lunes, 16 de marzo de 2020

De brujas y revoluciones, por Marian Giménez Sánchez-Ferrer





OTRA LUZ
Ahora todo es tan transparente, que no consigo verte y tampoco amarte. He pensado mucho en esto últimamente. Amar significa también ir de la mano de un misterio, de lugares recónditos, de Noches Oscuras y sin embargo brillantes. El encuentro con el otro, es siempre un misterio a despejar.
La luz de la transparencia nos ciega la mirada que va más allá del ver, y al no poder mirar, las palabras de la poesía, aquellas que nos transforman y nos convocan para ciertas verdades que se dicen sin decir, quedan ocultas o censuradas,  con esta luz pervertida y despojada de claridad
Por eso me acojo, en estos días a otro tipo de luz, que va  cambiando a lo largo de un ciclo. Las mujeres lo sabemos bien, es una luz de 28 días, como aproximadamente nuestros ciclos menstruales, y mueve las mareas oceánicas y las profundas aguas marinas. Es la diosa luna, que nos invita una y otra vez a  mirarla, del verbo latino “mirari”, que significa  extrañarse, admirar, sin transparencias.
¿Has probado alguna vez, a ponerte bajo su influjo? Esa luz tenue y poderosa a la vez, que ilumina los rincones que no queremos ver, ni mirar, que envuelve de magia los objetos cotidianos, las aguas circulando por nuestra tierra, convirtiendo a los bosques, en bosques encantados, haciéndonos cruzar las fronteras, viajando por el tiempo y el espacio, es la luz de las brujas en luna llena,  mujeres que vieron y miraron, otras formas posibles de amar, de relacionarse con el placer y con el conocimiento y fueron quemadas.
La triple diosa,  la doncella, la madre, la anciana, nos pone en contacto con la vida, en su inicio, en su plenitud y en la vejez. Nos dice que todo se transforma, que no tengamos miedo,  sólo coraje, porque ella en sus múltiples formas saldrá en nuestra ayuda y nos llevará al círculo mágico, al caldero original donde todas las cosas son y fueron.
Es con esta luz con la que me despido, entre tanta transparencia, que permite sentencias donde se describen violaciones que no son vistas por los ojos de unos hombres, que carecen en absoluto de la luz femenina de la diosa, que juzgan a la víctima, degradada y usada por otros hombres que con la transparencia de sus pantallas se grabaron a ellos mismos, violándola.
Todas somos tus hermanas.

TODAS

Busqué a la sabia y a la necia.
Me encontré con brujas y reinas.
Allí estaban la puta y la virgen.
Fértiles y estériles,
madres y amantes
salieron al paso.
En todas ellas vivía yo

ALQUIMIA

Despertar y oler a primavera.
El sol entrando por la ventana.
En ese rayo de luz
veo toda la respiración
que mantiene unidas
cordilleras, valles, bosques
y las aguas profundas del océano.
Oigo todos los nombres:
De los que han sido.
De los que son.
De los que serán.
Percibo todas las Revoluciones
que traen la alquimia al mundo.

SIRENA
(Inspirado en la novela de José Luis Sampedro, La vieja sirena)

No tiene recuerdos del mar
pero su materia está regada de algas y delfines.
Algunas veces cree ver atisbos azules en sus ojos.
Entonces ella se siente agua. Es agua.
Perdió al hombre, perdió a la hija
errática fue cruzando sus propias fronteras.
No tenía edad, pero avanzaba,
del azul al verde, de la arena al barco.
Su vieja eternidad se plegaba en sus cabellos,
reconocidos por los tiburones.
Tan sólo recibía un saludo con sus colas.
Era intocable.
Sentía aquella sangre salada
recorrerla una y otra vez, eran los latidos y los ritmos de la vida
acompañándola siempre en la ternura.
Buscando el amor en un todo, completo
no entendía de separaciones ni de tendencias.
¿Pero cuál es su recuerdo?
Las gaviotas rodean su cuerpo y tiran de ella
van coronando con perlas su cabeza.
Por las tardes el sol la ha llamado otras veces,
ella se baña en la ola y en el sol
y comprende que ha llegado su momento.
Retorna a la Madre, retorna a la cueva,
donde se oyen los ecos de las caracolas
contra las piedras.
Es allí donde se acerca el pasado,
aquello es el mar contenido en toda su fuerza,
allí pactó con la Diosa, también pagó el precio.
Se desprendió de corales y arrecifes
abandonó su cola y se sumergió en tierra firme,
para comprobar que realmente estaba viva.
El tiempo se agota, llega el inicio del agua.
Su retorno, su vuelta.
Los ojos de la Diosa se cierran.

TIERRA

La tierra colocada en los labios
conmovida y temblando
haciendo de su amor un puro dolor.
Caminando en mi sexo
en un desierto sin brújula
navega por ojos
con miradas de cielos sin estrellas.
Sus verdes brazos mutilados
convertidos en campos de combustible.
Sonámbulas son sus piernas
en las vías del progreso,
donde alguna vez habitaron
las columnas tierra-cielo
que se llamaron:
Abedul, Palmera, Sequoia, Roble, Haya, Castaño.
Y la tierra tenía la luna en sus manos
la guardaba, la quería.
Juntas hacían funcionar océanos y mares.
Ahora se oyen cerca
sus gritos de plástico.
Los grandes ríos, sus arterias
agonizan, secos de agua de vida.
Y la humanidad fornicando en su confort.

A CUESTAS CON TU NOMBRE. POSGUERRA
(A la abuela)

Tu rostro me lanzaba mil preguntas
enigmas de muestras tristes,
ojeras en tus ojos.
¿Quién fuiste? ¿Qué dolor soportaste?
Me pasé la vida a cuestas con tu nombre,
-Murió de hambre…Me decían.
Amargura y tristeza en tu rostro.
Sencillas voces de los pueblos
encarnadas de recuerdos,
que volaban a través de Alejandro, tu marido,
me llevaron a ti.
Y traspasando el espejo de los tiempos
ofrecieron sin reservas
un retrato en sepia.
Tuyo, de primavera.
En esos grandes ojos
me asomo a mirarte.

FUTURA MADRE
“Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida” Khalil Gibran

Quisiera ofrecerte hijo mío la canela,
los colores del cedro.
la clarividencia del águila en las alturas.
Quisiera derramarte todas las flores de abril,
las notas del pájaro,
los rayos de mi sol y de mi luna.
El ritual de iniciación ya ha empezado para ti,
tu grito de vida no se puede silenciar
y tu raíz teje el nuevo vestido.
Sigue oyendo mientras puedas mi latido,
Es un tambor que te llama constantemente
reclamando tu presencia para que me inaugures también en tu pecho.
Tu vida se renueva en mi agua
y nuestra perfecta comunión está dando a su fin.
Asegurarte hijo que tu origen
es una espiga de plata
en la que no existió ningún interrogante,
que me venció en su insistencia
y me hizo morir a base de golpes blandos.
Desde entonces la noche extiende
sus manos con guantes de estrellas,
descansando sobre nosotros
y sembrando un ritmo lento que nos acompaña
en espera de los días de luz.
Mi mano no se detiene en un solo bordado,
por eso el color de la bandera que te cubrirá mientras duermas
es transparente,
para que tu mirada alcance a todos los pueblos de la tierra.
Pero mi gran plegaria es una pintura
que ocupa todas las posiciones de la tierra:
NORTE, SUR, ESTE, OESTE.
Subiré a las más altas cordilleras
para llenarte un cuenco apretado
de viento, lluvia y aurora,
cuyo sabor es la alegría.
Abrázate al árbol
y recorre los caminos del bosque.
Saborea el vómito del mar
y que tu andar sea escuchado en el desierto sin flores,
sus piedras no son panes pero te hablarán.
No tengas miedo,
te encontrarás a través de las líneas de tus manos.
¿Qué canción de cuna escribiré?
El ruido de mi risa ancha al descubrirte,
el silencio cuando duermes,
la boca del viento que besa nuestra ventana y nos llama,
las voces de otros niños en la plaza
y el sonido de las palmas
cuando los pueblos se agitan.
Un lazo de seda que no te apriete
es la oración que en un acto de fe
rezo por ti día y noche.
Por eso continúo tejiendo unas alas de mariposa
que te eleven suavemente por encima de todo
y veas más allá de nuestros ojos.
Preparo un rincón de hojas verdes de esperanza
donde nos miremos serenamente
en el camino del corazón.
Las tempestades son inevitables hijo mío,
vive las de tu tiempo.
No es posible mantenerse al margen.
El alimento que te doy es la protesta.
El inventario para amarte,
son mis manos que te recogen en mi pecho
y te acercan a mis labios,
inquietos por quererte.
Lo sabía mi madre
y la madre de mi madre
y la anterior y la otra.
Lo sabían todas las mujeres, de todas las épocas
que se vaciaron con el desierto
entregándose a su soledad y su cuerpo,
dotadas de extraordinaria maquinaria
que se repite como un eco
sin perderse nunca en nuestra piel.
Ahora lo sé yo también.
Sé que tu nacimiento es desde siempre.
El mar ha venido y se ha ido con las nubes
que empujando el cielo
nos han hecho sombra una y otra vez.
Han pasado nueve lunas y nueve soles
sobre mi vientre ya abultado.
Concentrada en ti espero en silencio

VUESTRO DESTINO Y EL NUESTRO

Daba igual que fuera noche estrellada o no
o que la luna visitase las tapias.
Daba igual
la aurora, empezando a vestir el trigo,
el frío de diciembre adormeciendo los campos
o el poniente invitando al descanso.
Todo daba igual.
Salvo aquella Oscuridad
que todavía nos alcanza
habitada de huesos sin nombre
Y sin flores de memoria.
Es el frío de vuestros huesos
en barrancos y cunetas que hacemos nuestro.
Un frío apasionado,
moviéndose en sutiles espirales luminosas
que escriben en  el aire: No pasarán.
Encontraros es vuestro destino y el nuestro.

HUESOS

De claveles rojos, amarillos y morados
se entrelazan tus huesos.
La aurora visita cada amanecer
los barrancos siniestros
las cunetas anónimas
las calaveras sin nombre.
La memoria es entonces materia bajo la tierra
la bota
el zapato
y la mortífera bala.
Invoco al viento para escucharte
y las paredes hablan.
Me cuentan tu historia:
Que era un día de mercado.
Que ibas con tu hija
y del cielo, aquellos pajarracos soltaron la muerte.
Que te organizabas.
Que soñabas con la libertad.
Que tus reuniones eran clandestinas.
Que te pudrías en la cárcel.
Que te robaron a tu bebé.
Que te mataron de hambre y de miseria.
¡QUE NO PASARÁN!

MUJERES DEL AGUA
“Rompe el cántaro, pues eres agua, no cántaro. Ve más allá de ti mismo, pues eres mar, no río.” Mohamad Shirin de Tabriz.

Mujeres de bruma y sal
ataviadas de corales y caracolas,
salen, furtivas en la Noche.
De sus cántaros cotidianos
que sostienen el agua  escasa,
transportando su peso en caderas aliadas.
Entonces pies y manos liberados
recorren la Noche y el Mar.
Eterno “DROM”, ritual de la alegría,
agua fértil de las diosas.
Espejos de lunas, cantan en sus cuerpos femeninos.
Miradas marinas inundándolo todo
oleajes de caderas, ahora cómplices en el baile.
Ya no existe el tiempo
solo danza en honor a Iemanya,
señora del agua, Madre, Mujer…
“¡Reconócenos señora!
A aquellas que elegimos la gravidez en nuestros vientres
así como a las otras, que decidieron
alumbrar otros mundos
sin maternidad.
Permitimos que tus ríos y afluentes
circulen en nuestro sexo,
serpenteando con plenitud.
Somos también
aquellas que te vierten en sus lágrimas.
Nos arrebataron la sonrisa
Nos maltrataron
Nos golpearon
Nos violaron
Nos mataron.
Aquellos que nunca conocieron hermosas palabras de amor:
“Aguamarina es tu mirada oceánica,
Seductor Aguamanil empapando abundancia de caricias,
como Aguacero son tus abrazos en la noche”.
¡Bendícenos señora, Diosa del mar!
Hágase tu voluntad de espuma blanca,
enredadera del deseo
recubriendo nuestros cuerpos.
Giraremos en otras lunas contigo.
Hágase el agua de vida.

UN PUEBLO I

El quetzal se posó sobre un sueño de liberad,
nunca estuvo callado y se reencarnó muchas veces.
Dicen que por Bering llegaron,
de la Atlántida heredaron una forma mítica y autóctona.
Llevaron el lema: “Creced y multiplicaos”.
Muchos queztales transportaron semillas en sus alas y sembraron todo el continente.
Los mayas fueron guerreros entrenados en Chichen-Itza.
Los aztecas fundaron Tenochtitlan.
Los chibchas hicieron del Dorado una leyenda.
Los incas guardan una canción que solo ellos
Saben cantar en el Machu-Pichu.
Aquel pájaro ha volado de Norte a Sur,
su semilla ha germinado.
Su canto se ha oído en la garganta de Anacaona
Atahualpa
Caupolicán
Tupac Amaru
Simon Bolívar
José Martí
Sandino

UN PUEBLO II

¿Qué visteis vos en Nicaragua?
¿Qué os trajo para acá?
Las alas del quetzal y no las carabelas.
El indio y no la madre patria.
Los poetas y los locos de este siglo, capaces de germinar sueños.
Un evangelio en Solentiname.
Giré y el progreso veloz me llevó por océanos y mares,
desde arriba y de noche Sandino parecía una galaxia.
Marché para no ser atrapada en nuestras movidas y vaivenes.
Este pueblo labra su piedra dura en una violenta demencia.
De tus montañas nació el verde,
allí fue un pequeño ejército de hombres libres.
Que la esperanza del verde te lleve.
Que tus sueños no sean aplastados por los tanques.
El macho ratón continúa burlándose de los conquistadores,
Sigue alzando la tortilla del maíz, el atol, la chicha.
Pequeño colectivo que ha conseguido asustarles.
La amenaza es un país de poetas en defensa de su tierra.
País joven, lleno de niños en sus plazas,
no importa ni el calor, ni el huracán, ni sus pies desnudos.
Nadie les quitará su alegría, ni sus fiestas
no importan la tortura, las muertes, el hambre
Todos son futuros.
Calles de Estelí, flor de caña, flor de juventud.
Librería Leonel Rugama:”Que se rinda tu madre”.
Managua, leyenda de terremoto, tu peso es capital de alud.
Masaya, cita de artesanos, jícaras, tapices,
vasijas son tu broche.
Hablé con Rubén Darío en León. Escribía un poema:
“Desgraciado Almirante, Tu pobre América…”
¿Y que diré de Granada, S. Juan del Sur, Matagalpa?
Allí el sol resplandece la tierra.

EN EL PASILLO

En el pasillo la arruga, se hace más evidente.
El blanco es la autoridad, es la salud.
Agolpadas en la pared
apostadas en la ventana
esperan que esperando señales
su esperanza no sea un sueño.
Las hay que de la cabeza a los pies son de la clase:
“Esto por fin es carne de mi carne y hueso de mis huesos”
Y tienen fe y resucitan a los vivos,
su realidad ha transcendido.
Sangre, sudor y lágrimas.
Todo se olvida, es mi marido.
Todo se olvida, es mi hermano.
Todo se olvida, es mi padre.
Ellos descansan en un lecho vacío
nada tiene que ver con su ropa,
no huele a ellos sino al otro que ahora son.
No hay piel cercana a ellos en horizontal,
junto a su boca, su oído, su pelo.
Se les mira desde arriba
se les da protección
pero ellos no piden nada,
son la más absoluta indiferencia,
caprichosamente hieren con su silencio.
Su mundo es otro. No quieren volver.
Su resistencia feroz llega hasta sus músculos
que no se permiten el más mínimo descanso.
Siempre tensos, siempre rebeldes.
Su protesta es orgánica y llegan a protestar tanto
que consiguen cambiar su realidad más inmediata
y que ahora se reduce a ellos mismos.
Comen, respiran, orinan por tubos.
Su mundo es otro, no quieren volver.
Han alcanzado el nirvana insolente, autoritario,
el Nirvana del dolor.
Sangre, sudor y lágrimas.
Los hay que son unos porque están solos.
Representan a mendigos, los leprosos de esta época, prostitutas
de un evangelio que seguimos escribiendo con minúsculas.
Cercanos en su mayoría al fin,
hablan y con su lenguaje
y regresan a ser niños.
Aunque su vida fue determinada
desde el principio.
Definitivamente están solos.

LA VIDA ESTÁ SOLA

No obstante las flores siguen naciendo
como germen de vida que pelea violentamente por subsistir.
Empuja con obstáculos el viento y la tormenta
Renaciendo en versos de primavera.
Sin embargo ¡Cuantas palabras gastadas
fundiéndose en unan niebla densa!
Habitando una esfera superior y volátil, sin descender a la tierra.
Es un viaje de largo recorrido
donde la ida y la vuelta,
se han visto ya muchas veces las caras
y los cuerpos vuelven a la tierra
antes del tiempo pre-escrito, sin pronunciar palabra.
La ciudad de todas las mañanas
se levanta con esa niebla férrea y agotadora
pasando por todos los rostros,
dejando gestos y muecas de las guerras de otros tiempos
siendo la misma guerra, sin perder la identidad.
Allí claman las mujeres en el Muro de las Lamentaciones,
las madres rotas.
Ha llegado la muerte sin disfraz
No hay pan que recibir, tampoco hay pan que dar
en esta ciudad perdida y sola.
Mi pueblo se ha convertido
en un tazón lleno de ponzoña,
Donde la vida no vale nada.
No obstante las flores siguen naciendo…

TIEMPO

No tiene tiempo
tan solo unas horas encadenadas, allí y allá
unas moneditas allí y allá.
El tiempo, excedente de oportunidades, es de otros
De ella no.
Sí, ella va cuando la llaman,
entre horas,
obediente a los cursos de entretenimiento,
con promesas de proyectos, de mejoras
y entonces comienza de nuevo a soñar.
Interrumpen su sueño
aparecen otras pocas monedas
No hay forma, ni formación, ni tiempo.
Primero, el alquiler, sus hijos, la comida diaria, la luz, la calefacción.
Sí sus hijos juegan en la plaza que es de todos.
Un trocito rescatado a la especulación.
Sus hijos molestan,
dan patadas a un balón
gritan, saltan, ponen música
Y los del tiempo protestan.
Sí es verdad,
sus hijos andan sueltos por la calle
y ella está en el tiempo de las moneditas.

CANAL BAJO DE TETUÁN

Piedra y agua,
arcos y canales,
fuentes y arroyos
barrancos y huertas.
La Almenara, lugar de luz, da la señal:
Libre te quiero
sin muros asfixiantes
sin heridas,  ni cicatrices.
Con la primavera poblando tus arcadas
colgando de ti la vida, hacia allí camino
escuchando el viento entre tus arcos.
Y las sonrisas de los niños acariciando tu piedra
y la luna llena con sus mareas,
moviendo el agua que te circula.
Así te quiero, libre.



LA MORERA I

En el principio era la morera
resistió vientos,
tempestades y palabras obscenas.
Resistió en su soledad
y en el campo yermo.
Vio como la confundían con gran interés.
Ya no era una morera. Pasó  a ser especie invasora.
En el principio era la morera.
Después las flores rojas en el campo yermo
y aún después vinieron sus frutos.

LA MORERA II
(Al Paseo de la Dirección)

Quedó todo en silencio,
el exterminador pasó, llegó
y parece que venció.
Una memoria ancestral
que une cielo y tierra
hermanando a olivos y moreras
extendiendo en la noche oscura de sus ramas,
las voces de los que no tienen voz
y grita:
“De la Tierra al Cielo no me moverán”

A LA COMUNIDAD DOMINICANA EN TETUÁN

Abría las puertas de las calles sin nombre
como si nada,
nada pasaba, sólo personas anónimas.
Pero hubo una vez,
que detrás de una de ellas
venía  cabalgando un rumor.
Un rumor con “trayectoria de sol”
cielos de violeta y azúcar en sus amaneceres.
Me encontré en medio de un poema
pleno de metáforas y metonimias
de rostros con nombre y corazón y esquinas caribeñas,
que acariciaban mi piel
contándome al oído una historia de siglos:
Esclavitud, Resistencia, Valor, Trabajo, Discriminación.
El Caribe entero bailaba en el rumor de sus palabras
y estas abrieron todas las puertas, de par en par.
y desde entonces la poesía amenaza la calle Topete,
en forma de isla en el Mar de las Antillas de Tetuán
envuelta en caracolas que recitan todos los nombres.

LA LUNA EN TUS MANOS

La luna en tus manos
significa ir a algún lugar y mostrar el poder
de las risas anchas y generosas.
En mis manos la luna
contraviene las luces deslumbrantes
se cuela por los sutiles espacios de Hécate, la bruja.
La mujer en luna llena
es la madre en plenitud
que viene de la doncella
y camina hacia la anciana.
Todas nosotras en luna llena
viajamos en el tiempo.

HIJO

Antes de que te hayas ido
Echo en falta esa habitación desordenada.
Tus ojos negros como aceitunas
Y tú abrazo genuino
que me protege y te protege a ti también.
Añoro tus risas de verdad
aunque todavía estés aquí.
El humor que cura heridas
riéndote de nosotros  mismos.
Me acompañas en este silencio de tu habitación desordenada.
El desorden es tu presencia
te recuerdo antes de irte.

FARFULLA

Algo parecido a una farfulla
parlotea, girando sobre sí misma,
emitiendo sonidos broncos
pulsiones de odio
y ciento cuarenta caracteres de basura.
Dedos autómatas y masturbadores
que impiden tocarnos y abrazarnos
presos de un cristal.
No es el cristal de la ventana
donde la luna viaja en cuarto creciente,
o nos visita otro día en luna llena.
No aparecen rostros detrás,
Mostrando la mirada viva y alegre del encuentro.
Portal de la transparencia
continente de todo,
con ojos en todas las direcciones.
Es en realidad un monstruo que no permite  vernos.

TRABAJO COLECTIVO

En tus ojos he visto el Universo entero.
El tiempo infinito de la creación y la destrucción.
La agitación y la transformación
que se suceden en todas las eras.
Universo en expansión,
cruzando las fronteras de los que no tienen nada
repartiendo tierras, equilibrando las balanzas, conciliando opuestos.
Finalmente
miríadas de Universos salen de tus ojos,
poblando espacios, provocando palabras, juntando voluntades.

HAMBRE EN EL BASURERO

Eran lugares
repletos de ruidos de hambres,
hambres abultadas, salientes
exhibiéndose con descaro, sin ningún pudor.
Hambres con brazos, piernas y manos
que buscaban en el desecho,
en el límite.
Los sentidos agudizados y la frontera difusa.
Falta poco para desmayarse,
entonces ya no existirán
los ruidos de hambres tremendas
de estos brazos, piernas y manos
que pululan por ahí.
De estos no.
Pero en la cadena
son fácilmente reemplazables.
Amanece un nuevo día
con los mismos rituales,
los pequeños ya no pueden pedir
ni tampoco buscar.
Se cayeron.

CÁNTICOS A CONTRACORRIENTE

I

Cambió la dirección del viento,
traía un mar de cristales puntiagudos
que rasgaron su corazón.
Descarnada, herida, sin palabras,
soberbia lava que fluía y fluía
dejando tan solo una mirada
como muerta.
Robando los nombres de la creación.
¿Cómo hacerlos existir de nuevo?
Sabía que más allá  de las estrellas
hay canales que conducen escrituras
marcando nacimientos con presentes agotados,
lenguajes que arrasan,
conquistan y despojan
los misterios, la ternura
los oídos que escuchan, los ojos que ven,
las bocas repletas de versos.
Habitan las regiones
de los saberes voraces e ilimitados de la gran ciudad.
Cierran el alma
con susurros de espacios
siempre perfumados
en expansión
distinta a la del universo,
diferente a la vida.
No sirvió
el rumor de las caracolas
que llevaban el estruendo del mar,
no atinaban a colocarlas en sus oídos,
no percibieron el viento con sus voces.
El agua se escapaba de sus cuerpos.
Muchos no, demasiados no.
Alejados de la luna,
en horizontal o vertical
solo lugares en expansión
ocupados en objetos “como si”
como si no existiera la muerte,
tan solo objetos
que igualan engañosamente

II

¿Cómo puedo escuchar
tus cánticos de palabras verdaderas,
esculpidos con la fuerza del viento
pero atrapados
en alguna caracola sin salida?
¿Cuándo atravesarás
el cielo de la gaviota y el cielo del águila,
para detenerte unos instantes
en los campos del destierro?
¿Es esto una mezcla
de azar y de sentido?
Destellos del tiempo
extraídos de la memoria.
¿Por qué desfalleces ante el poder?
¿Dónde están tus rostros?

III

Y sin embargo…
El sol se entrega con finos hilos
en los bosques de las sombras.
Y sin embargo…
tu olor aumentado en los cuatro ciclos,
presentando regalos
que soplas en tu mano
como aire liberado.
Corrientes amorosas
de intensidades de luz que hacen posible el encuentro.
A veces te detengo
en los rumores de los ríos
comenzando su viaje en las nubes,
o te contengo unos instantes
en algunas palabras de otros.
Te presiento en las risas espontáneas
que explotan así sin más,
te descubro
en el olor a tierra mojada,
y entonces sé
que vienes anunciándote.

IV

Primero trigo multiplicado
en las tierras de miseria
pozos de agua
que arrastren las lágrimas del subsuelo.
Grandes espacios para las mezclas,
sin papeles, sin justificaciones,
cuadernos en blanco
inciando otra escritura.
Nada de juicios absolutorios
tratándose de barbaries,
fábricas de alegría, sonidos luminosos
ira a grandes voces
entrando en los templos bursátiles,
fuera imperios deslumbrantes
con ofertas de seguridad y confort,
vacunas contra el olvido
y mucha poesía.
Sólo entonces
cantaré con la lluvia
y gritaré a tu Universo
“Que así sea”

V

Desde dentro
en hermosos cordones, brotas rebosante
en agua que te circula,
sin exceso de voluntad
sin demasiada potencia,
ausente de rayos que quiebran el cielo,
carente de perfilados edenes,
faltándote callados golpeadores.
Te prefiero así, entre la hierba
meciéndote en las praderas,
en las risas del bosque
y en las semillas de las diosas.
Desposeído del centro,
sin certezas, de vuelta
con ciertas lágrimas,
bañado en alguna soledad
que mire hacia otro.

VI

Has visitado mis ojos
en un campo de trigo,
era una espiga más movida por el aire,
rozaste mis oídos
despertándolos
y pude escuchar el ritmo de mis compañeras,
entregadas hacia el Este.
¿Por qué me visitas?
Por fin me descubres en un campo de trigo,
hasta ahora creía que yo te buscaba,
pero las espadas eran más fuertes
rasgaban el aire y cortaban la yerba
hiriéndome.
Ahora me doy cuenta de tus obstáculos,
necesitado de palabras
que confirmen tu presencia.
También a ti te falta el bullicio del mundo.
¡Que viaje más solitario por el universo!
Incomprensible, inabarcable
por eso miramos hacia el este.

VII

Soy una espiga de trigo
movida por el viento,
una más entre mis compañeras
entregada a las estrellas de la noche,
recibiendo el sol por las mañanas
empapándome por la lluvia
que descargan las nubes,
sujeta a la tierra por las raíces.
No deseo explicar ni comprender,
los momentos no se poseen,
se aceptan, se sienten
nos arrullamos con ellos
con sus melodías.
Son regalos del espacio-tiempo.
No se los puede retener,
solo zambullirse en ellos
en su oleaje, en sus mareas
suspendidos en el sonido de los instrumentos,
tocándolos apenas con los labios
en el centro, en los radios
girando con ellos,
leyendo tus nombres.

SIN INTERVALO

Se suceden los acontecimientos devorados
consumidos,
sin posibilidad de intervalo.
En la ciudad de las consignas,
dramas transformados en mercadurías.
Preparados, listos:
Con un botón, mensaje borrado
con otro, se da paso a los esperpentos idiotizantes.
Solo están ahí,
no nos piden nada
¿Qué quieren? Nos mandan
que les devoremos.
Tan solo cambiarnos de botón.
Consignas de turbios edificios
llevando y trayendo
las certezas de la felicidad sin pausa,
órdenes muy democráticas.
“Tu puedes, tu puedes, tu puedes…”
“No, no puedo ser feliz”.
Alguna esperanza en esta última voz singular,
esta no se borra fácilmente.
Detrás de las consigna, el abismo.
Los mensajes son engullidos
por agujeros negros,
algunos han conseguido ver detrás de la consigna,
y han podido gritar.
Gritan un sudor frío
como de pánico
escuchando letras desordenadas.
“No pulsamos los botones adecuados”
“No podemos formar mensajes, circuitos bloqueados”.
Color negro del azar y del mercado,
símbolos perdidos para siempre
de donde surgen los gritos y el sudor frío.
“Devolvernos los versos,
las letras del Sol y de la Luna.
Y devolvernos a alguien
prometiendo regresar con palabras de intervalo.

ESPECTROS DE CIUDAD

En los primeros mundos
que contienen ciudades de progreso
se tiene conocimiento de espectros que andan por ahí,
padeciendo un hambre torturador,
que les exige no alimentarse,
aún teniendo a su alcance
almacenes sin vacíos,
ocupados por objetos con contornos cerrados
y multitud de frutos,
pero prohibidos para ellos.
Estos espectros nos quieren decir algo.
Sin embargo, hay tanto ruido
que no les escuchamos.
Su voluntad es tremenda
aterradora,
tienen hambre de amor
oculta y escondida.
Viajan entre imágenes bellas
cercanas a la muerte,
vomitan aire.
Existe el hambre
en las ciudades del progreso.

DESEO

El deseo
enferma y cura.
Si te quedas oculto
puedo seguir tus huellas
cuando tropiezo y caigo,
pero si el deseo
me cura
entonces bailo entre la gente.

VISITA

El amado visita su mirada,
estremecido, el cuerpo de la amada
Se deja visitar.
Madreselvas
que preexisten a este momento.
También la luna con su noche
toma su lugar.
Ella zarandea su memoria,
cayendo esparcida por la tierra.
Son estos fragmentos
los que el recoge.
Vivirá en ellos, la visitará de nuevo.

SUSANA

Hay una voz decente,
Definitiva
A veces un poco rota,
Pero grande al fin.
Es la de ella.
Sus ojos, los de él
Captaron la vibración.
Él pintó su voz,
Él lleva el sol del mediodía.
Mirada rotunda,
Amorosa mirada.
Ella habita en sus ojos,
Él va en su voz.

AWEN

De repente el aire
viajando en el viento,
rozando las miradas
meciendo las manos
que amasan el pan de las espigas.





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