circularon escasísimos coches -alguna ambulancia sanitaria, los de
Correos y contadísimos particulares- y algunas "motos" que
aprovechaban la falta de circulación para correr a su gusto.
La Puerta
del Sol y las calles céntricas de la ex corte, presentaban aspecto pueblerino,
pues los grupos domingueros, a falta de donde meterse, charlaban en corrillos
mientras los muchachos se dedicaban a jugar al fútbol
En la Casa de Campo y alrededores de Madrid la
animación
fue extraordinaria
A pesar de
lo inseguro del día, desde primera hora de la mañana comenzó la gente de Madrid
a trasladarse a la Casa de Campo y alrededores de la villa, dispuesta a pasar
allí el día.
A media
mañana el sol brilló espléndido y la animación aumentó y puede calcularse que a
mediodía había en la Casa de Campo más de 30.000 personas que almorzaron
alegremente.
En la puerta
de la Casa de Campo había un tanque automóvil de gran capacidad para que los
excursionistas se proveyesen de agua; un coche-ambulancia sanitario y un auto
cerrado por si fuera preciso trasladar a algún detenido. Un centenar de
guardias municipales cuidaban del orden, que no se alteró, y diversos carteles
colocados en los árboles hacían las indicaciones necesarias y señalaban el
lugar donde se hallaban las fuentes.
A media
tarde la concurrencia en la Casa de Campo era verdaderamente sorprendente, pues
infinidad de personas acudieron a merendar. El orden siguió sin alterarse, y si
bien los guardias de Orden público nada tuvieron que hacer, los encargados de
la ambulancia sanitaria trabajaron "de lo lindo", pues era tal el
número de gente que "se alegró" que hubo de llevarles a que olieran
amoniaco para que se pudieran marchar a sus casas.
A primera
hora de la noche emprendieron todos el regreso a Madrid en alegres
"pandillas" que fueron a sus casas cantando alegremente y con
afinación discutible.
En la Sierra también hubo una animación
verdaderamente grande
Los
aficionados a la Sierra, no faltaron este día a su deporte favorito.
Desde
primera hora la estación del Norte era un hervidero de gente que, con los
clásicos patines y esquís, se apresuraba a marchar a la vecina Sierra.
A las once
de la mañana puede asegurarse que ni uno solo de los aficionados a la Sierra
quedaba en Madrid, pues por ferrocarril marcharon más de 5.000 personas y en
autobuses y coches particulares marcharon otras tantas.
A la Granja, San Fernando de Henares y otros
pueblos cercanos
También
fueron muchas las personas que se fueron a pasar el día a La Granja, San Fernando de Henares y otros pueblos cercanos
a Madrid, para pasar el día en el campo.
Se calcula
en más de 8.000 personas las que fueron a comer a las orillas del Jarama. A La
Granja fueron menos porque el tren de Segovia es de plazas limitadas.

Los comunistas intentan una manifestación, siendo
disueltos.-
Ocho heridos
A media
mañana se tuvo noticia en el ministerio de la Gobernación de que un grupo de
exaltados formado en el paseo de la Castellana, pretendía organizar una
manifestación y llegar hasta la Puerta del Sol. Ante el intento, el retén de
guardia de asalto destacado en Gobernación se preparó a dispersar a los
manifestantes.
Poco después
comenzaron a llegar por distintas calles a la Puerta del Sol algunos grupos.
Los de Asalto salieron de Gobernación a hacerles frente y les obligaron a huir
por las calles Montera, Alcalá, Arenal, Mayor y Carretas. Cuando llegaban en
persecución de ellos al ministerio de Hacienda un grupo de comunistas quiso
hacer frente a los guardias, provistos unos de varas de fresno y otros de
banderitas rojas que llevaban ocultas y que a la vista de la fuerza pública
enarbolaron. Al mismo tiempo se oyeron gritos de ¡Viva Rusia! ¡Viva el
comunismo! y otros subversivos. Los guardias iniciaron una carga, y como los
manifestantes se resistieran a dispersarse, y muchos de ellos acometieran con
las varas a los guardias, éstos hicieron uso de los vergajos en una enérgica carga,
que obligó a los alborotadores a refugiarse en el zaguán del ministerio de
Hacienda. Simultáneamente, en las calles Mayor, Carretas y del Arenal se daban
también cargas contra otros que en dichas calles pretendían hacerse fuertes.
(…)
Un niño herido al arrollarle los manifestantes.-
Se recoge una bandera roja
En el Equipo
Quirúrgico del Centro los doctores Valdovinos, García Caballero y Duarte
asistieron a varios heridos, entre ellos a un niño arrollado por los
manifestantes que huían.
En la Castellana y en la plaza de Herradores se
intentan
manifestaciones.- Un guardia lesionado
A la una y
media los alborotadores intentaron celebrar una manifestación en el paseo de la
Castellana para dirigirse a la Presidencia. Los guardias de Asalto los disolvieron
violentamente. A la misma hora los mismos elementos formaron otra manifestación
en la plaza de Herradores, y uno de ellos, subido en un farol, pronunció un
violento discurso. Llegaron los guardias de Asalto a caballo y despejaron la
plaza de los mencionados grupos. Uno de los guardias persiguió a un grupo de
comunistas. Al llegar a la calle del Arenal el caballo que montaba resbaló en
el asfalto y el guardia cayó violentamente al suelo, fracturándose una
clavícula. El mismo grupo intentó formar análoga manifestación en la antigua
plaza de Isabel II y los guardias volvieron a disolverlos. Los guardias de
Asalto depositaron en Gobernación una bandera roja que cogieron a los
comunistas en el paseo del Prado cuando pretendían celebrar otra manifestación.
En la calle Mayor un grupo de comunistas
pretendió arrollar a quince guardias de Asalto y, al efecto, abalanzáronse a
ellos. Algunos guardias cayeron al suelo, pero rehiciéronse prontamente y
rechazaron a los agresores, aprehendiendo a casi todos ellos. A mediodía había
en la Comisaría del Centro veintiún detenidos.
Se hacen disparos en la calle de Sevilla
Cuando los
guardias dieron la carga en la calle de Alcalá, otro grupo de extremistas que
quería irrumpir en dicha calle por la de Sevilla, hizo hasta cuatro disparos de
pistola, que produjeron gran confusión y alarma.
Por fortuna
los disparos no hicieron blanco.
Las piedras que llevaban los detenidos
A uno de los
detenidos en la calle de Alcalá se le ocuparon en el bolsillo cuatro enormes
guijarros, preparados, a juzgar por los filos y puntas que presentaban, para
herir de cualquier manera que hicieran blanco.
Por la noche se intenta en Cuatro Caminos una
manifestación
con banderas rojas
A las nueve
de la noche se recibió aviso en la Dirección de Seguridad de que se acercaban a
Cuatro Caminos numerosos comunistas con banderas rojas procedentes de Tetuán.
En el acto salieron para allá seis carros de Asalto, con número suficiente de
guardias para cortarles la retirada. En efecto, la sola presencia de la fuerza
pública bastó para poner en dispersión y precipitada fuga a los grupos que no
eran numerosos.
En el día de ayer se practicaron 60 detenciones
El director
de Seguridad, Sr. Menéndez, recibió anoche poco antes de retirarse a descansar,
cuando la tranquilidad era completa ya en Madrid.
Díjosnos
que, a consecuencia de los disturbios de ayer, se habían practicado en junto
sesenta detenciones, de las cuales dos lo fueron por atentado contra la
autoridad, por lo cual habían pasado al Juzgado de guardia, y los cincuenta y
ocho restantes, por distintas causas y motivos, para imponer a cada uno de los
detenidos una multa.
El día, con
haber sido muy movido en Madrid, no ofreció, afortunadamente, sucesos
importantes que lamentar, y ha servido para demostrar a los alborotadores que
sobran medios en cualquier momento para imponer el orden sin necesidad de
acudir a represiones violentas.
El Sr.
Menéndez acudió por la mañana a la estación, con su secretario, a recibir al
ministro de la Gobernación y luego se dedicó a recorrer Madrid de Cuatro
Caminos a Vallecas, paseo de San Vicente y plaza de Castelar, para inspeccionar
los servicios de vigilancia, encontrándolos bien montados, según ha demostrado
la eficacia de los mismos.
Un portugués resulta herido
Además de
los heridos de que damos cuenta, en la Casa de Socorro del distrito del
Congreso fue asistido un súbdito portugués, que resultó, al encontrarse entre
los manifestantes, herido no sabía por quién.
Detenido por injurias a la fuerza pública
En la Puerta
del Sol fue detenido José Gutiérrez Rodríguez, por haber dirigido palabras
injuriosas a las fuerzas de Asalto que allí actuaban. Fue conducido a la
Comisaría del Centro, donde se le formó el oportuno atestado.
Un suceso algo extraño
Al pasar
ayer tarde por la Puerta del Sol el presidente de una Juventud radical
sorprendió una conversación sostenida por dos hombres en la que se hablaba de
entrega de papel. Suponiendo el mencionado presidente que se trataba del
reparto de alguna hoja clandestina siguió a ambos hombres, que se dirigieron a
la calle del Carmen. Ya en ésta penetraron en un cuarto portería próximo a la
iglesia, saliendo pocos momentos después con un paquete del periódico
"Nosotros".
Pareciéndole
sospechoso cuanto presenciaba, el presidente de la Juventud radical denunció el
hecho y los hombres portadores del periódico fueron detenidos y trasladados al
ministerio de la Gobernación.
Los jóvenes
portadores del periódico dijeron llamarse Pedro Esteve y José Silva Barrada.
Pasaron a la Inspección de guardia de la Dirección de Seguridad, donde se les
puso en libertad después de prestar declaración.
1933
"El Socialista", 28 de abril de 1933
VIDA
MUNICIPAL
Facilidades para los que acudan el Primero de Mayo
a la Dehesa de la Villa y a la Casa de Campo
Teniendo en
cuenta que el día 1 de mayo acude una gran masa de ciudadanos a la Dehesa de la
Villa y a la Casa de Campo, el Ayuntamiento ha dispuesto un servicio para el
abastecimiento de agua por medio de tanques y fuentes portátiles, y, por tanto,
se ruega al público colabore para que se observe el mayor orden y limpieza al
usar estas fuentes.
Al mismo
tiempo, se ha organizado un servicio para la recogida de niños que se
extravíen, de forma que todos los que se extravíen en la Dehesa de la Villa
serán depositados en el Colegio de la Paloma, y los que se extravíen en la Casa
de Campo, en la Administración de esta finca (Puerta del Río), a cuyos sitios
deben acudir los familiares.
Al mismo
tiempo, se recuerda la prohibición de encender lumbre en la Dehesa de la Villa
y en la Casa de Campo, ante el peligro de incendio, así como también se espera
de todos los ciudadanos su colaboración para impedir que sean destrozados los
árboles o plantas de tan magníficos parques del pueblo madrileño.
"El Socialista", 2 de mayo de 1933
LA
FIESTA DEL TRABAJO
Se celebró ayer con gran entusiasmo y muestras de
plena adhesión de la clase trabajadora a nuestros postulados
EN MADRID.
El paro fue unánime y sólo abrieron las farmacias.
Ayer se ha
celebrado, como en años anteriores, la Fiesta del Trabajo en toda España. En
Madrid quedó terminado el trabajo en todas sus ramas a las seis de la mañana,
hora en que se retiraron los taxis. Desde aquel momento las calles de Madrid
presentaron un aspecto verdaderamente curioso. En las vías de más tránsito,
como las calles de Alcalá, de Montera, etc., en la Puerta del Sol, se daba el
caso de que en las horas en que la circulación llega a su período culminante
otros días, hoy se veía a los niños jugar como si fuera un parque público.
Todo el
comercio permaneció cerrado. Solamente abrieron sus puertas las farmacias.
La
circulación también quedó interrumpida. Solamente se vieron por las calles los
automóviles oficiales de la policía y los camiones militares. También se
permitió la circulación de los automóviles utilizados por los médicos. Además
de estos vehículos, solamente se vieron en las calles madrileñas algunos coches
conducidos por extranjeros que llegaron a Madrid, encontrándose con una
población en la que parecían haber desaparecido la mayoría de sus habitantes.
Gran animación en la Casa de Campo.
La Casa de
Campo, la Dehesa de la Villa y en Puerta de Hierro estuvieron totalmente
ocupadas por los trabajadores madrileños, que desde la mañana marcharon a pasar
el día en el campo.
Tal fue la
afluencia de público en la Casa de Campo, que en previsión de que pudiera
ocurrir lo que en años anteriores, en
que se extraviaron varios niños, Unión Radio anunció en su emisión de mediodía
que a ella podían comunicarse las noticias de pérdidas de niños, con lo cual
podía facilitarse la tarea de buscarlos. También en la Casa de Campo se había
establecido un servicio para los niños perdidos. En la casa de los guardas
cercana al río se fijó el punto adonde debían ser llevados éstos, y desde allí
se daba aviso a la emisora. Por este procedimiento se devolvieron a sus padres
algunos niños que se habían extraviado.
Aunque el
tiempo no fue bueno, pues a primera hora de la mañana llovió, no restó magnitud
al espectáculo que ofrecían estos lugares.
Pequeños incidentes entre la fuerza pública
y grupos extremistas.
Con motivo
del Primero de Mayo se habían adoptado en Madrid algunas precauciones. A las
once y media de la mañana comenzaron a formarse grupos en la plaza de Castelar.
Minutos después había un centenar de individuos extremistas que, provistos de
una bandera roja, se proponían desfilar en manifestación. Marcharon por la
calle de Alcalá con dirección a la Puerta del Sol; pero al llegar a la calle
del Marqués de Cubas los guardias de asalto llegaron en un camión y procedieron
a disolver la manifestación, para lo cual hicieron uso de las porras. Los
manifestantes contestaron a esto con una lluvia de piedras, de las que se
habían provisto cumplidamente, y hubo un momento en que los guardias sacaron
sus pistolas e hicieron algunos disparos al aire.
De los
grupos comunistas partieron también disparos, y momentos después había quedado
disuelta la manifestación.
Entre los
escasos transeúntes que había por la calle Alcalá se produjo alguna confusión,
que se propagó hacia otras barriadas limítrofes, en las que también hubo
carreras.
Con motivo
de este suceso resultó herido de una pedrada en un brazo el agente de la
primera brigada señor Monasterio Vives.
El
transeúnte Fermín de Miguel, al que sorprendieron los incidentes, se refugió
entre los guardias y resultó herido de un balazo en el antebrazo, herida que
fue calificada de pronóstico reservado.
Se
practicaron varias detenciones.
Minutos
después de ocurrir estos incidentes se presentó en la Casa de Socorro del
distrito del Hospital un individuo apellidado Yagüe, el cual sufrió un balazo
en un muslo.
De la Casa
de Socorro dieron aviso a la Dirección general de Seguridad, y los agentes
detuvieron al herido.
Aparte de
las que se hicieron en la calle de Alcalá, se han practicado después varias
detenciones de elementos extremistas.
“El Sol”, 2 de mayo de 1933
LA FIESTA DEL PRIMERO DE MAYO
La jornada transcurrió con toda tranquilidad
Incidentes en la Casa de
Campo.- Al desprenderse la rama que sostenía un columpio resulta muerta una
anciana y gravemente herida otra mujer
Silencio en la ciudad
Las banderas al viento en los altos mástiles de
los edificios oficiales. Las colgaduras en los balcones. Un cielo bajo de nubes
grises pasa sobre las calles en silencio. A ratos, un poco de sol cernido entre
nubes, de lluvia primaveral.
A media mañana, enormes masas de ciudadanos han
acampado en los alrededores de Madrid. Apenas discurres por las calles algunos
grupos de rezagados, que marchan también al campo.
Fiesta del Trabajo. El paro es unánime. Y el
aspecto de la ciudad, sorprendente. La amplitud de las calzadas y paseos parece
no tener objeto. De cuando en cuando pasa un ciclista como un fantasma,
pedaleando en la máquina tranquilamente. El ritmo del paso de los transeúntes
es (…) y pausado. El ciudadano se encuentra bajo la sensación desconcertante de
una pausa en su ruidosa sinfonía cotidiana. Hasta estos hombres azules -los
guardias de orden público- que transitan por algunas vías céntricas tienen un
aire de desgana definitiva. El orden, por la tarde, es perfecto. Por la mañana
se han registrado unos pequeños alborotos, que han sido sofocados rápidamente.
Paz y silencio. Las horas parecen interminables. Están cerrados todos los
casinos, todos los cafés, tiendas y
centros. Están abiertas todas las ventanas y balcones sobre el silencio de las
calles. En la Gran Vía bailan unos húngaros, y se empeñan en hacer desplegar
gracias coreográficas a un viejo camello. Ni con la sensación de desierto que
nos rodea -los grupos de transeúntes son escasos- se logra que el pobre rumiante se anime, ni
aun estimulado por el redoble de un viejo tambor destemplado y los sonidos
agrios de un cornetín. Unas niñas saltan a la comba en medio de la calzada y
cantan un romance primaveral.
Desde ventanas, balcones y miradores los vecinos
miran las calles desiertas. Brazos desnudos de mujeres y vestidos de andar por
casa de todos los colores. Niños que cantan y juegan en las calzadas, perros
vagabundos. Un hombre sudoroso avanza dando resoplidos bajo el peso de una
maleta. En algunas placitas apartadas de las grandes arterias ciudadanas, Madrid
tiene un aire de pueblo de partido judicial manchego.
Se oye un ruido de tambores batidos y los gallos
de unas cornetas bélicas. La fanfarria militar avanza en formación de tres en
línea. ¿Qué fantasmas son éstos? El bravo batallón de milicianos, los (…)
románticos, rematados por los plumeros, los pantalones y guerreras azules y
rojos como construidos por carpinteros, así están de planchados. Pasan, al hombro los viejos
fusiles con las caladas bayonetas relucientes. Pasan marciales y rígidos. Les
precede un vago olor de naftalina, e igual perfume les sigue, sin que baste a
neutralizarlo el aroma denso de las acacias floridas. Se pierden por los
jardines del paseo del Prado. Y otra vez el silencio, que no se interrumpe
hasta el atardecer. A esta hora las calles se animan. Vuelven del campo
pandillas alegres que lanzan al aire sus canciones. Escasa iluminación en la
noche.
Una gran jornada para la meditación en la ciudad.
En las
primeras horas de la madrugada descargó sobre Madrid una fuerte lluvia; pero esto
no fue obstáculo para que por la mañana al cesar la lluvia y a pesar de que el
cielo continuaba amenazador, millares y millares de madrileños se echaron al
campo con sus familias, bien provistos de comida e incluso de paraguas y
mantas.
Difícil
resulta hacer un cálculo del número de vecinos madrileños que pasaron la fiesta
en los parque y campos de los alrededores de la capital. Las caravanas eran
interminables. Sólo a la Casa de Campo acudieron más de trescientas mil
personas. Durante toda la mañana continuaron saliendo de sus casas numerosas
familias que, al ver que la amenaza de lluvia no se (…), se decidían a pasar el
día en el campo.
El pueblo
invadió no sólo las calzadas, sino también las aceras. No circuló ni un solo
vehículo, excepto los coches y camiones de la Dirección general de Seguridad,
que de vez en cuando desfilaban con agentes y guardas encargados de mantener el
orden.
La calles de
la capital estuvieron todo el día llenas de niños, que cantaban y jugaban si
miedo a automóviles y tranvías.
Imposible
resulta dar una información detallada.
La gente no
sólo lleno los parques municipales, sino que muchos vecinos, en la noche del
sábado, emprendieron la ruta hacia la Sierra y pueblos de los alrededores.
Puede decirse que en todos los lugares situados en un perímetro de cien
kilómetros en torno a Madrid había vecinos madrileños.
Sesenta y seis heridos en la Casa de Campo
Los
servicios instalados por el Ayuntamiento en la Casa de Campo dieron el máximo
rendimiento, aunque, debido a la insospechada aglomeración de público
-trescientas mil personas calculaba el jefe de la Guardia municipal, Sr.
González Bravo, que habían acudido ayer a la Casa de Campo- hubo deficiencias
inevitables. No fue posible atender el abastecimiento de agua, no obstante el aumento
de fuentes en la Casa de Campo, de depósitos instalados recientemente y de los
tanques que ayer incesantemente acudían con agua potable.
Sesenta y
seis fueron las personas que resultaron heridas en la Casa de Campo. Algunos de
estos heridos lo fueron a causa de las riñas que surgen siempre allí donde se
bebe vino con exceso; pero la mayoría lo fue en accidentes casuales y
generalmente a consecuencia de caídas.
Las Casas de
Socorro de los distritos correspondientes a la Casa de Campo montaron servicios
de asistencia extraordinarios, y el trabajo realizado por el día por estos
profesores médicos fue meritísimo e incesante.
A pesar de
los servicios extraordinarios montados por las autoridades municipales para
atender a las personas que pudieran producirse heridas o contusiones, en la
Casa de Campo hubo necesidad de utilizar en diversas ocasiones para trasladar
al público víctima de accidentes los camiones de guardias de asalto que
prestaban servicio de vigilancia en este parque y los coches de los jefes del
Ayuntamiento.
Cuando se estaban columpiando unas jóvenes en la
rama
de un árbol, se rompe ésta y produce la muerte de
una anciana
y hiere de
gravedad a otra mujer
A las seis
de la tarde ocurrió un sensible accidente, que costó la vida a una mujer y
produjo lesiones muy graves a otra.
Numerosos
jóvenes se entretenían en diversos juegos. Unas jóvenes ataron una cuerda en
las ramas de un árbol con objeto de hacer un columpio. Cuando se columpiaban,
una de las ramas se desgajó y fue a caer sobre varias personas que allí estaban
sentadas.
Con toda
rapidez, las víctimas, que eran dos mujeres, fueron recogidas y trasladadas a
la Casa de Socorro, del distrito de Palacio, donde los médicos certificaron la
defunción de una de las señoras que se
llamaba Petra Pérez de la Viuda, de setenta y dos años de edad,
domiciliada en Antonio Grilo, núm. 14.
A la otra
mujer le fueron apreciadas lesiones graves. Se llama Isidra López Mencía, de
cuarenta años de edad, con igual domicilio que la anterior.
En la Casa de Campo se extraviaron 60 niños
y
en la Dehesa de la Villa, 15. Todos fueron
recogidos
por sus padres en los refugios municipales.
Como ya saben nuestros lectores, el Ayuntamiento
instaló en los lugares más indicados de los parques madrileños casetas y refugios
para recoger en ellos a los niños que, dada la afluencia enorme de público,
pudieran alejarse de sus padres. Sesenta fueron los pequeñuelos que tuvieron
que ser recogidos en estos sitios. Todos ellos fueron reclamados por sus
respectivos padres.
En la Dehesa
de la Villa, donde la afluencia de público fue también extraordinaria, se
extraviaron quince niños, de los que se hicieron cargo los guardias
municipales, que llevaron a los pequeñuelos a los refugios instalados al
efecto, donde los custodiaron hasta que fueron reclamados.
La
vigilancia en la Casa de Campo estuvo a cargo de 250 guardias municipales,
además del personal fijo de la que fue posesión real. Al frente de estas
fuerzas, que actuaron durante todo el día con un celo extraordinario,
estuvieron el jefe de la Guardia municipal, teniente coronel señor González
Bravo, y el segundo jefe, capitán Laoz.
La borrasca dispersa a los romeros
La lluvia y
el vendaval de las cinco de la tarde precipitaron el desfile de los millares de
personas que habían acudido para pasar con la familia el día.
En la Casa
de Campo se notó –varias veces señaló esta deficiencia EL SOL, en su sección
municipal- la falta de puertas y accesos al parque. Como decimos antes, la
lluvia y el fuerte viento precipitaron el retorno a sus lares de la gente allí
congregada, y hubo necesidad de formar colas interminables ante las escasas
puertas.
Un hombre se arroja al estanque de
la Casa de Campo
Los efectos
del vino, naturalmente, se dejaron sentir en esta fiesta. De que tal cosa sucedió
pueden dar fe en varias Casas de Socorro, en las que hubo necesidad de asistir
a los que habían bebido vino en exceso. Uno de los que con más fuerza sentían
los efectos optimistas del alcohol se creyó nadador, y sin pararse a meditarlo
un solo momento se arrojó al estanque de la Casa de Campo. Menos mal que en los
alrededores había varias personas que consiguieron sacarle con vida.
Bailes y cantos regionales
Entre los
asistentes a la Casa de Campo se organizaron diversos bailes y cantos del
folklore nacional. Asturianas, jotas aragonesas, valencianas, navarras y
castellanas, sardanas y flamenco, mucho flamenco. También fueron numerosos los
orfeones más o menos afinaos que recorrían el campo como imprescindible
exponente de la filarmónica popular.
Los carteristas no respetaron la
Fiesta del Trabajo
Ya se sabe
que allí donde la gente se aglomera, sea la feria pueblerina o la verbena
ciudadana, los amigos de lo ajeno establecen su cuartel general. Ayer, a pesar
de ser la festividad del trabajo, los carteristas no quisieron celebrarla, o
quizás pensaron celebrarla del todo, y en número crecido acudieron a la Casa de
Campo y a la Dehesa de la Villa, donde desplegaron sus actividades con algún
éxito y con determinados fracasos.
Hubo
carterista que, cogido “in fraganti”, pagó en sus costillas el pecado de su
ambición. Otros muchos fueron detenidos por los guardias municipales y los de
asalto que en diversos camiones recorrían con frecuencia aquellos lugares.
El ex
concejal Sr. Cortés y un amigo suyo persiguieron a un carterista que los había
robado y consiguieron darle alcance. El ladronzuelo fue llevado a la Comisaría
del distrito.
Un hombre gravemente herido
Los
carteristas dieron lugar con sus actividades a un suceso sangriento.
A la salida
de la Puerta del Ángel un grupo de muchachos, entre los que iba Francisco de la
Fuente Gómez, de veinte años, domiciliado en la plaza de Tirso de Molina,
número 3, acompañado de dos amigos, uno de ellos llamado Francisco Sánchez
Vilaseca, que vive en la calle de Doña Urraca, número 5, se detuvo allí un
momento. A Francisco se le acercó un individuo que intentó quitarle la cartera.
Naturalmente, Francisco se resistió, y entonces el desconocido le dio una
bofetada. Sin que pueda precisarse quien lo agredió, el abofeteado recibió
también una puñalada que le interesó la pleura y el pulmón. Varios transeúntes
trasladaron al herido a la Casa de Socorro, donde calificaron su estado de
gravísimo.
Parte del
público señaló como autores de la agresión a Vicente González Pérez y Germán
Alvarez Valdés, que fueron detenidos.
Trasladado el herido al
Hospital Provincial, allí estuvo el juez de guardia para tomar declaración a
Francisco. A éste le fueron presentados los detenidos como supuestos autores de
la agresión; pero el herido no les reconoció. No obstante, quedaron detenidos
en el Juzgado de guardia.
En la Casa de Socorro del Puente de Segovia fueron asistidos
un centenar de heridos
El personal
de la Casa de Socorro del Puente de Segovia trabajó ayer activamente.
Se montó en este centro benéfico una guardia
extraordinaria, a cargo de los doctores D. José Gándara Rivas, D. Vicente
Sanchís Perpiñá, D. Francisco Muñoz Millá, D. Fermín Palenzuela Martín y el
ayudante D. Amadeo Castro García.
A las once
de la mañana entró el primer herido procedente de la Casa de Campo, y desde
esta hora hasta las doce de la noche puede decirse que no cesaron de entrar
personas que necesitaban el auxilio de los médicos.
De dos de la
tarde a nueve de la noche, la labor en dicho centro fue extraordinaria. Para
dar una idea de lo intenso del trabajo realizado por estos médicos, bastará
decir que ingresaron en el benéfico establecimiento 51 heridos de pronóstico
reservado o graves y otros tantos leves, que, curados, marcharon a la calle sin
que hubiera tiempo de tomarles la filiación. (...)
En la calle de Alcalá se organizó una
manifestación comunista que fue disuelta por fuerzas de asalto
RESULTARON HERIDOS UN AGENTE DE POLICÍA,
DOS TRANSEÚNTES Y UN COMUNISTA
Ayer, a las
once y cuarto de la mañana, se organizó una manifestación comunista en la calle
de Alcalá, frente al Círculo de Bellas Artes. Inmediatamente salieron fuerzas
de asalto, que estaban de servicio en la Dirección general de Seguridad, y su
presencia bastó para que se dispersaran los manifestantes. Estos llevaban una
bandera roja e iban cantando y gritando.
Los grupos,
al darse a la huida, hicieron varios disparos y arrojaron piedras contra los
guardias y agentes.
Uno de los
disparos alcanzó al transeúnte Fermín de Miguel, que fue asistido en la Casa de
Socorro de una herida por arma de fuego en una muñeca. Otro transeúnte, que se
llama Eyzir Bengusich Avergel, también fue curado de una lesión producida por
piedra. Según los médicos, padecía probable fractura de húmero. Al apoderarse
de la bandera el agente D. Luis Monasterio recibió otra pedrada en el codo
izquierdo, y le ocasionó una herida de pronóstico reservado.
Diversos
agentes de la Primera Brigada salieron en persecución de los manifestantes,
deteniendo a varios en la plaza de Castelar y las calles de Alcalá, Nicolás
María Rivero y Arlabán.
Según
nuestras noticias, la Dirección general de Seguridad sabía de antemano que los
extremistas proyectaban celebrar en el día de ayer esta manifestación, y el
sábado por la noche dio órdenes a Brigadas y Comisarías para que procedieran a
la detención de estos significados elementos, cosa que así se efectuó en gran
número. Algunos de los detenidos quedaron a disposición de la autoridad
judicial, y otros ingresaron en la cárcel, por orden del director de Seguridad.
Por la tarde
se presentó en la Casa de Socorro del distrito del Hospital, a solicitar
asistencia facultativa, un individuo llamado Calixto Yagües, de veinte años,
con domicilio en la calle del Norte, número 5. Presentaba una herida por arma
de fuego en el muslo izquierdo. Su estado fue calificado de pronóstico
reservado. Después de curado pasó al hospital.
Según
declaró el lesionado, las heridas le fueron producidas en la manifestación
comunista.
"El Heraldo de Madrid", 2 de mayo de
1933
EL PRIMERO DE MAYO EN TODA ESPAÑA
La fiesta del Trabajo se ha celebrado en Madrid en
medio de paro absoluto y con extraordinaria animación
Al
intentar formarse una manifestación extremista en la calle de Alcalá se
produjeron algunos incidentes y resultaron tres heridos; en riñas y accidentes
hubo un muerto y bastantes heridos
La fiesta
del Trabajo, como era de esperar, dada la organización de los elementos
directivos obreros, tuvo como consecuencia el paro absoluto de todos los
servicios en la capital de la República. No trabajó ayer nadie en Madrid; es
decir, funcionaron aquellos escasos servicios de urgencia autorizados para
ello.
Más de medio
Madrid se lanzó a los alrededores de la capital
Esta
excursión al campo en colectividad se notó de modo extraordinario en la
población, cuyas calles, a excepción de las céntricas, estuvieron poco menos
que desiertas.
Sol y agua
La Moncloa,
el parque del Oeste, los Viveros, la Dehesa de la Villa, la Pradera y otros
lugares de los suburbios fueron asaltados desde las primeras horas de la mañana
por la muchedumbre; pero el lugar preferido del público no hay duda que es la
Casa de Campo.
Fue una
lástima que el tiempo desluciese el final de la jornada, ya que al iniciarse la
lluvia la desbandada resultó una cosa fantástica.
Madrid, solitario y triste
El aguacero
adelantó el desfile hacia la capital, retorno que comenzó a las cinco y no
terminó hasta bien entrada la noche.
El jolgorio
siguió en las calles, y no faltaron durante el desfile las expansiones
republicanas y socialistas, que se hicieron patentes con banderas y vivas y
canciones alusivas a la fiesta del Trabajo.
Pero a las
once de la noche el centro de Madrid, siempre tan animado, presentaba un
aspecto desolador, solitario y triste.
El intento de manifestación comunista fue cortado
por la fuerza pública.
Tres heridos
Las
autoridades tenían noticias de que los comunistas preparaban una manifestación.
En efecto, momentos después de las once, en la calle de Alcalá, grupos de
extremistas intentaron formar la manifestación. De la calle del Barquillo
varios individuos salieron con cinco banderas rojas. Inmediatamente unas
trescientas personas iniciaron la marcha hacia la Puerta del Sol.
Para cortar
el paso a los manifestantes intervinieron varios agentes de la primera Brigada
de investigación criminal y cuatro guardias que se hallaban de servicio en
aquellas inmediaciones. Tan pronto como los manifestantes divisaron a los
representantes de la autoridad arrojaron sobre ellos numerosas piedras y les
hicieron unos quince o veinte disparos de pistola. Los agentes lograron
arrebatarles las banderas, y uno de ellos, D. Luis Monasterio Vives, al
hacerlo, recibió una pedrada en el codo izquierdo, que le produjo una lesión de
pronóstico reservado.
También
resultaron heridos a consecuencia de la colisión dos transeúntes. Uno de ellos,
llamado Fermín de Miguel Posteigo, recibió un balazo, que le atravesó el
antebrazo derecho, lesión que fue calificada de pronóstico reservado, y otro,
Eyzil Beukayh Alergel, una pedrada que le ocasionó la probable fractura del
húmero.
Loa agentes
salieron en persecución de los agresores, deteniendo a seis de ellos en la
plaza de Castelar, a trece en la calle de Nicolás María Rivero, uno en la de
Alcalá y otro en la de Arlabán.
Todos fueron
puestos a disposición de la autoridad judicial con el oportuno atestado
formulado en la Dirección de Seguridad.
Intento de agresión a un guardia de Seguridad
En la calle
de Palos de Moguer, varios individuos agredieron a un guardia de Seguridad que
vestía de paisano. El representante de la autoridad se puso a salvo
refugiándose en un sótano de la casa número 25 de la citada calle.
Un herido de bala
En la Casa
de Socorro del distrito del Hospital se presentó a solicitar asistencia
facultativa Calixto Yagües, de veinte años, con domicilio en la calle del
Norte, número 5. Presentaba una herida por arma de fuego. Su estado se calibró
de pronóstico reservado.
Según
manifestó el lesionado la lesión le fue producida en la calle de Alcalá,
durante la manifestación comunista que se pretendía celebrar.
Accidentes y riñas en la Casa de Campo
Un grupo de
muchachas ató una cuerda en un árbol para instalar un columpio. Cuando una de
las jóvenes se balanceaba subida sobre la cuerda la rama se desgajó, con tan
mala fortuna, que fue a caer sobre dos mujeres que presenciaban cómo las
jóvenes se divertían.
Se las
condujo a la Casa de Socorro sucursal del distrito de Palacio, sito en el
Puente de Segovia, donde los médicos de guardia, al proceder a reconocerlas,
observaron que una de ellas era cadáver.
Se llamaba
Petra Pérez de la Viuda, de setenta y dos años, con domicilio en Antonio Grilo,
14.
La otra
mujer, llamada Isidra López Mencía, de cuarenta años, con el mismo domicilio,
fue asistida de lesiones de carácter grave. Pasó al hospital.
También en
la Casa de Campo cayó otra rama de árbol sobre María Jordán Galera, de treinta
y siete años, con domicilio en la calle de la Palma, 47, causándole lesiones
graves. (…)
MANIFESTACIONES DEL JEFE SUPERIOR DE POLICÍA
El jefe
superior de policía recibió esta madrugada a los informadores de Prensa.
Expresó su
satisfacción por la tranquilidad con que se había desarrollado la fiesta del
Primero de Mayo. Dijo el Sr. Aragonés que, según sus cálculos, habían acudido a
la Casa de Campo unas cuarenta mil personas, y añadió como detalle curioso que
le habían comunicado de la estación del Mediodía que para los trenes especiales
se habían despachado 27.580 billetes a personas que se trasladaron a San
Fernando y puntos inmediatos. Supone el Sr. Aragonés que por la estación del
Norte habrá salido un número igual de personas. Terminó diciendo que los
detenidos en total por las manifestaciones comunistas son 62, a muchos de los cuales
les fueron ocupadas navajas y porras. También fueron ocupadas dos pistolas.
Un herido en la Dehesa de la Villa
Cuando se
hallaba en la Dehesa de la Villa se cayó al suelo Eugenio López Moreno, de
treinta y seis años, habitante en Topete, 34, que se produjo lesiones de
pronóstico reservado.
“El Sol”, 2 de mayo de 1934
EL PARO FUE UNÁNIME EN LA CAPITAL DE LA REPÚBLICA
Los obreros se van al campo
Precauciones
Una manifestación comunista – Cargas
– Detenciones – Disparos
Un joven destrozado por el tren
Alboroto en un baile
Automóviles para servicio de los
médicos
Varios comunistas detenidos
Ciento diez detenciones
Gritos contra la fuerza pública
Detenidos por romper faroles
En Gobernación – Sin novedad
1934
“El Sol”, 2 de mayo de 1934
LA
FIESTA DEL PRIMERO DE MAYO
EL PARO FUE UNÁNIME EN LA CAPITAL DE LA REPÚBLICA
Sólo
funcionó con intermitencias, y al final hubo de ser suspendido,
el
servicio del “Metro”
Los obreros se van al campo
Se celebró
ayer la Fiesta del Trabajo, que, como todos los años desde que esta fecha fue
declarada fiesta nacional, se tradujo en un paro completo de la vida activa de
la ciudad. Al amanecer se retiraron de la circulación los taxímetros. Los
tranvías no reanudaron la jornada. En todos los talleres, comercios, bares,
tabernas cafés, obras, etc. La paralización fue completa. Los edificios
oficiales aparecían engalanados con banderas y colgaduras. A medida que
avanzaba la mañana comenzó el desfile de las familias obreras hacia el campo.
Numerosos
grupos, no obstante lo desapacible del día, que amenazaba lluvia, provistos de
sus meriendas se dirigían a El Pardo, Dehesa de la Villa, Casa de Campo y demás
parajes gratos de los alrededores de la capital de la República.
En las
calles, en las que apenas de cuando en cuando se notaba el paso de un coche
particular o de las carrozas fúnebres, durante todo el día fueron convertidas
por la chiquillería en campos de fútbol o en pista de patinaje en aquellos
puntos donde el piso es adecuado para practicar este deporte. La concurrencia
de gente fue escasísima en la parte de la ciudad donde ordinariamente bulle. En
ningún día del año las calles ofrecen menos viandantes ni más observadores. El
vecindario que no se decidió salir al campo se pasó las horas muertas asomado a
los balcones y miradores.
Al
atardecer, volvió a reinar la animación en el centro de la ciudad, al regresar
de su jira los excursionistas.
Precauciones
Las
autoridades adoptaron grandes precauciones, en previsión de que pudieran
originarse incidentes. Fuerzas de asalto, armadas de carabinas, situáronse en
puntos estratégicos, especialmente en la glorieta de Bilbao, Puerta del Sol,
Puerta de Alcalá, Cuatro Caminos, Ventas y en las calles cercanas a las
barriadas obreras. También se desplegó gran lujo de fuerzas en los alrededores
de la Casa del Pueblo.
Se intenta que circule el “Metro” -servicio
limitado -
Actos de sabotaje.
Ayer mañana,
los jefes de la Compañía del Metropolitano, previa autorización de las autoridades,
celebraron una reunión, a la que invitaron a una representación de sus
operarios, con objeto de examinar la forma de que el servicio se prestara, a
pesar de la festividad del día, para no causar los perjuicios que en otro caso
se irrogarían al público.
Como los
representantes obreros se negaran a practicar ninguna clase de servicio durante
el día de ayer, varios ingenieros se ofrecieron para realizar uno limitado.
En efecto, a
las diez de la mañana, y conducido por un ingeniero, salió de la estación de
Cuatro Caminos un convoy con destino a la estación de Atocha, y minutos después
tomó la salida otro hacia las Ventas. Ambos trenes regresaron con toda
normalidad.
Como se
observara en sucesivos viajes la existencia de algunas averías, como el corte de
un cable y otras producidas en los carriles, fruto de actos de sabotaje, la
Dirección General de Seguridad ordenó que a las nueve de la noche se
suspendiera el servicio, para evitar posibles desgracias.
Una manifestación comunista – Cargas
– Detenciones – Disparos
El partido
comunista de Madrid, durante la noche del lunes y primeras horas de la mañana
de ayer repartió profusamente proclamas
clandestinas en las que se invitaba a los obreros madrileños a la
formación del frente único y a manifestarse revolucionariamente con motivo de
celebrarse el Primero de Mayo. En dichas hojas se pedía también la supresión
total de la Guardia civil y de las fuerzas de asalto.
La Dirección
general de Seguridad montó un servicio especial en los alrededores de la
glorieta de Bilbao, lugar donde habían de concentrarse los obreros.
Efectivamente,
en las primeras horas de la mañana comenzaron a formarse grupos, entre los que
figuraban algunas mujeres. Como aquéllos engrosaran, la fuerza pública se
acercó a los grupos invitando a los que los formaban a disolverse.
Lejos de
obedecer, los manifestantes comenzaron a insultar a los guardias, y entonces
éstos dieron una carga y los pusieron en dispersión, después de practicar doce
detenciones. A algunos de los detenidos se les ocuparon pistolas.
Momentos
después se rehicieron los grupos en la glorieta de la Iglesia. Al dar los
guardias una carga, desde uno de los grupos se hicieron varios disparos, que,
afortunadamente, no hicieron blanco. La fuerza pública consiguió, por fin,
disolver a los manifestantes.
Unos agentes
y guardias de Seguridad persiguieron a un individuo de los que más se habían
distinguido en las agresiones e insultos a la fuerza y le dieron alcance en el
portal de la casa número 32 de la calle de García de Paredes. Le ocuparon una
pistola y cinco cargadores, uno de los cuales era de ametralladora y en el cual
se observó que faltaban algunas cápsulas.
Otros conatos de manifestación – Cargas y
detenciones.
Durante el
día de ayer, en distintos puntos de Madrid intentaron formarse manifestaciones
de carácter comunista, que fueron disueltas por la fuerza pública, sin que
hubiera que lamentar desgracias. Una de dichas manifestaciones se formó en la
calle de Blasco Ibáñez y se dirigió hacia la de Conde Duque, estacionándose los
que la formaban al llegar a dicha calle en los alrededores del Centro
Electrotécnico. Allí comenzaron a proferir gritos subversivos.
Con este
motivo acudió la fuerza pública que después de practicar ocho detenciones
consiguió disolver a los manifestantes.
En la Casa de Campo – Parejas de guardias
agredidas por un extranjero.
Ayer tarde
se registró en la Casa de Campo un suceso sangriento. Los protagonistas del
suceso fueron Elisa Asperilla del Moral, de veintisiete años, domiciliada en la
avenida de Menéndez Pelayo, 87; otra mujer cuyo nombre se ignora y un sujeto
llamado Otto Gennufer.
Los guardias
de seguridad Justo Parra Torrijos y Santos Vellón Torres fueron agredidos por
varios individuos que acompañaban a las citadas mujeres. Otto, que figuraba entre
ellos, se lanzó sobre el guardia Vellón, y después de desarmarlo le dio en el
suelo varios golpes con la carabina.
Elisa, con
un bastón, golpeó también en la cabeza al guardia, que quedó conmocionado en el
suelo. Su compañero montó la carabina para intimidar a los agresores; pero
éstos, lejos de obedecer sus indicaciones, arremetieron también contra él.
En aquellos
momentos pasó por el lugar del suceso un camión de la Cruz Roja, en el cual iba
otra pareja de guardias. Estos descendieron del vehículo y se dispusieron a
detener a los revoltosos. Las mujeres y Otto agredieron igualmente a estos
guardias, resultando herido un camillero llamado Antonio Pérez López.
Por fin, con
el auxilio de varias personas, los guardias lograron reducir a los agresores,
siendo todos ellos detenidos.
Otto fue
trasladado a la Casa de Socorro de Palacio, donde se le apreciaron algunas
lesiones y alcoholismo agudo. Fue conducido posteriormente al hospital.
Los dos
guardias agredidos fueron asistidos de lesiones de pronóstico reservado, y
Elisa y una hermana suya llamada Margarita, puestas a disposición del Juzgado
de guardia.
Un joven destrozado por el tren
Ayer mañana
salieron de excursión, con objeto de pasar el día fuera de Madrid, varios
jóvenes entre los que iba Julio García Martínez, de diez y siete años,
mecánico, domiciliado en la calle de Ponzano, núm. 32, portería.
Llegaron
hasta la Casa de Campo, y en lugar donde atraviesa la vía del ferrocarril,
Julio intentó pasar en el momento en que llegaba a gran velocidad el tren, que
le alcanzó. Sobre el infortunado joven pasaron varias unidades.
Del hecho se
dio cuenta al Juzgado, que ordenó el traslado de la víctima al Depósito
Judicial. (...)
Alboroto en un baile
En la
carrera de San Isidro se produjo ayer un alboroto que hizo necesaria la
intervención de la fuerza pública. En un local de dicha vía existe un baile
cuya orquesta, por la festividad del día, se negó a trabajar.
Para obviar
este inconveniente, el propietario del baile pretendió sustituir la orquesta
por una gramola, lo cual no fue del agrado del público, que comenzó a protestar
violentamente, originando un formidable escándalo.
La Empresa
hubo de devolver el dinero de las entradas.
Automóviles para servicio de los
médicos
El servicio
de automóviles organizado por la Dirección general de Seguridad, a disposición
de los médicos particulares que requiriesen su uso para la prestación de
servicios de urgencia, realizó hasta las diez de la noche de ayer treinta y
cinco salidas. (...)
Varios comunistas detenidos
Ayer fueron
detenidos Agustín de la Fuente Arias, Agustín Cor Oliva, Ángel González y
Mariano Gómez, afiliados al partido comunista.
Al ser
cacheados, a uno de ellos se le encontró una pistola.
Ciento diez detenciones
En la
Dirección general de Seguridad comunicaron que ayer fueron practicadas en
Madrid 110 detenciones.
Gritos contra la fuerza pública
Anoche
fueron detenidos en la plaza de Ramales siete individuos que iban con dos
muchachas, que profirieron gritos contra la fuerza pública al cruzarse con varias
parejas.
Un sargento
y tras guardias detuvieron a los componentes del grupo y los condujeron a la
Comisaría de Palacio.
Detenidos por romper faroles
En el
gasómetro de la estación del Norte, la Guardia civil detuvo a Manuel Arribas
Nieves, de treinta años, y a Felipe Yuste Larrañaga, de veintiocho, cuando se
dedicaban a romper a pedradas los faroles del alumbrado público.
Fueron
conducidos al Juzgado de guardia.
En Gobernación – Sin novedad
El Sr.
Salazar Alonso, que había pasado la noche en el ministerio, se quedó allí a
comer en unión del subsecretario, Sr. Benzo, y del director general de
Seguridad. Durante la mañana no habían recibido noticia de incidente alguno en
Madrid, y aguardaban los informes de los gobernadores, que tenían orden de empezar
a comunicarlos a las dos de la tarde.
"Heraldo de Madrid", 2 de mayo de 1934
LA
FIESTA DEL TRABAJO
LOS OBREROS BILBAINOS, SIN DISTINCIÓN DE
IDEOLOGÍAS, CELEBRARON AYER UNA GRANDIOSA MANIFESTACIÓN ANTIFASCISTA, EN LA QUE
EXPRESARON PÚBLICAMENTE SU INQUEBRANTABLE ADHESIÓN A LA REPUBLICA
La
jornada del Primero de Mayo transcurrió en toda España con gran normalidad,
alterada únicamente en el pueblo extremeño de Fuente del Maestre
En Madrid, como en casi todas las restantes
provincias, el paro fue unánime y carecieron de importancia los incidentes
registrados
EN MADRID
Durante todo el día de ayer el paro fue absoluto
en Madrid como conmemoración tradicional del Primero de Mayo.
Desde las
primeras horas de la mañana y a pesar de los inseguro del día, comenzó el
vecindario madrileño a trasladarse a la Casa de Campo, Dehesa de la Villa y
alrededores, dispuesta a pasar la fiesta del Trabajo del modo más simpático y
familiar. Los edificios públicos lucían la bandera tricolor y en la Casa del
Pueblo ondeaba la bandera roja.
Extraordinaria cantidad de público en la Casa de
Campo
A eso de las
seis de la mañana comenzó a afluir el público a la Casa de Campo. Todos los
excursionistas llevaban en cestas las comidas.
A la puerta
de la Casa de Campo y en otros sitios habían sido colocados por el Ayuntamiento
tanques automóviles de gran capacidad para que el pueblo se proveyese de agua.
También había coches ambulancias sanitarios y diversos carteles colocados en
los árboles hacían la indicaciones necesarias y señalaban el lugar donde se
hallaban los servicios.
Puede
afirmarse que acudieron a la Casa de Campo más de sesenta mil personas. Los
guardias tuvieron poco que intervenir, pues los incidentes que se originaron
fueron escasísimos. Desde luego, trabajaron, pues se dedicaron a recoger a los
niños que se perdieron. Digamos, en honor a la verdad, que los servicios
prestados por el Ayuntamiento y el de Sanidad fueron magníficos, y así los
reconoció la multitud.
En la Dehesa de la Villa
También en
este lugar la animación fue extraordinaria, no obstante la falta total de
vehículos; pero el vecindario de la zona Norte creyó conveniente acudir a la
Dehesa de la Villa. La inmensa mayoría de los excursionistas llevaban banderas
republicanas y la roja del proletariado, y en el camino entonaban himnos
republicanos, La Internacional y el himno de las juventudes socialistas.
Los jóvenes
bailaron de lo lindo a los sones de guitarras, acordeones y gramófonos
portátiles.
A primera
hora de la noche emprendieron todos el regreso a Madrid, cantando alegremente.
Gran animación en la Moncloa
En
diferentes puntos de la Moncloa se reunieron también gran número de familias de
trabajadores, que llevaban, como es natural, su comida.
Aquellos
magníficos campos ofrecían un aspecto pintoresco. Algunos encendieron lumbres y
se dedicaron a confeccionar la comida.
Numerosos excursionistas en la sierra
Los
aficionados a la sierra aumentaron ayer, fiesta del Trabajo. Desde primera hora
la estación del Norte era un verdadero hervidero de gente, que con los clásicos
patines, esquís y cargados de las meriendas se apresuraban a marchar a la
sierra.
Por
ferrocarril marcharon más de diez mil personas.
En autobuses
y coches particulares se alejaron de Madrid otras miles de personas.
En otros lugares cercanos
A la Granja,
San Fernando y otros pueblos cercanos se trasladaron también gran número de
familias para pasar el día en el campo.
Se hizo en
las primeras horas de la noche, y los excursionistas regresaban cantando himnos
republicanos y socialistas y coplas, algunas intencionadas.
En fin, un
paro total en Madrid y una fiesta del Trabajo, en cuyo día el proletariado se
echó al campo para disfrutar de la Naturaleza con sus familiares.
Y hoy, otra
vez al taller, a la fábrica, a la oficina y a la Redacción.
Fracasan los intentos de mantener los servicios
del Metro
Previamente
citada acudió ayer una Comisión de la Sociedad de empleados y obreros del Metro
a entrevistarse con una representación de la Compañía, que expuso a los obreros
la necesidad de que prestasen ayer servicio.
Los obreros,
según nuestros informes, contestaron que de ningún modo podían acudir al
trabajo porque era una fiesta señalada en sus bases de trabajo aprobadas por el
Jurado mixto.
La Empresa,
contando con algunos ingenieros, sacó varios coches, que hicieron el recorrido
de Sol-Atocha y Sol-Cuatro Caminos; pero la autoridad tuvo que suspender este
servicio para evitar incidentes, ya que, al parecer se habían cometido algunos
actos de sabotaje. Desde luego, no hubo taquilleras, encargándose algunos
soldados de Ingenieros de cobrar el importe del recorrido.
La asistencia a los enfermos
El servicio
de automóviles organizado por la Dirección de Seguridad a disposición de los
médicos particulares para prestar servicio en caso de urgencia, hasta las diez
de la noche de ayer, habían realizado 35 salidas, requeridos por diversos
doctores, para asistir a enfermos graves.
Precauciones
Las
autoridades adoptaron grandes precauciones, en previsión de que pudieran
originarse incidentes. Fuerzas de Asalto armadas de carabinas situáronse en
puntos estratégicos, especialmente en la glorieta de Bilbao, Puerta del Sol,
Puerta de Alcalá, Cuatro Caminos, Ventas y en las calles cercanas a las
barriadas obreras. También se desplegó gran lujo de fuerzas en los alrededores
de la Casa del Pueblo.
Nuevo intento de manifestación
A las dos de
la tarde se congregaron algunos grupos en las inmediaciones de la calle de
Santa Engracia en actitud levantisca. A las dos y media se formó una
manifestación, al frente de la cual iba una muchacha llamada Encarnación
Fuyola, con una bandera roja con una inscripción que decía: <¡Viva el
Gobierno obrero y campesino!>. Al paso de los manifestantes salieron unos
guardias de asalto que cachearon a algunos manifestantes. Cuando se hacía esta
operación sonaron varios disparos. La confusión que se produjo fue grande. Los
guardias detuvieron a Encarnación y a dieciséis manifestantes. Fueron puestos a
disposición del juez de guardia y llevados posteriormente a la cárcel.
Elementos extremistas intentan celebrar una
manifestación
En la
Dirección general de Seguridad se tenían noticias de que los comunistas
intentaban celebrar una manifestación a las once de la mañana de ayer. Por otra
parte, en las primeras horas se habían repartido unas hojas invitando al acto.
Dichas hojas estaban firmadas por el partido y las juventudes comunistas de
Madrid, y en ellas se pedía la disolución de las fuerzas de la Guardia civil y
Asalto. El sitio de congregarse era la glorieta de Bilbao, y en dicho sitio, se
había montado un servicio de vigilancia a cargo de guardias de Seguridad y
Asalto, que apenas vieron que comenzaban a formarse grupos dieron algunas
cargas disolviéndolos. Se practicó la detención de unos doce individuos que
inspiraron sospechas, ocupándoseles a algunos de ellos pistolas.
Varios disparos
Posteriormente
los grupos, ante la imposibilidad de reunirse en la glorieta de Bilbao, se
trasladaron a la de la Iglesia, donde trataron de reunirse nuevamente. Allí
pudo formarse un grupo bastante numeroso, viéndose obligada la fuerza a iniciar
una violenta carga. Se oyeron algunos disparos, sin que afortunadamente hubiera
que lamentar desgracias.
En la casa
número 32 de la calle de García Paredes fue detenido un individuo. A éste se le
ocuparon cinco cargadores, uno de ellos de ametralladora. A algunos de los
cargadores le faltaban cápsulas que habían sido disparadas.
1935
"El Sol", 2 de mayo de 1935
La conmemoración del Primero de Mayo en todo el
mundo
EN
ESPAÑA SE DESARROLLÓ LA FIESTA CON ABSOLUTA TRANQUILIDAD
Desfile militar en Rusia.-
Discursos de Hitler en Alemania.- Tranquilidad en Francia.- Detenciones en
Austria.- Miles de negros comunistas en Nueva York
Sin que haya
que lamentar el menor incidente ha transcurrido la jornada del Primero de Mayo.
De la satisfacción del ministro de la Gobernación y de las autoridades a sus
órdenes participa la opinión pública. Tanto aquéllas como los ciudadanos de
todas las clases sociales han dado una prueba bien clara y terminante de
sensatez y buen sentido. Las primeras al no provocar con medidas desmesuradas
resquemores y susceptibilidades de importantes sectores sociales. Los segundos,
renunciando a todo alarde que pudiera representar imposición violenta.
La Fiesta
del Trabajo en este año no ha tenido el carácter de recuento de elementos y de
revista de fuerzas de un determinado sector nacional. Ha sido una fiesta de paz
y de exaltación del supremo valor humano, el trabajo, proclamado en nuestras
leyes fundamentales como la más alta categoría jerárquica. En este sentido,
ninguna fiesta del calendario civil de la República entraña un símbolo de mayor
amplitud nacional y de significación más excelsa.
En la
consideración de las bienandanzas de la jornada y de la paz comprobada en todo
el ámbito del país, no sólo oficialmente proclamadas, sino constatadas por la
apreciación cierta y concreta de la opinión pública, una sugestión debe pesar
en el ánimo de los hombres a quienes incumbe la responsabilidad del ejercicio
de las funciones del Poder. ¿No habrá llegado el momento propicio para el
restablecimiento de la normalidad en toda la nación? Fundadamente, nada se
opone a este acuerdo, y todo aconseja ponerlo en práctica sin más dilaciones.
Repetidas veces hemos señalado los graves inconvenientes que determinan los
prolongados eclipses de la plenitud legal en el funcionamiento de las
instituciones del régimen. Puestos en una balanza de manera objetiva los
beneficios y los perjuicios a que los estados de excepción dan lugar, los
segundos inclinan a su favor el fiel de manera harto violenta. Las pruebas de
este aserto son evidentes. Ha bastado un mes de permanencia en el ministerio de
la Gobernación de una persona serena, ecuánime y al mismo tiempo experimentada
en la función que le compete para que la pacificación de los sectores
nacionales más propensos a la exacerbación pasional haya pasado de ser un lugar
común, vació de toda sustancia, para convertirse en el comienzo del logro de
una realidad auténtica. Experiencia tan clara y trascendental no puede ser
desdeñada razonablemente por nadie que sinceramente desee la pacificación de la
sociedad española y la afirmación de la convivencia entre todos los ciudadanos.
La fiesta
del Primero de Mayo viene a subrayar la necesidad de proseguir la trayectoria
comenzada hacia el restablecimiento de la normalidad y de la plenitud de las
garantías constitucionales. No hay que olvidar que la ley obliga a
cumplimiento, tanto al Gobierno como a los ciudadanos todos.
Los servicios municipales funcionaron
con absoluta normalidad.
El Sr.
Salazar Alonso, que no ocultaba su satisfacción, dijo que los servicios
municipales habían funcionado mejor que en los días normales: "mejor
-dijo- , no sólo por el mayor celo y entusiasmo de todo el personal, sino
porque el de talleres, en un loable esfuerzo, consiguió poner en servicio
muchos de los vehículos que estaban en reparación: coches de limpiezas,
ambulancias (de las cuales han prestado servicio nueve), etc.
Lo más
interesante ha sido la puntualidad y precisión. Ni en un solo servicio se ha
notado el menor retraso, y todos los tenientes de alcalde -incluso el Sr.
Anduesa, que está dimitido- y los delegados de servicio estaban desde primera
hora de la mañana en sus puestos, como asimismo los jefes y directores, con
todo el personal que tenía que trabajar.
Yo recorrí
desde los primeros momentos los Parques de Limpieza y las Tenencias de
Alcaldía, y estoy satisfechísimo de la movilización municipal y de su éxito.
El delegado
de tranvías, Sr. Serrano Coruña, se personó en la Dirección de la Compañía,
donde el servicio se reanudó con absoluta normalidad.
El delegado
del Tráfico, Sr. Rueda, que tenía todo dispuesto para facilitar al Gobierno los
coches que necesitase, estuvo en el ministerio de la Gobernación, donde recibió
órdenes del ministro, Sr. Portela Valladares.
La impresión
que ha dado Madrid ha sido grata. Ha guardado la festividad del día, declarada
así por la ley, y ha cooperado a que no se suspendieran los servicios públicos.
Se ha observado, asimismo, una perfecta organización de las fuerzas
gubernativas. Yo he estado en comunicación constante con el Sr. Portela
Valladares, a cuya serenidad y energía se debe el éxito de la jornada.
Interrogado
acerca de la escasez de "taxis" que habían prestado servicio, dijo el
Sr. Salazar Alonso:
-Han salido
bastantes coches conducidos por sus dueños, y los restantes vehículos han sido
puestos a disposición del Gobierno, el cual ha dispuesto que los soldados de
Ingeniería saquen esos "taxis".
Terminó
diciendo el Sr. Salazar Alonso: "Hemos celebrado la fiesta, no se ha
trabajado más que en los servicios vitales, y en estos con un sincero
entusiasmo, se ha holgado en todas las demás competencias municipales, (…)
colgaduras, como era (…) a un día declarado fiesta.
Las medidas de previsión adoptadas en la Casa de
Campo
Ha seguido
siendo este año la Casa de Campo el lugar preferido por los millares de
madrileños que con sus familias pasaron el día del Primero de Mayo en el campo.
Imposible
resulta hacer un cálculo de las personas que ayer estuvieron en la que fue
posesión real. No se produjeron las aglomeraciones de otros años a la salida,
porque ahora han sido abiertas nuevas puertas.
Como todos
los años, las autoridades municipales adoptaron medidas de previsión.
Había allí
siete tanques de agua para abastecer a los excursionistas, aparte de las
fuentes que tiene la Casa de Campo y de los depósitos de agua instalados con
forma permanente en diversos lugares de la finca; cuatro ambulancias, botiquín
y Servicio de Incendios.
Los Sres.
Castro y Baixeras, delegados de la Alcaldía en los servicios de Beneficencia y
Obras, respectivamente, acompañado del jefe de los Servicios técnicos, señor
Lorite, y del de la Guardia municipal Sr. (…) Bravo, hicieron durante todo el
día diversas visitas para inspeccionar la marcha de los servicios.
En el
botiquín tenían un pulmógrafo, modernísimo aparato para practicar la
respiración artificial a los accidentados, cuyo manejo estaba encomendado a los
bomberos. Se llevó, más que nada. en previsión de los accidentes que pudieran
producirse en el estanque grande.
El puesto de
socorro instalado en la Casa de Campo estuvo asistido por los doctores (...) y
Tejero y practicante don Saturnino Pérez. Afortunadamente no tuvieron que asistir
en ningún caso grave, pues únicamente se prestó asistencia a diversas personas que se habían causado
contusiones en caídas, luchas, etc. También hubo que atender a bastantes
alcohólicos.
El servicio
de vigilancia estuvo encomendado a la Comisaría que desde hace algún tiempo
funciona en la Casa de Campo. Los agentes de Vigilancia atendieron también a la
recogida de los niños que al alejarse de sus familias se perdieron.
Las
autoridades municipales reforzaron los cuadros de médicos de las Casas de
Socorro de Palacio -central y sucursal, ésta en la Puerta del Ángel, junto a la
Casa de Campo-, Equipo Quirúrgico del Centro y un puesto con una ambulancia
instalado en el Colegio de la Paloma para atender a la zona de la Dehesa de la
Villa.
Intento de manifestación.-Cuatro detenciones.
Ayer mañana,
a las once, se intentó una manifestación en la calle de Alberto Aguilera.
Acudieron
guardias y disolvieron a los manifestantes, quienes hicieron al huir varios
disparos, sin que, por fortuna ocasionaran víctimas. La policía practicó cuatro
detenciones, entre ellas la de una muchacha.
Otra manifestación disuelta
También a
las once de la mañana, ciertos elementos pretendieron celebrar otra
manifestación, que trató de avanzar desde la calle de Antonio López hacia el centro
de la capital. Fuerzas de asalto y de Vigilancia acudieron y dieron varias
cargas, logrando dispersar a los manifestantes, que huyeron en distintas
direcciones. La Policía logró detener a 29 manifestantes, entre ellos a una
mujer. Todos fueron trasladados a la Dirección de Seguridad
En la calle de Embajadores apedrean a un autobús
de línea
En las
primeras horas de la mañana de ayer, en la calle de Embajadores, cerca ya del
Portillo, un grupo de desconocidos apedreó a un autobús de los que hacen el servicio
desde la plaza de Nicolás Salmerón al paseo de Santa María de la Cabeza.
No hubo que
lamentar desgracias. Los agresores, perseguidos por la fuerza pública,
consiguieron desaparecer. Los agresores, perseguidos por la fuerza pública,
consiguieron desaparecer, sin que se
practicaran detenciones.
Impresiones
y datos oficiales.- Normalidad en Madrid y en provincias.- Observaciones
directas del ministro. La vida de relación en España.- La alevosa muerte de un
policía.- La celebración de un mitin.- Requisa de automóviles.- Intensidad en
los servicios de transporte
A primera
hora de la tarde de ayer, y antes de ser recibidos por el ministro de
Gobernación, los periodistas tuvieron ocasión de cambiar unas palabras con el
subsecretario del departamento, de quien solicitaron noticias:
-Ustedes las
traerán, que vienen de por ahí -exclamó el señor Echeguren.
Y añadió con
aire de complacencia:
-Ahí está la
calle; ahí está la Puerta del Sol. Vean ustedes qué tranquilidad.
Manifestó
luego:
-El ministro
salió esta mañana antes de las seis, a las nueve y a las doce. Ha recorrido
casi todo Madrid y ha vuelto satisfechísimo del aspecto de la población. En
provincias hay también normalidad, según comunican los gobernadores.
Salió al
poco al salón de Canalejas el Sr. Portela, quien dijo señalando a la calle:
-La
impresión es alentadora.
Al ser
felicitado protestó sonriente.
-Dejémoslo
para el final, que es como el principio, si que estaremos todos de enhorabuena.
Confirmó la
noticia de sus tres salidas y puntualizó:
-He estado
en la Dehesa de la Villa, en Cuatro Caminos, en El Pardo. Se veía a la gente
tan satisfecha, sin sobresalto y disfrutando de verdad de un día de fiesta. Se
advierte paz, quietud; se ve a todos, repito, en buena disposición de ánimo.
Nada de puños en alto ni de sables amenazadores sobre los puños. Y de
provincias son las noticias mejores aún que de Madrid.
Agregó tras
breve pausa:
-Representa
esto una nueva etapa en la vida del país, en la relación entre la gente y entre
el ciudadano y la autoridad.
Hizo el
comentario:
-Como
ustedes habrán visto también, no se ha hecho alarde de fuerza; no ha habido
provocación.
Se rectificó
en el acto:
-Es decir,
no se puede hablar de provocación por parte de la autoridad, obligada,
naturalmente, a adoptar precauciones. Lo que he querido significar es que están
aplicadas con discreción esas medidas.
Durante el
diálogo, ministro, subsecretario y periodistas habían salido al balcón central
del ministerio para observar el aspecto de la vía pública.
-Es
-manifestó un periodista- el habitual en un domingo.
Asintió el
Sr. Portela. Como había madrugado, según su costumbre, hizo notar que la
animación en las calles se había iniciado un poco más tarde que en los demás
días.
Uno de los
presentes hizo referencia a la agresión a un policía en la noche anterior.
Lo mencionó
con alabanza conmovida el ministro.
-Se trata
-manifestó- del agente D. José López Pelegrín. Se retiraba libre de servicio,
después de haberlo prestado, cuando vió a un comunista apellidado Rojo y lo
detuvo para cachearlo. Le había ocupado ya dos puñales, cuando el extremista
súbitamente hizo tres disparos en el vientre al policía.
Un instante
se detuvo el ministro y murmuró:
-Esto fue
en…
Y como no
recordara el paraje, terminó la frase el secretario político, D. Miguel Cámara:
-En la calle
Tenerife, en Tetuán de las Victorias.
Reiteró los
elogios el Sr. Portela Valladares:
-Demostró un
valor, una abnegación y un concepto de la responsabilidad verdaderamente
ejemplares.
Y anunció:
-De aquí se
entregarán a la viuda 5.000 pesetas. Por otra parte será otorgada al
infortunado policía una condecoración para honrar su memoria y le será impuesta
en la capilla ardiente. Y además espero que se haga lo necesario para asegurar
una situación decorosa a la familia.
En aquel
momento el Sr. Cámara entregó al ministro una comunicación del gobernador de
Madrid.
La leyó
rápidamente y en voz alta el Sr. Portela Valladares. En aquellas líneas
manifestaba la autoridad de referencia que era completo el orden en la
provincia y que funcionaban normalmente los servicios interlocales, así como
los municipales, en la capital y en los pueblos (…)
Reflejos madrileños
EN LA CALLE
La ciudad
tuvo este año mayor ritmo.
Ha habido
cafés y espectáculos, y circulación callejera más densa, pero se ha notado que
era la Fiesta del Trabajo. Algunas zonas de la ciudad permanecieron en silencio
absoluto. Como aquel silencio de los domingos londinenses, que convierte en
ciudad desalquilada la capital del Imperio. Madrid tuvo ayer más movimiento
ciudadano que años pasados. Más tranvías, más "metros", más cafés,
más espectáculos. Mas, por existir lugar donde hilvanar diálogo, se habló de la
fiesta. Si recordar un hecho es conmemorarlo, ayer todos conmemoraron la
fiesta. Ahora bien: como en otras zonas, se celebra la fiesta y se olvida su
significado litúrgico.
EN EL CAFÉ
Invadidos
los cafés céntricos. Entre las mesas, interminables e insoportables procesiones
de presuntos clientes, que van y vienen en busca de una silla… Los camareros
cruzan mil veces el breve recorrido de su turno al mostrador. Los consumidores
aprovechan la feliz coincidencia de la fiesta para hacer las ocho horas de
café; la jornada intensiva de diálogo intrascendente… Y llega un instante en la
conversación en que la fatiga obliga a la confederación de charlatanes a
mantener silencios largos y observar callados a los demás clientes. Sobre las
mesas se juntan, en abigarrado muestrario, el plato nacional del país, o sea el
café con leche, y esas mezclas absurdas y pintorescas, que los señoritos de la
España vieja, que creen que van a renovar, beben, olvidándose del espíritu
nacionalista que debiera animarlos a consumir dorado vinillo del país. Todo el
día para el café. Todo el día para la conversación. El café ha sido el más
bello espectáculo de la ciudad.
EN UN MINISTERIO
Podría
parecer natural pasar el día en el ministerio de la Puerta del Sol o en el de
Trabajo. En uno, el Sr. Portela Valladares conoce al minuto el más leve
incidente que pueda surgir sobre la piel de toro española en este día, preocupado.
En el otro, el Sr. Vaquero puede dar cuenta de que la fiesta en su departamento
es total. Hemos preferido acercarnos al ministerio de Obras públicas. El
ministro, señor Guerra del Río, se halla tras su mesa desde las siete de la
mañana. Los hilos telegráficos y telefónicos han ido confirmándole el orden
completo…
-Han salido
todos los trenes de España a la hora en punto -dice- y sin que haya ocurrido
incidente alguno. En Madrid, el "Metro" funciona con el doble de
servicio que el ordinario, y los tranvías van y vienen por la ciudad sin que
exista ese pánico de otros momentos. Estoy celebrando la Fiesta del Trabajo
releyendo el plan definitivo de mi proyecto para acabar con el paro forzoso. A
mi, que he celebrado toda mi vida la Fiesta del Trabajo, y que no soy enemigo
de ella, me parece que en este día he realizado la mejor manera de celebrarla
procurando que dentro de pocas semanas todos los españoles que no encuentren
trabajo lo tengan. ¿Fiesta del Trabajo? Ahí está (y muestra un volumen
dactilografiado) la mejor manera de
celebrarla y santificarla; procurando trabajo a los que lo necesitan y que
pongan mano, con la alegría de saber que se ha acabado el hambre.
El ritmo del
teléfono va comunicando: pas, pas, pas… El ritmo del telégrafo repite: tranquilidad,
tranquilidad, tranquilidad…
EN EL CAMPO
Los que
tienen automóvil o amigos que lo usen y los que aman el excursionismo fácil y
pedestre han abandonado Madrid para asaltar el campo, los alrededores y la
Sierra… Las clases populares han invadido las zonas campestres cercanas, y
entre los chopos, los robles y las encinas se han dedicado al placer de la
comida bajo el sol luciente y la siesta campera. En Madrid quedan los que aman
Madrid por Madrid. Los que han acudido a los cafés, abarrotándolos, han tenido
un poco el doble placer de conservar la costumbre y la satisfacción con que
acogieron la vuelta a la ley "húmeda" los estadounidenses. Había un
aire victorioso de obtener lo prohibido. Eso, algo así como el placer del
primer tercio tras la liberación de la ley Volstend. El campo de Madrid estuvo
invadido por los primeros pantalones blancos de los excursionistas y las faldas
de vivos colores de las muchachas. Esa afición al campo, como todo el mundo
sabe, está transformando la capital. Los periodistas extranjeros que vienen
"A la recherche du pittoresque" se desesperan ante la liquidación de
las viejas costumbres. La taberna es bar; el baile dominguero, deporte
dominical; el muro clandestino de ayer, el caqui o la pelota de fútbol. Lo
pintoresco se desvanece en la pandereta
hispánica. Queda el café -institución libre y tradicional-; pero a él acuden
los que forman el Madrid superpuesto al auténtico Madrid. Podríamos decir que
al campo van los héroes de D. Ramón de la Cruz y de D. Carlos Arniches, y que
en el café quedan los personajes de las comedias ciudadanas, suaves y simples
de D. Jacinto.
La gente ha
ido al campo en busca de espacio suficiente para celebrar su fiesta. Invade a
veces el espacio el eco grave y triste de una canción que es un himno al
futuro, y cuya música grave y poderosa convierte en canto eclesiástico. En el
campo se ha olvidado todo en el día de hoy. Ha habido la luz del día que ha
anunciado el fin de los dolorosos días de otoño e invierno y la resurrección de
las fuerzas pletóricas de entusiasmo que consigo trae el buen tiempo.
EN LA CÁRCEL
La máxima
cristiana de visitar a presos y enfermos se ha cumplido en el día de hoy.
Ningún preso ha dejado de tener en este día la mano amiga que de fuera le
llevaba las flores del buen tiempo, la golosina codiciada, el manjar apetecido,
el libro amigo, el beso familiar, el consuelo íntimo y la esperanza luminosa.
1936
"El Sol", 30 de abril de 1936
La fiesta de Primero de Mayo
Los estancos cerrarán mañana, a las once
Ha sido
enviada a la Prensa la siguiente nota:
"El
Secretariado de Expendedores de Tabacos y Timbres de España, afecto a la
Federación Tabaquera Española, pone en conocimiento de todos los expendedores y
público en general que los estancos cerrarán el día 1 de mayo a las once de la
mañana, y siendo obligatorio el cierre total, no se correrá turno, como en
domingo" (…)
La Prensa y la Fiesta del Trabajo
Anoche se
reunió el Pleno del Jurado mixto interlocal de la Prensa de Madrid, y se acordó
por unanimidad establecer el siguiente turno de descanso para el día 1 de mayo:
Redactores
de periódicos comenzarán el descanso a las doce de esta noche, para reanudar el
trabajo a la misma hora de mañana.
Redactores
de agencias y corresponsales comenzarán el descanso a las diez de la noche de hoy,
para reanudar el trabajo a la misma hora del viernes.
Los servicios de limpieza y de correo
Recibimos de
la Alcaldía la nota que reproducimos a continuación:
"A fin
de atender los servicios de urgencia sin perjuicio de la festividad de Primero
de Mayo, se ha dispuesto por la Alcaldía presidencia y la Delegación de Vías y
Obras lo siguiente:
Se prestará
el servicio de limpiezas general y recogida de basuras el día 30, a partir de las diez de
la noche, a cuyo efecto, se ruega al vecindario deposite sus recipientes de
basura antes de esa hora para ser retirados inmediatamente o a la mañana
siguiente a primera hora y se prohibe la concurrencia de los traperos.
En la Casa
de Campo y Dehesa de la Villa se establecerán las oportunas regadoras, en
número de siete en la primera y cuatro en la segunda, para cubrir las
necesidades del público durante todo el día.
En la
Administración de la Casa de Campo y en el Colegio de la Paloma se dispondrá un
servicio de socorro para posibles extravíos de criaturas, dotado de teléfono y
en combinación con Unión Radio.
Se
establecerán ambulancias sanitarias en la Casa de Campo, Colegio de la Paloma y
San Francisco, que estarán preparadas para toda eventualidad con una simple
llamada telefónica a los teléfonos respectivos 74510, 43820, 73729 ó
70320"
"El Socialista", 2 de mayo de 1936
UN
PRIMERO DE MAYO TRIUNFAL EN TODA ESPAÑA
El proletariado madrileño realizó ayer una
grandiosa y emocionante acción de presencia
●●●
La manifestación desfila por las calles de Madrid
Comienzan a congregarse los manifestantes
Las once de
la mañana era la anunciada para dar comienzo a la manifestación en
conmemoración del Primero de Mayo; sin embargo, la llegada de manifestantes
inicióse desde las nueve de la mañana. De las barriadas extremas madrileñas se
dirigían al punto de reunión multitud de trabajadores para ocupar el sitio
previamente designado por la Comisión organizadora. Por la calle de Alcalá,
paseo de la Castellana y paseo de las Delicias, nutridos grupos de obreros
desfilaron desde primera hora de la mañana camino del punto de reunión.
A las diez y
media, el espectáculo era realmente imponente. La muchedumbre invadía
totalmente la glorieta de Atocha, el amplio paseo del Prado, las calles de
Atocha y Claudio Moyano y todas las bocacalles adyacentes, extendiéndose hasta
llegar a la de Alcalá Zamora.
El centro
del paseo del Prado fue totalmente ocupado por jóvenes socialistas y
comunistas, uniformados con camisas azules. Las organizaciones sindicales de la
Casa del Pueblo ocuparon su puesto a lo largo del paseo de Ramón y Cajal, con
las banderas y estandartes de las respectivas Sociedades y Sindicatos, ocupando
la presidencia de la manifestación la esquina del paseo de Ramón y Cajal y
Puerta de Atocha.
Todo el
recorrido se hallaba ocupado en ambos lados por una inmensa muchedumbre, que a
veces se desbordaba por el centro, cubriéndose totalmente los paseos del Prado
y Recoletos y plazas de Cibeles y Colón. Los árboles y faroles fueron también
ocupados por numerosos trabajadores.
A las once
menos cuarto llegó a la glorieta de Atocha el camarada Besteiro, que se dirigió
en busca del estandarte de la Agrupación Socialista Madrileña, con cuya
organización recorrió todo el trayecto de la manifestación.
La
presidencia
La
presidencia de la manifestación la formaron: los camaradas Vidarte y Cordero,
por el Partido Socialista; (…) y Largo Caballero por la Unión General de
Trabajadores; Araquistain y Carrillo, por la Agrupación Socialista Madrileña;
Trifón Medrano y Santiago Carrillo, por el Comité de Unificación de las
Juventudes Marxistas; José Díaz y Francisco Antón, por el Partido Comunista; y
por la Comisión organizadora: Luis Menéndez, de la Junta administrativa de la
Casa del Pueblo; Díaz Alor, por el Partido Socialista; Cabo Gloria, por el
Comunista, y Muñoz Arconada, por el Comité de Unificación Juvenil Marxista. (…)
Entrega de las conclusiones de la manifestación
Cuando la
cabeza de la manifestación llegó a Presidencia del Consejo, se destacó de
aquélla una Comisión, que subió al despacho del jefe del Gobierno, donde
esperaba el señor Azaña, acompañado de los ministros de Estado, Agricultura y
Trabajo.
La
entrevista de los comisionados con el presidente del Consejo fue en extremo
cordial.
La
representación obrera explicó al señor Azaña que las conclusiones que le
entregaban no contenían otros puntos que los consignados en el pacto suscrito
por los partidos implicados en el Frente Popular, y que al reproducirlos
señalan el deseo de la clase trabajadora de que a su cumplimiento se imprima la
máxima rapidez.
Se
refirieron también a las incautaciones de
industrias por los obreros que trabajan en las mismas, registradas estos
días, explicando al jefe del Gobierno que dichos actos han sido impuestos por
la actitud de intransigencia de los patronos, que no buscan otra cosa que
buscar dificultades al régimen republicano. Estas incautaciones tienen su
antecedente en los tiempos de la monarquía; entonces y en dos ocasiones
distintas, las autoridades se incautaron en Madrid, cediendo su explotación a
los Sindicatos de Artes Blancas, de algunas Industrias del ramo. En la primera
se entregaron las industrias a los trabajadores con un déficit de más de
600.000 pesetas, que los obreros salvaron; en la segunda, cuando era alcalde de
Madrid el señor Ruiz Jiménez, y que dio por resultado un beneficio de dos
millones de pesetas.
También
hablaron al Jefe del Gobierno de la aspiración que figura en las conclusiones
de que el crédito de 400.000 votado por el anterior Gobierno para la asistencia
a la Olimpiada de Berlín se emplee en otras manifestaciones deportivas
populares, y que no se asista a dicha Olimpiada.
El Jefe del
Gobierno contestó a los comisionados que en cuanto a las peticiones que se le
hacían en las conclusiones que le entregaban sólo tenía que decir que el
Gobierno está dispuesto a cumplir todo lo prometido y a llevar a cabo cuanto
consta en el pacto, realizándolo a la mayor brevedad; pero que este trabajo
corresponde ya a las Cortes.
En cuanto a
la Olimpiada expresó su opinión personal de que no se debía asistir; pero que
el Gobierno tiene que tener en cuenta compromisos internacionales y la actitud
que observan en este caso los Gobiernos de otros países democráticos.
La manifestación se disuelve.
Pasadas las
dos de la tarde, después de un incesante desfile de más de tres horas, llegaron
a la estatua de Castelar los camaradas de la Federación de Espectáculos
Públicos, que ocuparon los últimos lugares de la manifestación. Los que
anteriormente habían ido llegando al final del itinerario trazado, se encaminaron
en grandes grupos hacia las afueras de Madrid.
En la Casa de Campo.
Se calcula
en unas 400.000 personas las que se congregaron en este hermoso parque, que
durante tantos años estuvo ocupando la monarquía para su uso particular.
En los
puestos de socorro fueron asistidos 70 heridos, de lesiones que fueron
calificadas de leves.
Como datos
curiosos debemos consignar los siguientes:
Fue operado
un hombre de apendicitis, y además dio a luz una mujer.
Se
recogieron 80 niños que se habían perdido, los cuales fueron llevados a sus
domicilios por la fuerza pública.
En la Dehesa de la Villa.
También la
aglomeración fue extraordinaria en este pintoresco lugar, calculándose en
100.000 almas las que acudieron a pasar el día.
En los
puestos de socorro fueron asistidas de heridas leves 35 personas y además
fueron recogidos 30 niños, que se habían perdido de sus familiares, niños que
en su casi totalidad, fueron llevados a su domicilios.
"El Sol", 2 de mayo de 1936
La fiesta del Primero de Mayo transcurre de manera
pacífica en toda España
En
Madrid se celebró una manifestación con extraordinaria concurrencia, en medio
del orden más absoluto
ENTREGA DE UNAS CONCLUSIONES AL
PRESIDENTE DEL CONSEJO
Desde
primera hora de la maña de ayer, la glorieta de Atocha estaba atestada de
representantes de organizaciones obreras, que con sus banderas y estandartes
iban a asistir a la manifestación proletaria del Primero de Mayo. A las diez de
la mañana, los representantes de las citadas organizaciones llegaban hasta el
Puente de Vallecas.
También
estaban formados los representantes de las milicias armadas obreras y
campesinas y organizaciones juveniles, femeninas e infantiles de las
organizaciones obreras. Todos ellos iban uniformados.
Las diversas
personalidades que formaban las presidencias fueron acogidos con
manifestaciones de entusiasmo, especialmente los señores Largo Caballero,
Besteiro y Díaz Ramos.
A las once
de la mañana inició su marcha la manifestación. Iban en primer término los
ciclistas, uniformados, y después las milicias. Seguía la primera presidencia,
compuesta por los Sres. Cabo Gloria, Menéndez, Lois, Díaz Alor, Cordero,
Vidarte, Araquistain, Largo Caballero, Díaz Ramos, Carrillo (I) Santiago,
Medrano, Egido, Peinado, Barroso y las hijas del Sr. Largo Caballero.
La segunda
presidencia, a la que precedía la Asociación Atlética Madrileña, estaba
integrada por el Sr. Besteiro y los directivos de la Agrupación Socialista
Madrileña.
La
manifestación siguió por el paseo del Prado, plazas de Neptuno y la Cibeles,
paseo de Recoletos, plazas de Colón y paseo de la Castellana, hasta la plaza de
Castelar, situada en la prolongación de la Castellana.
Todo el
trayecto estaba cubierto por miles de personas, que aplaudían y vitoreaban el
paso de la manifestación saludándola con el puño en alto. El entusiasmo tuvo
sus manifestaciones culminantes ante el palacio de Comunicaciones y en la plaza
de Colón. Los señores Largo Caballero, Besteiro y Díaz Ramos fueron objeto de
cariñosas ovaciones.
Al llegar a
la Presidencia del Consejo se destacó una comisión compuesta por los Sres. Díaz
Alor, Menéndez, Cabo Gloria y Muñoz Arconada.
El presidente del Consejo recibe a los
comisionados.-
Lo que dice el Sr. Díaz Alor.
Los
comisionados entregaron al jefe del Gobierno unas conclusiones, y al salir del
despacho presidencial, el Sr. Díaz Alor dijo a los periodistas:
-Las
conclusiones entregadas estaban comprendidas en el pacto del Frente Popular y
contenían las aspiraciones de los partidos representados en la manifestación
del Primero de Mayo, quienes deseaban que el Gobierno tuviera en cuenta estas
conclusiones, y que el pacto del Frente Popular se llevase a la práctica
inmediatamente.
Hemos
hablado al presidente de las incautaciones de ciertas industrias por los
obreros que en ellas trabajan, y le hemos dicho que ésta no es ninguna novedad,
sino una consecuencia de la intransigencia de los patronos. Antecedentes de
estos problemas los tenemos en tiempos de la Monarquía, cuando se procedió a la
incautación por los obreros de varias industrias, especialmente en el ramo de
las artes blancas, lo que representó una magnífica administración, pues cuando
se terminaron las incautaciones, las organizaciones responsables hicieron
entrega al Municipio madrileño de importantes cantidades producto de las ganancias
obtenidas. Nos hemos ocupado también de la aspiración que figura en las
conclusiones de que el crédito de 400.000 pesetas votado por el Gobierno
anterior para la asistencia a la Olimpiada de Berlín se emplee en otras
manifestaciones deportivas populares y que no se asista a dicha Olimpiada. El
presidente nos dijo que el Gobierno está dispuesto a cumplir todo lo prometido
y a llevar a cabo todo el programa del Frente Popular, realizándolo a la mayor
brevedad, y nos hizo constar que este trabajo corresponde a las Cortes. Por lo
que se refiere a la Olimpiada alemana, nos expresó su opinión personal de que
España no debiera asistir; pero el Gobierno tiene que tener en cuenta
compromisos internacionales, así como la actitud que observen en este caso los
Gobiernos de otros países democráticos.
Las conclusiones
El texto de
las conclusiones dice así:
"Excelentísimo
señor presidente del Consejo de ministros: La clase trabajadora madrileña,
representada por las organizaciones que suscriben, se manifiestan hoy ante esta
Presidencia en apoyo de las conclusiones que a V.E. se elevan en este acto y
que constituyen sus aspiraciones inmediatas.
Los
trabajadores de Madrid se hallan firmemente resueltos a que el régimen que el
pueblo se ha dado no siga sufriendo los ataques francos o encubiertos de que
viene siendo objeto por parte de sus enemigos de todas clases, y no menos
decididos a que la República siga a ritmos acelerados su avance progresivo
hacia una sociedad más justa y más humana.
Por eso, en
esta jornada expresan al Gobierno que V.E. preside su deseo de que rápidamente
se adopten cuantas medidas y resoluciones sean precisas para traducir en hechos
los legítimos anhelos que a V.E. exponen:
Nuestro
deseo esencial es que se imprima la máxima celeridad al cumplimiento pleno del
pacto del Frente Popular.
Reclamamos
que se aborde con resolución el problema del paro obrero con la urgente
apertura de obras públicas y otorgando inmediatamente subsidios en tanto no se
paguen jornales.
Pedimos la
rápida implantación de la semana de cuarenta horas, sin rebaja de salarios, y
jornada de seis horas para los jóvenes e industrias insalubres.
Enemigos
declarados del fascismo internacional, pedimos al Gobierno que el crédito de
400.000 pesetas acordado por el Gobierno anterior para concurrir a la Olimpiada
que organiza el país que en régimen fascista mantiene encarcelado injustamente
a Thaelmann y a tantos millares de antifascistas, por cuya libertad luchamos,
sea dedicado a la incrementación del deporte popular en España, entregándoselo
a las organizaciones que en el país desarrollan, en medio de infinitas
dificultades y privaciones este deporte popular.
Exigencia de
responsabilidades para los autores e inductores de la represión de octubre. Que
se acometa una reforma profunda en la organización del Ejército, de la
magistratura y de la burocracia en todo el aparato del Estado.
Pedimos la
disolución y el desarme efectivo de todas las organizaciones fascistas y
monárquicas, y confiscación de sus propiedades y bienes en beneficio de los obreros
parados.
Para atender
inmediatamente a las angustiosas necesidades de los mutilados y las familias de
las víctimas de la brutal represión de octubre, que sufren hoy espantosa
miseria, solicitamos que por el Parlamento de la República se vote un crédito
extraordinario que sirva para otorgar auxilios y pensiones.
Que se
amplíe la amnistía hasta que alcancen sus beneficios a todos los presos
políticos y sociales que, habiendo sido considerados equivocadamente como
comunes, permanecen aún en las cárceles de la República. Concesión de indulto a
los presos comunes.
Nos
pronunciamos, en fin, contra la guerra imperialista y en defensa de la U.R.S.S.
y de su política de paz. Por eso reclamamos del Gobierno la participación de
España en los pactos colectivos de paz y la normalización inmediata de las
relaciones políticas y económicas con la Unión Soviética.
El Gobierno,
al recoger y atender estos anhelos de la clase trabajadora madrileña, que son
los de la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles, contribuirá poderosamente
a sacar al país de la situación de miseria en que se encuentra sumido y lo
colocará en la del progreso, de la paz, de la libertad y el bienestar.
Así lo
esperamos, deseando a V.E. muchos años de vida.- Madrid, 1 de mayo de 1936.-
Por la Agrupación Socialista Madrileña, Enrique de Francisco; por el Radio
Comunista de Madrid, Luis Cabo Gloria; por la Casa del Pueblo de Madrid, Luis
Menéndez; por las Juventudes Unificadas, Felipe Muñoz Arconada."
Termina la manifestación
Al terminar
el desfile de la manifestación, a la que puede calcularse que asistieron más de
trescientas mil personas, desfilaron por las calles de Madrid las
organizaciones proletarias que iban uniformadas.
Al abandonar
la plaza de Castelar, los Sres. Largo Caballero, Besteiro y Díaz Ramos fueron
despedidos con las mismas muestras de entusiasmo que a su llegada.
No ocurrió
el menor incidente.
Extraordinaria animación en los alrededores de
Madrid
No obstante
celebrarse por la mañana la manifestación obrera, desde las primeras horas
comenzó la animación de los grupos familiares que se dirigían a las afueras de
la ciudad. Y no sólo a la periferia, sino que muchos millares de madrileños
salieron por las estaciones férreas para pasar el día en un campo más auténtico
que el de las proximidades.
Los campos
de las Ventas, Chamartín, Fuencarral, El Pardo, Dehesa de la Villa y Casa de
Campo fueron pronto tomados por millares de familias que, cargadas con los
paquetes de la comida y botas rezumantes, iban allí a pasar el día.
Al mediodía
y en las primeras horas de la tarde fueron también muchos los millares de
personas que se encaminaron al campo.
La ciudad
presentaba el sorprendente aspecto de la carencia de circulación. Sólo se veían
los vehículos de las fuerzas gubernamentales, que durante el día ocuparon los
puntos estratégicos de la ciudad y vigilaron constantemente; bicicletas y
pequeños carros de verduleros y traperos, ocupados por las familias de sus
dueños y con grandes letras pintadas en los toldos, que decían
"U.H.P.". Hasta que se inició la entrada de los que habían pasado el
día en el campo. Madrid estuvo tranquilo y silencioso. Las calles estaban
convertidas en campos de fútbol, y las niñas jugaban a la comba. En las aceras
soleadas se veían muchísimas personas que, sentadas en sillas de paja, tomaban
el sol. Los bancos de los paseos públicos y las sillas de los cafés con
terrazas fueron también ocupados por el público.
Ni un solo
establecimiento ni un solo servicio funcionó en Madrid.
El paro fue
absoluto, total. No se repartió la correspondencia ni se barrieron las calles.
Las lecherías permanecieron unas cerradas y otras con las puertas entornadas.
Por
disposición de las autoridades municipales en la Casa de Campo y en la Dehesa
de la Villa se establecieron regadoras del Servicio de Limpiezas y del de
Parques y Jardines para que sirviesen de tanques para abastecer a los
excursionistas. De estos coches regadoras había siete en la Casa de Campo y
cuatro en la Dehesa de la Villa.
En el
Colegio de la Paloma y en la casa de la Administración de la Casa de Campo se
montó un servicio de socorro, en el que no sólo se atendía a los que
necesitaban la asistencia médica, sino que se recogía también a los niños
extraviados. Estos fueron muchos, y durante todo el día la "radio",
con la cual se estaba en comunicación telefónica, daba la conocida señal de
socorro para anunciar que los agentes municipales habían recogido niños.
También las Alcaldías de los pueblos próximos hicieron anunciar por la
"radio" a los niños que tenían recogidos.
Funcionaron
también en los mencionados parques varias ambulancias sanitarias, y los coches
y ambulancias de la Cruz Roja prestaron asimismo servicio eficacísimo.
No hubo incidentes de gravedad
El doctor D.
Carlos Muñoz del Castillo, que ayer estuvo al frente de la Casa de Socorro
sucursal de la del distrito de Palacio, situada en la Puerta del Ángel, nos
dijo que, contra lo que se esperaba, el día había transcurrido con trabajo,
pero sin que afortunadamente se presentasen casos graves de los que a las ochos
de la noche no había ninguno. Hasta esa hora habían sido asistidos en dicho
centro benéfico 19 individuos que presentaban leves luxaciones o erosiones, y
bastantes con ataques alcohólicos.
Los servicios municipales
Al frente de
los servicios que el Ayuntamiento montó en la Casa de Campo estuvo el concejal
delegado de Vías y Obras, don Manuel Muiño.
Por las
ambulancias establecidas en dicha finca fueron asistidas 40 personas de
diversas contusiones, producidas a consecuencia de caídas. Ninguno de estos
heridos lo fue con carácter grave. Sólo un muchacho de dieciocho años fue
asistido de un fuerte ataque de apendicitis. Dada la gravedad de su estado, fue
preciso trasladarle al Equipo Quirúrgico del Centro.
En la
ambulancia establecida en el Colegio de la Paloma para atender a los
excursionistas de la Dehesa de la Villa también fueron numerosos los asistidos,
pero todos ellos leves.
Se pierden 120 niños
En la Casa
de Campo se extraviaron 80 niños, y en la Dehesa de la Villa, 40. Fueron
recogidos por guardias municipales y guardias de los parques, y en la mayoría
de los casos se presentaron a los pocos minutos sus familiares a reclamarlos.
Otros dijeron dónde vivían, y en los coches de los concejales fueron llevados a
sus respectivos domicilios.
Uno de los
niños que se perdieron en la Casa de Campo fue encontrado en Cuatro Vientos;
desde allí se le trasladó a su domicilio, que es en el Puente de Vallecas.
Se calcula
que en la Casa de Campo hubo 400.000 personas, y 100.000 en la Dehesa de la
Villa.
En los
servicios de recogida de niños colaboraron con los guardias y guardas
municipales fuerzas de la Guardia Civil y asalto.
Las
ambulancias sanitarias del Ayuntamiento instaladas en el parque de la calle
Bailén, en la glorieta de Atocha y en los Cuatro Caminos asistieron a unas
veintitantas personas. Afortunadamente, ninguno de los que acudieron a requerir
socorro estaba grave.
En la Casa
de Socorro de la Puerta del Ángel se prestó asistencia a 27, entre los cuales
figuraban varias mujeres.
En el lugar
denominado La Torrecilla, de la Casa de Campo, discutieron ayer tarde dos
grupos excursionistas, cruzándose bastantes golpes. Resultaron afectados de
pronóstico reservado Federico Bonilla, de veintiséis años, y Pedro de la Casa
Tabernero, de catorce, que fueron asistidos en la Casa de Socorro. Como autores
de las lesiones fueron detenidos tres individuos.

"Heraldo de Madrid", 2 de mayo de 1936
LA FIESTA DEL PRIMERO DE MAYO
Una jornada ejemplar, en la que las masas
proletarias dieron nueva prueba de su sentido de la disciplina y del orden
Los
trabajadores de toda España desfilaron en imponentes manifestaciones cívicas, sin
que en ninguna parte ocurriese el más leve incidente
El paro en Madrid
No obstante
haberse señalado la hora de las nueve y media de la mañana para que las
directivas, con sus respectivas banderas, ocupasen el puesto que les
correspondía en la manifestación, dos horas antes de la señalada miles de
trabajadores estaban ya en el paseo de Atocha.
Por medio de
carteles indicadores los congregados sabían el lugar que les estaba señalado. Y
así, con perfecto orden, sin el menor incidente, se formó la manifestación, la
más grande en número que se ha celebrado en España.
Poco más de
las once de la mañana se puso en marcha la manifestación, en cuyas
presidencias, Unión General y Agrupación Socialista, iban los Sres. Besteiro y
señora. Largo Caballero, Díaz Ramos, Araquistain, Cordero, De Francisco y todos
los miembros de ambas ejecutivas.
Detrás
formaron en el siguiente orden: Agrupaciones y juventudes políticas, marxistas
y sindicalistas: Federación de Artes Gráficas, Edificación, ramo de la madera,
metalúrgicos, artes blancas, oficinas y despachos, servicios sanitarios,
industria hotelera, empleados de comercio, oficios varios, transporte, vestido
y calzado, obreros de la piel, espectáculos públicos.
Las
juventudes marxistas, uniformadas, ocuparon todo el ancho de los paseos del
recorrido y formaron un doble cuadro en torno a la presidencia, y los afiliados
a los grupos sindicales socialistas y revolucionarios, provistos de brazaletes,
se situaron a ambos lados de la manifestación, cuidando de mantener el orden.
El recorrido hasta la Presidencia del Consejo de
ministros
Durante el
trayecto -Paseo del Prado, Recoletos, Castellana- no ocurrió el menor
incidente. Los vivas al Frente Único, a Rusia, a Pablo Iglesias, a Marx, a
Besteiro, Largo Caballero, Lenin, Thaelmann, José Díaz y otras ilustres figuras
proletarias se sucedían sin interrupción, como igualmente los mueras a
determinadas cosas y personas.
Es
incalculable el número de trabajadores que se manifestaron ayer; pero afirmamos
que es la mayor que registra la historia proletaria y política de nuestro país.
Todas las
banderas de las organizaciones y millares de carteles y transparentes pedían la
libertad de todos los presos antifascistas y la inmediata detención de los
culpables de la bárbara represión de Asturias.
Las conclusiones entregadas al jefe del Gobierno
Al llegar
ante la Presidencia del Consejo se destacaron varios miembros de las Directivas
socialistas, Unión General y partido comunista, que hicieron entrega a D.
Manuel Azaña de las peticiones que el proletariado eleva a los Poderes
públicos, y que son las siguientes:
Las conclusiones
"Excelentísimo
señor presidente del Consejo de Ministros: La clase trabajadora madrileña,
representada por las organizaciones que suscriben…"[1]
Un incidente en la calle de Santa Engracia
Terminada la
manifestación celebrada en Madrid con motivo del Primero de Mayo, algunos
grupos de individuos pertenecientes a las milicias socialistas y comunistas
pasaban a primera hora de la tarde por la calle de Santa Engracia y en
dirección a su domicilio social. Cuando estos grupos marchaban por dicha calle,
y cerca ya de la glorieta de Chamberí, un individuo, que, según las
investigaciones practicadas después por la policía, se encontraba en estado de
embriaguez, salió al balcón de una casa de la calle de Santa Engracia,
arrojando a los manifestantes proclamas electorales de Acción Popular.
Otros incidentes
Se
registraron otros incidentes, inevitables en estas grandes concentraciones
populares.
El más
importante de ellos ocurrió en la Casa de Campo, en el sitio denominado La
Torrecilla. Riñeron dos grupos de excursionistas y resultaron dos heridos, por
fortuna, no de gravedad. Se practicaron detenciones.
La Banca se suma a la fiesta
Además de
los centros oficiales, en muchos centros y entidades particulares ondeó ayer la
bandera nacional, como día señalado por la República.
Muchos
Bancos, además de sumarse oficialmente a la fiesta, iluminaron sus edificios
por la noche.
Día de campo
El
espléndido día primaveral que ofreció el tiempo a la clase trabajadora en su
jornada simbólica fue aprovechado por las familias obreras para gozarlo en el
campo.
Desde
primera hora unos, y después de la manifestación otros, los trabajadores todos
se lanzaron a los alrededores madrileños para disfrutar del sol y del aire en
alegre jira campestre.
Interminables
filas de familias proletarias, con la merienda y la sana alegría reflejada en
el rostro, proporcionaron un desfile magnífico por las arterias que afluyen a
las afueras y éstas se vieron invadidas todo el día.
La Casa de
Campo, la Dehesa de la Villa y el parque del Oeste constituyeron los
predilectos lugares de asueto y algazara. En ellos hubo entusiasmo, alegría y
bullicio infantil.
La gente
joven cantó, bailó y disfrutó como sabe hacerlo. Y luego, al decaer la jornada,
se inició el desfile de retorno al hogar, magnífico espectáculo, que tuvo su
mayor intensidad en Cuatro Caminos, en el paseo de San Vicente y en Rosales.
En la Comisaría
de Vigilancia de la Casa de Campo han sido recogidos varios niños que se han
extraviado de sus familias al acudir estas a merendar a dicho lugar. Las
autoridades han circulado las órdenes oportunas para que los familiares de
dichos niños puedan conocer su paradero.
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