sábado, 27 de julio de 2019

Homenaje a las 23 personas de Chamartín y Cuatro Caminos asesinadas por el franquismo el 5 de agosto de 1939

    

El 5 de agosto de 1939, trece mujeres, la mayoría menores, fueron ejecutadas ante las tapias del cementerio del Este. Conocidas como las “Trece Rosas” su historia sigue viva hoy en forma de libros, teatro, documentales y cine.

Dos días antes habían sido juzgadas en el tribunal de las Salesas, junto a cuarenta y cinco compañeros más del PCE y de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de intervenir en "actos de sabotaje e intentos de complot". La sentencia fue implacable, siendo condenados a muerte cincuenta y siete de los cincuenta y ocho acusados: “Reunido el Consejo de Guerra Permanente número 9 para ver y fallar la causa número 30.426 que por el procedimiento sumarísimo de urgencia se ha seguido contra los procesados (...) responsables de un delito de adhesión a la rebelión (...) Fallamos que debemos condenar y condenamos a cada uno de los acusados (...) a la pena de muerte”.

Todo comenzó a finales de marzo, tras la entrada de las tropas de Franco en Madrid. Con la mayoría de los dirigentes encarcelados o en el exilio, un grupo de jóvenes, hombres y mujeres, se hizo cargo de la JSU y el partido, con la intención fundamental de ayudar a los camaradas presos y a sus familias y esconder a los perseguidos.

Poco pudieron hacer, salvo la creación de algunos grupos. En mayo de 1939, casi todos los integrantes del Comité Provincial de la JSU y parte de los dirigentes del recién reorganizado PCE en Madrid habían sido ya detenidos, al igual que miles de personas cuyo único delito era ser “rojas”.

Una de las acusaciones que se les imputaron a los jóvenes de la JSU detenidos fue la colocación de unos pasquines en algunas calles madrileñas con anterioridad a la celebración del día del desfile de la Victoria que decía: “Menos Viva Franco y más pan blanco”.

A las cuatro de la madrugada del día cinco de agosto, un camión viejo y destartalado se detenía ante la puerta de la cárcel de Ventas. Poco después salieron las trece jóvenes que desde hacía varias horas permanecían en capilla. Según comentaría María del Pilar Parra, una presa que se encontraba en aquel momento asomada a la ventana: "Pasaban repartidores de leche con sus carros. La Guardia Civil los apartaba. Las presas iban de dos en dos; tres guardias civiles escoltaban a cada pareja. Las presas fueron subidas en grandes camiones. Desde donde yo estaba, en el cuarto piso, no se las podía ver con claridad. Pero parecían tranquilas. Llevaban la cabeza muy levantada". Primero fueron fusilados los hombres y posteriormente las mujeres. Los tiros de gracia de "Las trece Rosas" se oyeron hacia las ocho.

Sobre la mesa del despacho de Carmen Castro, directora de la cárcel de Ventas, quedaron las solicitudes de indulto que cada una de las condenadas había redactado el día 3, al volver de la vista en las Salesas, para pedir clemencia al Caudillo, y que la directora no había querido tramitar. 

En realidad se trataba de un acto de venganza del franquismo por la muerte del oficial de la guardia civil Isaac Gabaldón, su hija y el conductor en las cercanías de Talavera de la Reina, según señalaba el diario ABC en su edición del día 6 de agosto:

"Decisiva e inflexible, la Justicia ha quedado cumplida en sus leyes más elementales con motivo del espantoso crimen que hace muy pocos días costó la vida, por España, al comandante de la Guardia Civil D. Isaac Gabaldón, a su hija, de diecisiete años, y al agente conductor D. José Luis Díez. A las pocas horas del atroz suceso –atroz, además, por las circunstancias en que se produjo- habían sido detenidos, no solamente todos los ejecutores materiales, sino una compacta y considerable banda de inductores, reclutados en los fondos más siniestros del marxismo y de la criminalidad social, alentados desde algunos centros tenebrosos de la revolución comunista. Respecto de esta banda de inductores, quedó cumplida, en la mañana de ayer, la sentencia que dictó el Consejo de guerra correspondiente."

Relacionadas con Chamartín de la Rosa y Cuatro Caminos eran 23 personas, 8 mujeres y 15 hombres, pertenecientes a las JSU y al PCE a las que hoy rendimos homenaje.

ARRANZ MARTÍN, Felipe. Natural de Chamartín de la Rosa (Madrid); vecino de Madrid. Albañil de 20 años. Miembro de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en Chamartín de la Rosa (Madrid). Formaba parte de un grupo que tenía como misión la recogida de armas. Detenido en mayo de 1939 junto a un numeroso grupo de compañeros de la JSU y del PCE, el juicio tuvo lugar el 3 de agosto en las Salesas, siendo condenados a muerte 57 de los 58 procesados por un “delito de adhesión a la rebelión”. Aquel mismo día se celebraba en la Iglesia de Jesús una misa por el eterno descanso del comandante Isaac Gabaldón, su hija y su conductor, asesinados en extrañas circunstancias por el llamado “Grupo de Audaces” de la JSU el 29 de julio en Talavera de la Reina. En represalia por ello, fue fusilado el 5 de agosto de 1939, junto a las “Trece Rosas” y cuarenta y dos compañeros más, en las tapias del cementerio madrileño del Este.


BARROSO GARCÍA, Martina. Natural de Gilbuena (Ávila); vecina de Chamartín de la Rosa (Madrid). Modista de 22 años. En marzo de 1937 entró en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Hasta finales de 1938 estuvo cosiendo en un taller de su organización y posteriormente trabajó en un comedor social hasta el final de la guerra. Integrante de un grupo creado en Chamartín de la Rosa, Madrid, por Julián Muñoz Tarraga, al mando de Sergio Ortiz González, para tomar parte en los trabajos clandestinos de la JSU. Ingresó el 6 de junio de 1939 en la cárcel de Ventas, siendo enviada al departamento habilitado para menores de edad. Era una de las 13 jóvenes, conocidas como "Las Trece Rosas", de un conjunto de 56 personas ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en el cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a la JSU, así como de intervenir en "actos de sabotaje e intentos de complot". Carmen Machado evocaba así el momento en que Martina Barroso, Anita López y Victoria Muñoz volvieron de juicio, ya sentenciadas a muerte: "Ellas fueron a juicio el día tres; cuando vinieron por la noche, era muy tarde, vinieron con pena de muerte, y entonces se vio rápidamente que aquel asunto era muy serio y, además, muy rápido por la forma en que se las había juzgado, sumario de urgencia… Como mi letra era clara, la noche del cuatro estuvimos haciendo instancias, porque todavía el gobierno de Franco en Burgos y aquella mañana del cinco tenían que venir muy temprano familiares de estas chicas para ir a llevarlas rápidamente, solicitando el indulto".

    

BASCUÑANA SÁNCHEZ, Federico. Comunista, natural y vecino de Madrid, con domicilio en una de las primeras casas de la calle Orense (actual distrito de Tetuán). Metalúrgico de 32 años, casado. Miembro de la dirección del sector Norte del Partido Comunista de España (PCE), zona de Cuatro Caminos. Enlace entre las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y el PCE, colaboró con Francisco Sotelo “Cecilio” en la reorganización del PCE en Madrid, junto a Luis Sanabria y Pilar Bueno Ibáñez, una de las “Trece Rosas”, a cuya casa solía ir a comer. Además de Pilar Bueno captó para la organización a varias muchachas de Cuatro Caminos con las que había coincidido durante la guerra, como Dionisia Manzanero, otra de las “Trece Rosas”. A finales de abril, la estructura del PCE aparecía configurada con Francisco Sotelo y Luis Sanabria a la cabeza, Carmen Barrero como responsable femenina y Federico Bascuñana y Pilar Bueno encargados de la organización en Madrid. El primero como enlace con la JSU y la segunda como responsable de crear los radios o sectores. Tras la llegada de Enrique de Castro a Madrid ocupó la secretaría del Comité Provincial. Fue detenido el 15 de mayo de 1939 junto a un numeroso grupo de compañeros de la JSU y del PCE, el juicio tuvo lugar el 3 de agosto en las Salesas, siendo condenados a muerte 57 de los 58 procesados por un “delito de adhesión a la rebelión”. Aquel mismo día se celebraba en la Iglesia de Jesús una misa por el eterno descanso del comandante Isaac Gabaldón, su hija y su conductor, asesinados en extrañas circunstancias por el llamado “Grupo de Audaces” de la JSU el 29 de julio en Talavera de la Reina. En represalia por ello, fue fusilado dos días más tarde, junto a las “Trece Rosas” y cuarenta y dos compañeros más, en las tapias del cementerio del Este, en Madrid.


BUENO IBÁÑEZ, Pilar. Comunista, natural de Sos del Rey Católico (Zaragoza). Tenía veintiséis años, viviendo desde los cuatro en casa de sus tíos, en la calle Príncipe de Vergara (actuales distritos de Salamanca y Chamartín). Modista de profesión, trabajaba en un taller que cosía para gente “bien” por un escaso jornal que la obligaba a prolongar su jornada en casa si quería llegar a fin de mes, ya que la muerte de su tío había convertido su salario en el único ingreso de la familia. Nada más iniciada la guerra, Pilar se ofreció voluntaria para trabajar en una de las numerosas casas-cuna que se abrieron en la ciudad para acoger a los niños huérfanos y atender a los hijos de los milicianos que iban al frente, conservando su carnet del Quinto Regimiento hasta diciembre de 1936. El 25 de noviembre de 1936 ingresó en el PCE. Empezó a llevar las cuentas del Radio Norte, siendo elegida para formarse como dirigente en la Escuela de Cuadros del partido, de donde salió como secretaria de organización del Radio Norte (zona de Cuatro Caminos). Al acabar la guerra entró en contacto con Federico Bascuñana, trabajando con éste en la dirección del sector Norte (zona de Cuatro Caminos). En una reunión celebrada en un descampado, cerca del depósito de aguas del Lozoya, a la que asistió entre otros Enrique Castro, se decidió crear un Comité Provincial, determinándose que el sector Norte, ante la desorganización existente, asumiera sus funciones. Pilar fue nombrada responsable de organización del Comité de Madrid, encargándose de elegir enlaces y dirigentes para los sectores. Una labor complicada por la feroz represión que vivía la ciudad. Su domicilio se convirtió en el centro de reunión de la nueva dirección del partido. Fue detenida el 15 de mayo de 1939 junto a Federico Bascuñana, ingresando en la cárcel de Ventas dos días más tarde. Fue una de las 13 jóvenes, conocidas como "Las Trece Rosas", de un conjunto de 56 personas ejecutadas el 5 de agosto de 1939 frente a la tapia del cementerio del Este, en Madrid.

   

GIL OLALLA, Elena. Natural y vecina de Madrid. Veinte años. Ingresó en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en 1937. Al final de la guerra se encontraba en Murcia, desde donde regresó a Madrid a primeros de abril de 1939. Junto a Victoria Muñoz se integró en un grupo de la JSU madrileña en Chamartín de la Rosa cuyo secretario general era Manuel González Gutiérrez. Ingresó en la cárcel de Ventas el 3 de junio de 1939. A pesar de tener menos de veintiún años no fue destinada al departamento habilitado para menores de edad en la cárcel. Fue una de las 13 jóvenes, conocidas como “Las Trece Rosas”, de un conjunto de 56 personas, ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del Cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en “actos de sabotaje e intentos de complot”.

     
Ray Dil

GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, José “Guerrillero”. Natural y vecino de Madrid donde sus padres regentaban una vaquería en la calle Ríos Rosas (actual distrito de Chamberí). Estudiante de 18 años. Miembro de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) de Madrid. Durante la guerra perteneció a una brigada del XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero republicano en el frente de Guadarrama. Con el fin de conseguir fondos para hacer frente a los diferentes gastos que tenían, la dirección de la JSU planeó la realización de varios atracos, entre ellos al cine Tetuán, en el que intervendrían Sinesio Cavada, José Martín Yuste y José Gutiérrez “Guerrillero”, y el Europa o a la estación de Cuatro Caminos para quedarse con su recaudación. Formó parte de un grupo, dirigido por Silesio Cavada, responsable militar de la JSU madrileña, encargado de la recolección de armas y la constitución de un depósito. Fue una de las 56 personas, entre las que se encontraban "Las Trece Rosas", ejecutadas el 5 de agosto de 1939. Se les acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en "actos de sabotaje e intentos de complot".



HERNÁNDEZ DE LA FUENTE, Isidro. Primo de Luisa Rodríguez de la Fuente, una de “las Trece Rosas”. Secretario del círculo de Vicente Barrios.  Integrante de un grupo de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en Chamartín de la Rosa (Madrid), que tenía como misión la recogida de armas, llegando a guardar en un pozo seis pistolas y algunas bombas. Se les acusó de querer acabar con la vida de Franco sin hacer ningún tipo de especificación. Fue una de las 56 personas, entre las que se encontraban “Las Trece Rosas”, ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del Cementerio madrileño del Este y enterradas en el mismo. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en “actos de sabotaje e intentos de complot”.


LÓPEZ DEL POZO, Antonio. Natural y vecino de Madrid. Camarero de 20 años. Voluntario en el batallón de milicias "Las Águilas" durante la guerra. Afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) desde febrero de 1937. Secretario de Organización del Comité Provincial de las JSU de Madrid, al que Ignacio Gallego, dirigente de la Comisión Ejecutiva de la JSU, antes de exiliarse, dejó encargado la preparación de la organización comunista juvenil. Secretario de Agit-Prop con Severino Rodríguez Preciado. Con José Pena Brea como secretario general de la JSU, se encargó de los servicios especiales, como el contacto con las demás organizaciones antifascistas y la búsqueda de personas que pudieran introducirse en la Falange y favorecer a la JSU o al PCE. Participó en el atraco frustrado a una tienda de comestibles de la calle Dulcinea (actual distrito de Tetuán) con el objetivo de conseguir fondos para la organización. Fue una de las 56 personas, entre las que se encontraban "Las Trece Rosas", ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en "actos de sabotaje e intentos de complot".


LÓPEZ GALLEGO, Ana. Natural de La Carolina (Jaén); vecina de Madrid. Modista de 21 años. Estudió en la Escuela Nacional de Castillejos, en el barrio de Tetuán. Seis años de enseñanza primaria antes de aprender corte y confección. Militante de la JSU, durante la guerra fue secretaria femenina del Radio de Chamartín de la Rosa. En febrero de 1937 conoció a Francisco Agudo, en una de sus visitas al frente para aprovisionar de ropa a los jóvenes que luchaban contra el fascismo. El 1 de abril de 1939, el batallón San Quintín entraba en Madrid por Chamartín y acampaba frente a su casa. Fueron días de miedo y angustia. Sin nada que comer, su padre recogía llantas de coche, y ella y sus hermanos iban al frente a por tablones para hacer leña, o aguardaban largas colas para conseguir una barrita de pan y una sardina del Auxilio Social. Amiga de Martina Barroso salían cada tarde a pasear por el barrio, y fue así como se encontraron con Julián Muñoz Tárrega, al que conocían de la JSU. Entusiasmado, Julián les contó que la JSU volvía a funcionar en el barrio y les pidió que se incorporaran al grupo que dirigía Sergio Ortiz en Chamartín de la Rosa, del que también formarían parte Luisa Rodríguez, Victoria Muñoz y Elena Gil Olaya. El 6 de junio de 1939 ingresó en la cárcel de Ventas. Fue a parar al departamento habilitado para menores de edad, creado a iniciativa de María Sánchez Arbós, presa por aquel entonces. Fue una de las 13 jóvenes, conocidas como "Las Trece Rosas", de un conjunto de 56 personas, ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del Cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en "actos de sabotaje e intentos de complot".

     

LÓPEZ LAFFITE, Joaquina. Natural de Trubia (Asturias), donde estaba destinado su padre, comandante del Ejército; vecina de Madrid. Estudiante de 23 años. La más pequeña de cuatro hermanos huérfanos de padre y madre desde 1931. Se afilió a la JSU en septiembre de 1936, ocupando los puestos de secretaria de cultura del sector Este y ayudante del secretario administrativo del Comité Provincial. El 23 de marzo de 1939, Ignacio Gallego, uno de los dirigentes de la JSU que aún permanecían en Madrid, dejó las riendas de la organización en manos de Severino Rodríguez, siendo nombrada Joaquina responsable de Agitación y Propaganda. Tras la llegada de José Pena a Madrid, en abril de 1939, éste asumirá la dirección, con Joaquina López como secretaria femenina y encargada de los enlaces. Con el objetivo de adquirir fondos para hacer frente a los diferentes gastos que tenían, Severino Rodríguez, Joaquina López, Sinesio Cavada, Rubén Muñoz y Nieves Torres planearon asaltos a varios cines, como el de Tetuán y el Europa o a la estación de Cuatro Caminos para quedarse con la recaudación. El intento que estuvo más preparado fue el atraco a una tienda de combustibles de la calle Dulcinea para apoderarse de la recaudación. Justo en el momento de entrar en el establecimiento reconocieron a varias personas sospechosas, decidiendo no seguir, ante el temor a ser denunciados. Fue detenida el 18 de abril de 1939, junto a sus tres hermanos, su cuñada y una amiga que había ido a verla: Concepción Pérez. Ingresó en la cárcel de Ventas, donde también se encontraban sus hermanas Lola, condenada a veinte años de reclusión, y María a seis. Fue una de las 13 jóvenes, conocidas como "Las Trece Rosas", ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del cementerio madrileño del Este junto a 43 compañeros más del PCE y la JSU. Se la acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en "actos de sabotaje e intentos de complot".

     

MANZANERO SALAS, Dionisia. Comunista, natural y vecina de Madrid. Modista de 20 años. Tercera de los seis hijos de una familia del barrio de Cuatro Caminos (actual distrito de Tetuán). Su padre era militante de la UGT. Durante la guerra, hizo de todo en la retaguardia, desde prestar auxilio a familias necesitadas, o hacer de enfermera en el hospital de las Brigadas Internacionales, a empuñar un rifle en el frente, en el batallón Octubre. Se afilió al PCE en abril de 1938, después de que un obús matara a su hermana Pepita y a otros niños que jugaban en un descampado próximo a su domicilio. Trabajó para el partido como mecanógrafa en el sector de Chamartín de la Rosa. Amiga de Pilar Bueno, al acabar la guerra colaboró con ella, actuando como enlace entre los dirigentes del partido que se quedaron en Madrid. Ingresó en la cárcel madrileña de Ventas el 17 de mayo de 1939. Fue una de las 13 jóvenes, conocidas como "Las Trece Rosas", de un conjunto de 56 personas, ejecutadas el 5 de agosto de 1939. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en "actos de sabotaje e intentos de complot". Según refiere María Manzanero, hermana de Dionisia, cuando llegaron a la cárcel el día 5 a recoger firmas solicitando el aplazamiento de sentencia, les dijeron que ya las habían fusilado. De Ventas se fueron directamente al cementerio: “No había nadie por allí. Los guardias no estaban y entramos al depósito, sin que nadie nos viera. Entonces, ¡Dios mío!, las vimos metidas en las cajas de madera. No me fijé en cuantas eran, sólo buscaba a mi Dioni. Tampoco sé el tiempo que estuvimos allí. Sólo sé que llegó un cura y al vernos llorando y dando gritos, nos obligó a salir”.


 

MARTÍN ACIRÓN, Vicente. Comunista, natural de Villacorza (Guadalajara); vecino de Chamartín de la Rosa (Madrid). Constructor de mosaicos de 29 años. integrante de la organización clandestina del PCE madrileño. Detenido en mayo de 1939. Fue una de las 56 personas, entre las que se encontraban "Las Trece Rosas", ejecutadas el 5 de agosto de 1939 frente a las tapias del cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en "actos de sabotaje e intentos de complot".



MARTÍNEZ PÉREZ, Julio. Nació en Santa Fe (Argentina) el 21 de julio de 1920. Pintor decorador, realizó algunos pasquines de propaganda. Ingresó en el cuerpo de carabineros al poco de estallar la guerra. Luchó en varios frentes, entre ellos el de Brunete. En 1939, tras contactar con Rafael Muñoz Coutado "Falín" se incorporó a un grupo de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en Chamartín de la Rosa (Madrid) encargado de la recogida de armas,  llegando a guardar en un pozo seis pistolas y algunas bombas. Días más tarde, Joaquín Ferreira, un antiguo compañero carabinero, le ofreció un fusil para la organización. Lo que Julio Martínez no sabía es que Joaquín era uno de los muchos policías que en aquellos días se hacían pasar por “rojos” para localizar y detener a los comunistas que quedasen libres en Madrid. Julio Martínez mordió el anzuelo y se convirtió, sin saberlo, en uno de los hilos que iba a llevar a la madeja de la JSU. Detenido en mayo de 1939, acusado de querer acabar con la vida de Franco sin hacer ningún tipo de especificación. Condenado a muerte en consejo de guerra celebrado el 3 de agosto, fue una de las 56 personas, entre las que se encontraban “Las Trece Rosas”, ejecutadas el 5 de agosto de 1939 frente a las tapias del cementerio madrileño del Este. Se les imputaba el intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en “actos de sabotaje e intentos de complot”.


MUÑOZ ARCONADA, Ruben. Natural de Astudillo (Palencia); vecino de Madrid. Empleado de 23 años. Hasta el 5 de abril de 1939 estuvo internado en el campo de concentración de Chinchón. Su hermano, Felipe, había sido el primer líder de la JSU en Madrid tras la unificación de las juventudes socialistas y comunistas. Veintitrés años. Secretario de organización del Comité Provincial de la JSU madrileña, con Severino Rodríguez, tras el nombramiento de José Pena como nuevo secretario general de la JSU pasó a desempeñar el cargo de secretario de agitación y propaganda, para lo que contaba con tres multicopistas, una de ellas en su casa. Participó en al asalto frustrado al dueño de una tienda de comestibles en la calle Dulcinea (actual distrito de Tetuán), organizado para conseguir fondos para la organización. Rubén se quedó fuera vigilando. Dadas las dificultades para desarrollar su trabajo como responsable de agitación y propaganda, se encargó de la organización del sector Norte, eligiendo a Faustino Jiménez como secretario general del mismo. El 12 de mayo de 1939 fue detenido, junto a la mayor parte de los miembros de la JSU en Madrid. Condenado a muerte en consejo de guerra celebrado en Madrid el 3 de agosto, fue una de las 56 personas, entre las que se encontraban “Las Trece Rosas”, ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en “actos de sabotaje e intentos de complot”.


MUÑOZ COUTADO, Rafael. Natural y vecino de Chamartín de la Rosa (Madrid). Fumista de 22 años. Durante la guerra luchó en la sierra, en el batallón Capitán Condes, perdiendo la pierna izquierda, siendo posteriormente elegido concejal del Ayuntamiento de Chamartín de la Rosa en representación de los jóvenes comunistas. Incorporado por Gregorio Muñoz y José Bustillo, formó parte de un grupo de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en Chamartín de la Rosa (Madrid) que tenía como misión la recogida de armas, llegando a guardar en un pozo seis pistolas y algunas bombas. Se les acusó de querer acabar con la vida de Franco sin hacer ningún tipo de especificación. Detenido en mayo de 1939, junto a numerosos miembros de la JSU madrileña. Condenado a muerte en consejo de guerra celebrado en Madrid el 3 de agosto, fue una de las 56 personas, entre las que se encontraban “Las Trece Rosas”, ejecutadas el 5 de agosto de 1939 frente a las tapias del cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en “actos de sabotaje e intentos de complot”.


MUÑOZ GARCÍA, Victoria. Natural y vecina de Madrid. En 1936 se incorporó a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Al acabar la guerra su amigo Julián Muñoz Tárrega la incorporó al grupo que dirigía Sergio Ortiz en el sector de Chamartín de la Rosa, del que también formaron parte Ana López, Elena Gil, Luisa Rodríguez y Martina Barroso. Victoria era la hermana de Gregorio Muñoz "Goyo", responsable “militar” del sector, y no costó mucho convencerla. Tenía dieciocho años al ingresar en la cárcel de Ventas el 6 de junio de 1939. Su hermano Juan había muerto en comisaría a consecuencia de las palizas recibidas y su otro hermano, Gregorio, había sido fusilado el 18 de mayo. Fue una de las 13 jóvenes, conocidas como “Las Trece Rosas”, de un conjunto de 56 personas, ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en “actos de sabotaje e intentos de complot”. Su hermano mayor, Juan, había muerto días antes como consecuencia de las torturas sufridas en comisaría.


NIETO VAQUERIZO, Francisco. Natural y vecino de Madrid, con domicilio en la calle de los Artistas (actual distrito de Tetuán). Ebanista de 21 años. Formó parte de un grupo de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en el sector norte de Madrid, encargado de recorrer los frentes de guerra y recuperar el material bélico abandonado. Detenido en mayo de 1939, fue condenado a muerte en consejo de guerra celebrado en Madrid el 3 de agosto. Es una de las 56 personas, entre las que se encontraban “Las Trece Rosas”, ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en “actos de sabotaje e intentos de complot”.


NOGUEIRA MARTÍN, Gil. Natural y vecino de Chamartín de la Rosa (Madrid), con domicilio en la calle Matadero (actual distrito de Tetuán). Aprendiz de tornero de 18 años. Formó parte de un grupo de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en el sector de Chamartín de la Rosa, Madrid, que tenía como misión la recogida de armas, llegando a guardar en un pozo seis pistolas y algunas bombas. Detenido en mayo de 1939, fue condenado en consejo de guerra celebrado en Madrid el 3 de agosto. Fue una de las 56 personas, entre las que se encontraban “Las Trece Rosas”, ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en “actos de sabotaje e intentos de complot”.


PRIETO MARTÍN, Román. Natural de San Miguel de Corneja (Ávila); vecino de Chamartín de la Rosa (Madrid). Mecánico de 29 años. Miembro de un grupo de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) del sector de Chamartín de la Rosa (Madrid), encargado de la recogida de armas, llegando a guardar en un pozo seis pistolas y algunas bombas. Se les acusó de querer acabar con la vida de Franco sin hacer ningún tipo de especificación. Condenado a muerte en consejo de guerra celebrado en Madrid el 3 de agosto, fue una de las 56 personas, entre las que se encontraban “Las Trece Rosas”, ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del Cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en “actos de sabotaje e intentos de complot”.


RODRÍGUEZ DE LA FUENTE, Luisa. Comunista, natural y vecina de Chamartín de la Rosa (Madrid). Modista de 18 años. Ingresó en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) al declararse la guerra, colaborando en trabajos de retaguardia. Al acabar la guerra se encontró un día con Julián Muñoz mientras paseaba por la que había sido Avenida de la Libertad, en el barrio de Tetuán, junto a su amiga Antonia Torres. Julián les informó que la JSU se había vuelto a organizar, animándoles a unirse al grupo dirigido por Sergio Ortiz en Chamartín de la Rosa, del que también formaría parte Ana López, Victoria Muñoz, Elena Gil, y Martina Barroso. Fue detenida el 28 de abril de 1939, denunciada por el agente de Policía Manuel Fernández, que conocía de su filiación comunista durante la guerra. Según sus declaraciones, Julián le habría ofrecido el cargo de jefe de un grupo del sector de Chamartín de la Rosa, para el que tenía que buscar a cinco jóvenes dispuestos a formar parte de él. Cuando fue detenida tan sólo había tenido tiempo de convencer a su primo Isidro Hernández de la Fuente, secretario del Círculo de Vicente Barrios. Ingresó en la cárcel de Ventas en mayo de 1939. Fue una de las 13 jóvenes, conocidas como "Las Trece Rosas", de un conjunto de 56 personas ejecutadas el 5 de agosto de 1939  en el cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en "actos de sabotaje e intentos de complot".


RODRÍGUEZ PRECIADOS, Severino “Gordito”. Comunista, natural de Almagro (Ciudad Real). Vaciador de 19 años. La guerra le llevó a Madrid. Pocos días antes de su final fue no mbrado máximo responsable de la JSU en la capital. Al finalizar la guerra, la primera decisión que tomó fue intentar contactar con los amigos y compañeros que aún conservaban la vida y no habían sido hechos prisioneros. La estación de metro de Goya, el bar Chumbica, junto a la de Cuatro Caminos, y la Mallorquina, en la Puerta del Sol, eran zonas habituales de encuentro. Un piso en la calle Coloreros y otro en la de Dulcinea pasaron a ser lugares de reunión. Intentó contactar con el PCE a través de Juan Canepa pero no le encontró, consiguiéndolo finalmente a través de Federico Bascuñana. Miembro del Comité Central del PCE, dirigido por Enrique Castro, en representación de la JSU. Tras la llegada de José Pena a Madrid, Severino le propuso como nuevo Secretario de la JSU, pasando a desempeñar el cargo de secretario de organización. Para la adquisición de recursos económicos se planearon diversos atracos, si bien no se llevó a cabo ninguno, al ser detenido el 13 de mayo, junto a la mayoría de los integrantes del Comité Provincial de la JSU y parte de los dirigentes del PC en Madrid. Severino se ofreció a ayudar a la captura de sus camaradas por encontrarse desengañado de los que habían sido sus compañeros. Condenado a muerte en consejo de guerra celebrado en Madrid el 3 de agosto, fue una de las 56 personas, entre las que se encontraban "Las Trece Rosas", ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en "actos de sabotaje e intentos de complot”.

SANABRIA MUÑOZ, José Luis. Natural y vecino de Madrid. Dorador de 32 años. Afiliado al Partido Comunista de España (PCE), al estallar la guerra fue uno de los pocos que no se movió de Madrid. Trabajó como mecanógrafo en la Comisión de Agitación y Propaganda del sector Norte. Tras la ocupación de Madrid por los franquistas, colaboró con Francisco Sotelo Luna en la reorganización del PCE en Madrid, junto a Federico Bascuñana y Pilar Bueno, una de las “Trece Rosas”, a cuya casa solía ir a comer. A finales de abril, la estructura del PCE aparecía configurada con Francisco Sotelo y Luis Sanabria a la cabeza, Carmen Barrero como responsable femenina y Federico Bascuñana y Pilar Bueno encargados de la organización en Madrid. Miembro de la dirección del PCE en Madrid, junto a Enrique Castro y Carmen Barrero. Detenido en mayo de 1939, fue condenado a muerte en consejo de guerra celebrado en Madrid el 3 de agosto. Es una de las 56 personas, entre las que se encontraban “Las Trece Rosas”, ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del Cementerio del Este, en Madrid. Se las acusaba de intentar reconstruir a las JSU, así como de  intervenir en “actos de sabotaje e intentos de complot”.


SOTELO LUNA, Francisco. Comunista, natural de Sevilla, donde se afilió al PCE en 1933. Camarero de 40 años. Al estallar la guerra huyó oculto en el buque carbonero Luis Adaro, que le llevó a Asturias, marchando más tarde a Francia. Regresó a España, primero a Barcelona y en septiembre de 1936 a Madrid, donde se enroló en el batallón “Voluntarios Andaluces”, con el que luchó en el frente hasta abril de 1937. De vuelta a Madrid trabajó como ordenanza en la sede de Comité Central del PCE, en la calle Serrano 6. Al final de la guerra su quinta fue movilizada, volviendo al frente. La derrota le llevó a Alicante con la intención embarcarse, quedando como tantos otros atrapado. Preso en el campo de concentración de Albatera (actual municipio de San Isidro, Alicante), fue encargado por Jesús Larrañaga y Casto García Rozas, máximos dirigentes del partido en el mismo, de escapar y dirigirse a Madrid para hacerse cargo del mismo tras la detención de Matilde Landa. El primer contacto en la capital fue Luis Sanabria Muñoz quien mantenía relación con el grupo de Cuatro Caminos que se habían salvado de las detenciones practicadas por la policía tras la caída de Matilde Landa. El más destacado era Federico Bascuñana, quien actuaba como enlace con los jóvenes de la JSU. Dado que carecía de una vivienda fija, se alojó en casa de Pilar Bueno, una de las Trece Rosas, donde también acudían a comer Luis Sanabria y Federico Bascuñana. En uno de los paseos se encontró con Carmen Barrero Aguado “Marina”, otra de las Trece Rosas a la que había conocido en Valencia, incorporándola a la organización como responsable femenina. La estructura organizativa del PCE quedaba configurada a finales de 1939 con Francisco Sotelo y Luis Sanabria a la cabeza, Carmen Barrero como responsable femenina y a Federico Bascuñana y Pilar Bueno encargados de la organización en Madrid. Fue detenido el 15 mayo de 1939, junto a la mayoría del Comité Provincial de la JSU y parte de los dirigentes de PCE madrileño. Condenado a muerte en consejo de guerra celebrado en Madrid el 3 de agosto, fue una de las 56 personas, entre las que se encontraban Las Trece Rosas, ejecutadas el 5 de agosto de 1939 en las tapias del Cementerio del Este, en Madrid. Se les acusaba de intentar reconstruir a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), así como de  intervenir en "actos de sabotaje e intentos de complot".




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