WORDS, WORDS, WORDS
Alberto de Frutos Dávalos
TIERRA
Luisa González Mora
SEMILLA
Antes del
tiempo y el espacio, mucho antes del amanecer de las estrellas
Estaba la
semilla, el primer útero de todas las formas posibles.
La materia del
origen, las densas estructuras habitadas y habitables
Los talentos
futuros, el inmenso poder de dar a luz
El amor de un
sueño, tu rostro y el mío, las grandes cordilleras, la serpiente enredada
Arrastrándose
en las raíces del suelo, escuchando las señales de las aguas turbulentas de la
tierra profunda y todos los nombres del universo.
La primera
cueva diminuta, que albergaba el silencio y la oscuridad, la vida y la muerte.
Allí,
engendraste la confianza en el sol y en el rocío de la mañana
Convertidos en
tu iniciación.
Y todo se llenó
del poder de las palabras que dan la vida.
EN LA LUMBRE
En la lumbre,
he conocido tus manos arrugadas
Allí donde
todos los días, los garbanzos bailaban a fuego lento
Barro de mi
barro en la lumbre y tus manos con las mías
De un plato
todos comían. Olía a tomillo y romero
Jaras de la
sierra, eran los inciensos
Ahora te llamo
para viajar de nuevo, regodearme en tus olores, tu pelo blanco y tus mandiles.
Mujer de negro
siempre. Mujer trabajando la labranza, las ropas, los muchos hijos y tu
generosidad infinita.
Sí abuela, eres
la encina milenaria. Sin preguntar, en silencio, sobreviviendo.
Tu casa. Tu
corral. Tu patio empedrado y tus muchas plantas.
Aquel pozo, del
cocedero, donde hacías pan y garbanzos.
Aquel estropajo
y la tierra, con la que arrastrabas la grasa de los trébedes.
Tu adorno, sin
soberbia, protagonista de nada.
Y la lumbre, me
ha visitado en tus sueños.
Quiero saber tu
historia.
CASA
Echo de menos,
caminar por nuestra casa. Echo de menos tus luminarias y tu salvaje vida.
En un cuenco
con migas de pan, quiero que no te mueras
Que en algún
lugar hayas conseguido poner tus huevos y reproducir el milagro.
Te espero en mi
ventana. Tu canto sería, la esperanza, un arca de Noé para salvarnos, si es que
lo merecemos.
La memoria de
árbol, tus anillos de historias. El susurro con otros árboles y sus mensajes
Todos los
árboles.
Esos que
generosamente extienden sus ramas, acogiendo las mil y una formas de vida.
Esos que
limpian el aire.
Quiero caminar
por la nieve blanca y ver a Cernunos, su cornamenta, su reino y su próxima
pasión con la Diosa, en la prometida cita de la rueda del tiempo.
Mientras te vamos
destruyendo.
Necesitamos
volver a la tierra, aunque sea muertos.
La herradura de
mi madre, la lumbre de mi abuela,
el trigo
engordado y el recién nacido en mi pecho.
Que se abran
las montañas, que tu parto se oiga en todo el valle.
Es la tierra,
nuestra casa, quiero caminar con ella y respetarla
FLORES PARA LARA.
Te he visto una
vez, apenas te conozco.
tan solo una
foto, donde mirabas a cámara, sonriente, confiada, rodeada de aparatos.
A mi me basta.
Me basta,
porque los ojos de María, miraban a través de ti y ella hacía de espejo, para
poder mirarte y quererte a miles de kilómetros
Querida
hermana, quisiera contarte que tus flores están con nosotras.
Que eres un
remolino de cosas buenas en el que nos metemos y bailamos contigo.
Desmentimos a
la muerte, en su soberbia.
Mis
antepasadas, me dicen que la muerte no existe, solo la transformación.
Por lo tanto,
te digo sin riesgo a equivocarme, que en tu viaje, viajamos contigo,
que el viento
nos trae tu risa, tus sueños y todos tus afectos,
Con los que
nosotras también nos transformamos.
No temas Lara.
He visto el sol del mediodía, en toda su fuerza
He visto los
campos sembrados donde las varas del futuro pan, son la esperanza y la certeza
de tu existencia.
Todo el
Universo habla de ti.
Tus flores son
las nuestras también.
Perfuman la
vida, que a veces parece que se escapa,
Nos dan los
colores para vivir en ti y en tu memoria.
LA LUNA EN TUS MANOS
La luna en tus
manos
Significa ir a
algún lugar y mostrar el poder
De las risas
anchas y generosas.
En mis manos la
luna
Contraviene las
luces deslumbrantes
Se cuela por
los sutiles espacios de Hécate, la bruja.
La mujer en
luna llena
Es la madre en
plenitud
Que viene de la
doncella
Y camina hacia
la anciana.
Todas nosotras
en luna llena
Viajamos en el
tiempo.
AWEN
De repente el
aire
Viajando en el
viento,
Rozando las
miradas
Meciendo las
manos
Que amasan el
pan de las espigas
TODAS
Busqué a la
sabia y a la necia.
Me encontré con
brujas y reinas.
Allí estaban la
puta y la virgen.
Fértiles y
estériles,
Madres y
amantes
Salieron al
paso.
En todas ellas vivía yo.
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