ENCINA
Quercus ilex
Según señala Antonio
López: “ El nombre castellano procede del adjetivo latino “ilicina”, derivado
de “ilex”. Existen diversas versiones en cuanto al origen del vocablo
“quercus”. Parece ser que fue con el que Teofrasto confirmó el que ya habían
dado Homero, Aristófanes, Virgilio, etc., que provenía del griego “kerkaleos”
(duro, áspero). También se dice que proviene del latín “querquerea” (gravedad,
pesade), aludiendo al gran peso que tiene su madera. Lo más extendido es que se
deriva de las lenguas celtas “quercuez”, que significa árbol hermoso. El nombre
específico “ilex” era el nombre con que los griegos conocían a este árbol.”
Es un árbol corpulento que
puede alcanzar los 25 m. de altura. En estado salvaje, es de copa ovalada al
principio y después se va ensanchando hasta quedar finalmente con forma
redondeado-aplastada. De joven suele formar matas arbustivas que se podrían
confundir con la coscoja (Quercus coccifera) y, en ocasiones, se queda en ese
estado de arbusto por las condiciones climáticas o edáficas del lugar.
Las hojas son perennes y
permanecen en el árbol entre dos y cuatro años. Color verde oscuro por el haz,
y más claro y tomentosas por el envés, las hojas están provistas de fuertes
espinas en su contorno cuando la planta es joven y en las ramas más bajas
cuando es adulta, careciendo de ellas las hojas de las ramas altas. Por eso,
cuando es arbusto, recuerda a veces al acebo. El envés está cubierto de una
borra grisácea que se desprende al frotarlas Estas hojas, muy duras y
coriáceas, evitan la excesiva transpiración de la planta, lo que le permite
vivir en lugares secos y con gran exposición al sol, como la ribera
mediterránea.[1]
[1] LÓPEZ
LILLO, Antonio: Árboles de Madrid. Coedición Consejería de Medio Ambiente
de la Comunidad de Madrid y Ediciones Mundi-Prensa, Madrid, 2000, págs. 120-121;
WIKIPEDIA: Quercus ilex [online]
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