Con la vista puesta en la revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, en colaboración con la AV Cuatro Caminos-Tetuán, iniciamos hoy la publicación de una serie de artículos y trabajos sobre la ciudad.
El derecho a la ciudad y la revolución urbana anti-capitalista. Entrevista con David Harvey
Por: Lina Magalhães *
1. ¿Para usted, cuál es el elemento central del concepto Derecho a la
Ciudad?
Harvey: Es el derecho de hacer la ciudad de la manera que
queremos/deseamos. El no tener alrededor de nosotros las fuerzas de la
acumulación del capital y este tipo de ciudad que emerge de una muy poderosa
elite que esencialmente construye la ciudad de acuerdo con sus propios deseos y
el resto tiene que vivir en ella. Entonces el Derecho a la Ciudad es el derecho
de todos debatir el tipo de ciudad de sus sueños.
2. ¿Entonces se puede decir que el Derecho a la Ciudad está
estrictamente vinculado al movimiento anticapitalista?
Harvey: El Derecho a la Ciudad es en sí mismo “anti”, el
apoderamiento de las clases altas y del capital, pero si él es completamente
anti-capitalista es otra cuestión. Existen personas que creen que el capitalismo
puede ser construido a partir de tarifas justas, a través de la justicia. Yo no
creo en eso. Para mí el concepto de Derecho a la Ciudad es inherentemente y
finalmente anti-capitalista, pero esta es mi opinión personal.
3. ¿Por qué es tan importante rescatar hoy en día el concepto de Derecho
a la Ciudad, elaborado en los años 60’ por Henri Lefebvre?
Harvey: Yo creo que una buena idea es que el concepto nunca
desaparezca. Una de las funciones que nosotros los académicos debemos hacer es
preservar buenas formas de conocimientos y yo creo que esta es una buena forma
de conocimiento que merece ser preservada. Lo interesante para mí cuando empecé
a pensar en cómo preservar este concepto fue que esta idea también ya estaba
allá en las calles. Y cuando Lefebvre escribió que el Derecho a la Ciudad era un
tipo de demanda que venía de las calles, yo estaba muy interesado en ver que no
solo en la ciudad de Nueva York, donde hay un movimiento fuerte por el Derecho a
la Ciudad, sino que también en todo el mundo se demanda por el Derecho a la
Ciudad.
Tú lo puedes encontrar en Alemania, en Brasil, Sudáfrica, en todo lugar.
Eso es intuitivo. Yo creo que de la misma manera las personas en un barrio
quieren tener una especie, un sentido de, no exactamente de propiedad del
barrio, sino una especie de contribución, de ser alguien ahí, y hacer algo ahí,
lo mismo pasa en las ciudades. Yo creo que este es un concepto intuitivo que no
desaparece.
4. ¿Cuál es la importancia de este concepto para los movimientos
sociales urbanos actuales? ¿Cuál es la relación entre el concepto de Derecho a
la Ciudad y los movimientos sociales urbanos?
Harvey: Yo siempre argumenté que los movimientos sociales urbanos
son una parte vital de la lucha anticapitalista. Y en el grado que los
movimientos sociales comienzan a pensar no solo en las luchas particulares como
la anti-gentrificación, o luchas en torno a la educación, a la salud, a los
espacios públicos, y etc. El grado en que los movimientos urbanos comienzan a
pensar la ciudad como un todo, me parece que llega a un potencial movimiento que
puede ser una parte vital de cualquier lucha anti-capitalista, y entonces ellos
mismos comienzan a demandar tipos diferentes de ciudades, ciudades no dominadas
por el capital, y tampoco dominadas por la búsqueda de lucros, pero dominadas
por la búsqueda a la creación de un ambiente que sea abierto a actividades
creativas y placenteras.
5. ¿Entonces esta debe ser la estrategia principal de los movimientos
sociales urbanos, es decir, reunirse alrededor del concepto de Derecho a la
Ciudad y no estar separados en demandas individuales?
Harvey: Yo pienso que cuando los movimientos sociales perciban que
ellos mejoran, se profundizan, y se amplían en sus propias causas cuando
despierten a otras causas, es cuando surge la idea de hablar de la ciudad como
un todo. Pero muchos movimientos encuentran difícil hacer eso. Yo estuve muy
cerca de algunos movimientos, y si estas involucrado en un grupo comunitario,
las personas dedican 24 horas por día trabajando en esta cuestión, y ellos
simplemente no tienen tiempo de pensar como expandir ese movimiento. Cuando
hablas con ellos, te dicen “si, es una buena idea, pero no tenemos tiempo para
hacer eso”. Yo pienso que si es difícil. Una cosa que intenté hacer como
académico fue organizar reuniones dentro y fuera de la universidad con
diferentes grupos para que pudiesen dedicar algún tiempo hablando entre ellos.
Algunas veces eso ayuda, otras no. Así son los movimientos sociales.
6. ¿Considerando por ejemplo la experiencia del movimiento de la Reforma
Urbana en Brasil -que en su trayectoria cometió algunos errores y fracasó en
algunos puntos-si usted pudiera aconsejar estos movimientos, que errores pasados
deberían evitar?
Harvey: Es muy difícil no cometer los mismos errores. ¡Yo hago eso
todo el tiempo! Pero si supiéramos claramente, exactamente lo que deberíamos
hacer, entonces sería fácil. El hecho es que actualmente no creo que los
movimientos políticos tengan una buena idea de lo que claramente deben hacer.
Entonces ellos están buscando, intentando eso, intentando aquello, y entonces es
inevitable que no repitan los errores.
La otra cosa respecto a los actuales movimientos sociales es que muchos de
ellos no son muy permanentes, son volátiles, efímeros, movimientos que son
fuertes en un momento específico y en dos, tres años fracasan, dejan de existir.
Y yo pienso que ningún tipo de movimiento social hoy en día posee una
organización sólida y permanente que pueda de hecho militar en un futuro lejano.
Y eso es verdad incluso en movimientos muy fuertes. En Brasil, por ejemplo, el
MST no es tan fuerte hoy como una vez lo fue. Pasó por ciertos cambios, quizás
para mejor, quizás no. Yo pienso que los movimientos sociales tienden a perder
el flujo y mi impresión en muchas partes del mundo hoy en día es que los
movimientos no están tan fuertes, vigorosos como un día lo fueron, quizás en 10
años atrás. La elección de Lula en Brasil cambió el rumbo de algunos movimientos
sociales. Aquí, en Ecuador, pasa lo mismo.
7. Ayer usted dijo que la Revolución Urbana es una cuestión fundamental,
¿Por qué es fundamental? ¿Qué es lo que necesitamos de la Revolución
Urbana?
Harvey: Una de las cosas que Lefebvre señala allá atrás en los años
60’s-70’s en su libro “La Revolución Urbana”, es el proceso global de
urbanización. Y si miras las grandes empresas de la construcción, el diseño de
los bancos aquí en Quito, o en Buenos Aires, o en Berlín, se nota que realmente
se trata de un proceso global de urbanización. Y eso es un proceso
revolucionario. Pero un proceso revolucionario impulsado por el capital. Y si
miras lo que pasó con lugares que, a mí modo de ver, una vez fueron lindos y
atractivos como Barcelona, tú ves que fueron arruinados por este proceso de
urbanización capitalista vigente. Eso es un proceso revolucionario, pero un
proceso revolucionario negativo.
Yo estoy muy interesado en la idea de que si el capital puede tener una
revolución urbana, una revolución urbana global, ¿Por qué no podemos tener una
revolución urbana contraria, una revolución de las personas contra este estilo
de urbanización, que está expulsando a las personas de los lugares valiosos, que
está empujando la gente al entorno ¿Es que ellos no tienen el derecho al
espacio? Ellos tienen que salir de la capital, la tierra debe ser expuesta a los
grandes investimentos, objetivando la máxima rentabilidad. Y con la alta renta
del suelo en las grandes ciudades del mundo hay muchas personas que no
encuentran un lugar para vivir. Eso pasa en Nueva York, São Paulo, Río de
Janeiro, en Quito, en todo lugar. Esa es la naturaleza universal de lo que es la
revolución urbana para el capital. Y esa revolución necesita ser revertida de
alguna manera.
8. Quizás estamos caminando a una Revolución Urbana, a partir de las
grandes movilizaciones que irrumpieron en Brasil en junio, en el mismo momento
también en Estambul. ¿Podríamos decir que estamos construyendo esta consciencia
de una Revolución Urbana anti-capital?
Harvey: Yo creo que es muy importante para la Izquierda darse cuenta de
este proceso, de que estos movimientos urbanos tienen un gran potencial de
Revolución Urbana. Yo pienso que lo que hemos visto en los últimos años es una
revuelta global contra lo que está ocurriendo en las principales las ciudades
del mundo. Y cuanto más la Izquierda vea eso, en lugar de hablar de
“trabajadores del mundo uníos”, sería “ciudadanos urbanos del mundo uníos” en
torno de un concepto diferente de urbanización. Me gustaría que la izquierda
pusiese más atención en estos levantamientos. Por otro lado, lo que vemos son
estas irrupciones y tres años después no hay ni trazo, ya se han ido. Existe ese
problema de continuidad del movimiento anti-capitalista. Pienso que uno de los
males es el producto, la naturaleza del proceso capitalista en el cual estamos.
El capitalismo es creado del mismo modo que su forma de oposición, que es
efímera, incapaz de expresarse en largos plazos.
9. Usted menciona la Izquierda, sin embargo yo siento que estos nuevos
movimientos no están asociados a un partido político, a una ideología política.
Por ejemplo, en Brasil, en las principales capitales del país, vimos un
movimiento autónomo, independiente e incluso que rechaza la asociación a la
izquierda. En Brasil se habla ahora de una crisis de la Izquierda, del propio PT
(Partido de los Trabajadores de Brasil). ¿Usted entonces considera que esta
sería una característica de los nuevos movimientos sociales, de no estar
asociado a ninguna ideología o partido político?
Harvey: Sí. Eso es verdad. En el Occupy y en otros movimientos que
hemos visto, siento que hay cierta frustración con la izquierda tradicional por
no tener una respuesta a varias cuestiones. Con la izquierda tradicional en el
poder, como es el caso del PT en Brasil, existe una sensación de que las
expectativas no fueron cumplidas. Incluso cuando el partido realiza ciertas
políticas de redistribución, la Izquierda en Latinoamérica no desafió los
modelos dominantes de acumulación. Lo que hacen es tratar de orquestar
actividades distributivas. Eso ocurre en Ecuador, ellos dicen intentar salir del
modelo extractivista pero en verdad ellos siguen dependiendo de eso. En Brasil
ocurrió cierta redistribución, pero finalmente no desafió las formas dominantes
de poder. Entonces hay una cierta frustración con la izquierda tradicional, y
creo que las personas ven eso. Esa es la expresión de una profunda frustración
con la izquierda tradicional. Sin embargo empezamos a ver la posibilidad de
construcción de nuevos partidos y un nuevo sistema político que quizás puedan
responder a esto.
10. ¿Entonces estos movimientos no necesitan estar vinculados a ningún
partido político?
Harvey: Es siempre peligrosa la manera en que estos movimientos,
volátiles y efímeros, trabajan, porque están siempre vulnerables a la captación
por líderes carismáticos que les puede llevar a esta o aquella dirección. Lo que
estamos viendo es el surgimiento de estos partidos locos en Europa, donde
líderes carismáticos intentan captar lo que está ocurriendo en las calles.
Entonces debe haber un movimiento hacia una forma más permanente de organización
y una visión más permanente del proyecto político, del proyecto político global
que tiene que ser. Nosotros no vemos esto ahora, pero creo que algo así tiene
que surgir si realmente queremos estar aptos a desafiar el poder globalizado del
sistema capitalista.
*Grupo de investigación de Derecho a la Ciudad, Flacso-Ecuador
FUENTE: Revista Herramienta
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