domingo, 10 de febrero de 2013

Canciones para un entierro... de la sardina ¡faltaría más!

TIENE LA SARDINA
(con la música de la Tarara)
 Tiene la sardina
un vestido blanco
que solo se pone
en el jueves santo
La sardina sí
la sardina no
la sardina madre
que la bailo yo
Tiene la sardina
un ojito malo
que no se lo cura
ningún cirujano
La sardina sí
la sardina no
la sardina madre
que la bailo yo
Tiene la sardina
la colita rota
el cuerpo quebrado
y la raspa roja
La sardina sí
la sardina no
la sardina madre
que la bailo yo
Vamos sardinita
ya llegó el momento
de guardar tú historia
celebrar tú entierro
La sardina sí
la sardina no
la sardina madre
que la bailo yo
 
 
YA SE MURIÓ EL BURRO
Ya se murió el burro
de la tía Vinagre
ya se lo llevó dios
de esta vida miserable
Que tu-ru-ru-ru-rú
Que tu-ru-ru-ru-rú
Que tu-ru-ru-ru-rú
Que la culpa la tienes tú
Llevaba anteojos,
y el pelo rizado
y en las orejas
un lazo encarnado
Que tu-ru-ru-ru-rú
Que tu-ru-ru-ru-rú
Que tu-ru-ru-ru-rú
Que la culpa la tienes tú
 Estiró la pata
arrugó el  hocico
con el rabo tieso
decía: ¡Adiós, Perico!
Que tu-ru-ru-ru-rú
Que tu-ru-ru-ru-rú
Que tu-ru-ru-ru-rú
Que la culpa la tienes tú
Todas las vecinas
fueron al entierro
y la tía María
tocaba el cencerro.
Que tu-ru-ru-ru-rú
Que tu-ru-ru-ru-rú
Que tu-ru-ru-ru-rú
Que la culpa la tienes tú
 
 
SARDINA, SARDINA
(con la música de Marina Marina)
 Sardina, sardina, sardina
muy pronto te vamos a enterrar (bis).
Venimos a enterrar nuestra sardina
la pena nos atenaza el corazón
como si en lugar de una sardina
el muerto hubiera sido un tiburón
 Sardina, sardina, sardina
muy pronto te vamos a enterrar (bis).
 
 
 COPLAS PARA EL ENTIERRO DE UNA SARDINA DE LA VILLA
La sardina se murió
la llevamos a enterrar
no queremos que se entere
la guardia municipal (bis)
Esta es la historia señores
de un pescado singular
que teniendo mal de amores
no lo pudo soportar (bis)
Fue al principio un salmonete
quien la hizo recalar
para más tarde dejarla
a la deriva del mar (bis)
Luego con nueva ilusión
nuevos lances intentó
Boquerones rodaballos
y algún que otro "volador" (bis)
Hasta el día transcendente
del flechazo pasional
no de un sátiro cualquiera
sino de un pulpo muy sensual (bis)
Fue tal su apasionamiento
que en sus patas se arrulló
y el pulpo que era muy pulpo
de un abrazo la asfixió (bis)
La moraleja del cuento
no la vayas a olvidar
los amores son muy grandes
pero los pulpos son más (bis)
La Sardina se murió
la llevamos a enterrar
no queremos que se entere
la guardia municipal
 
 
 

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