Arboles de Tetuán

 


Es pronunciar, los árboles, en un todo e invocarlos como solo las brujas saben hacerlo y viajamos al corazón de las historias, de las múltiples historias que estos seres habitados de agua y sol guardan en sus raíces, sus ramas y todo el equipaje que con ellos va. Conocemos árboles que son ancestros de otros que crecen a su alrededor. Podríamos hablar de Yggdrasil, un hermoso fresno que en la mitología nórdica, es el árbol de la vida y mantiene unidos los diferentes mundos. O del roble, árbol sagrado de los celtas y las leyendas que nos cuentan. Como los druidas se acercaban a cortar con una hoz de oro, el muérdago que crece en sus ramas. Parece que su nombre deriva del gaélico Druir y de ahí viene la palabra druida. El baobab africano, que viene a significar “padre de muchas semillas”, esos gigantes que crecen y crecen. No podemos dejar de nombrar, a los señores de los bosques, los basajaun. Son en la mitología vasca, los guardianes de los mismos, que sin duda volverán. Encinas, castaños, abedules…Todos murmuran y gritan en el río de la vida y más que nunca: ¡Cuidarnos!

Mientras tanto viajamos a nuestro barrio Tetuán y aseguramos que hay grandes árboles que descubrir. Decimos grandes, no porque sean gigantescos, sino porque son imprescindibles para la vida en el barrio, en la ciudad. Madrid, decíamos en un artículo anterior, está siendo vendida a precio de saldo. Cemento y más cemento. Operaciones urbanísticas, formando parte del tráfico del suelo, masacran cada brizna verde que crece en nuestros territorios. Expulsando y extendiendo su basura y contaminación por una tierra que un día estuvo poblada por almendros, higueras, fresnos y moreras. Así era de verde el Paseo de la Dirección. “Verde que te quiero verde”, decía el poeta. Aún así, y a pesar de, en Tetuán hay unos árboles maravillosos, que nos invitan a mirarlos cuando la aurora nos saluda y el rocío de la mañana nos visita nuevamente, o con la luz del atardecer o en la hora del medio día, en el tiempo del sol en su plenitud. Tenemos una hermosa y valiente morera. No se ha visto mejor bandera que sentarnos bajo sus nudosas ramas. Con cierta frecuencia vamos a visitarla y a limpiarla de la asquerosa basura allí depositada. Se alza sola en una loma y es una reina. Ha dejado también, como madre de semillas que es, su rastro por los alrededores.

Hay otro gigante, hermoso y denostado por ser según dicen especie invasora.  Es el ailanto de la plaza conocida popularmente, como la Plaza de Las Lunas. Es otro árbol que nos acompaña en nuestras reivindicaciones. Un amigo que fue talado impunemente este verano, un amigo majestuoso, imponente de sombra en el caluroso verano.

 Por todas estas razones o como excusa de todas ellas, queremos hablaros de Tetuán 50, una laboriosa y metódica guía de árboles de Tetuán. De una forma ágil y sencilla, la guía también nos convoca a conocer y nombrar a nuestros árboles. Decimos nuestros, no en un sentido de propiedad, sino de vecindad, de amistad. Árboles que nos acompañan y ayudan a limpiar el aire de esta ciudad tan sucia. Es pasear entre ellos y sentir su cobijo, su particular manera de decirnos: Aquí estamos. ¿Nos escucháis? ¿Nos veis? A través de esta guía, se vuelve a contemplar los árboles de otra manera. Descubrimos diferentes tipos de álamos, cedros, arces, robles, los madroños. Unas fantásticas fotos acompañan cada ejemplar de árbol. La memoria también se hace presente con dos olivos, trasplantados del Paseo de la Dirección al parque Rodríguez Sahagún, que los vecinos y vecinas, logramos salvar de la destrucción.

En estos tiempos oscuros y de pandemia, los árboles nos pueden contar muchas cosas si abrimos los ojos con el corazón y los oídos para escucharlos. 

Nos está preocupando muy mucho, el estado de los árboles y la vegetación en general, tras la borrasca Filomena. Como en otras partes de nuestra ciudad, la destrucción ha sido grande, en un espacio que ya de por sí, está muy descuidado y abandonado. Construyen y construyen sin miramiento.

Necesitamos la brisa que mueve vuestras hojas

la luz y la sombra en la que bailáis

las raíces para viajar por la memoria del tiempo

Pero necesitamos sobre todo aprender de vuestra infinita generosidad

¡Vivan los árboles de Tetuán!

Que así sea.

Marian Giménez

Antonio Ortiz



Abedul 
Betula alba


Acacia de Constantinopla. 
Albizia julibrissin


Acacia de tres espinas
Gleditsia triacanthos


Acebo
Ilex aquifolium



Adelfa
Nerium oleander


Ailanto
Ailanthus altissima


Álamo blanco
Populus alba


Álamo temblón
Populus tremula


Alcornoque
Quercus suber


Aligustre de Japón
Ligustrum japonicum



Almendro
Prunus dulcis


Almez
Celtis australis


Árbol de hierro
Parrotia pérsica


Árbol de Júpiter
Lagerstroemia indica


Árbol de los farolitos
Koelreuteria paniculata


Árbol del amor
Cercis siliquastrum 


Árbol del paraiso
Elaeagnus angustifoli


Arce
Acer pseudoplatanus


Arce de Freeman
Acer x freemanii


Arce de Montpellier
Acer monspessulanum


Arce negundo
Acer negundo


Bambú fargesia
Fargesia murielae


Calocedro
Calocedrus decurrens


Camelia
Camellia japónica


Carpe
Carpinus betulus


Castaño de Indias
Aesculus hippocastanum


Catalpa común
Catalpa bignonioides


Cedro del Atlas
Cedrus atlántica


Cedro del Himalaya
Cedrus deodara


Cedro del Líbano
Cedrus libani


Cerezo japonés
Prunus serrulata 


Chopo negro
Populus nigra


Cinamomo o Melia
Melia azedarach


Ciprés común
Cupressus sempervirens


Ciprés de Arizona
Cupressus arizonica


Ciprés de Leyland
Cupressocyparis leylandii


Ciprés de Monterrey
Cupressus lambertiana


Ciruelo chino o japonés
Prunus salicina


Ciruelo de Pissard
Prunus cerasifera “atropurpurea”


Cotoneaster tardío
Cotoneaster lacteus (Agustín)


Durillo 
Viburnum tinus


Encina
Quercus ilex


Espino de fuego o piracanta
Pyracantha coccinea


Eucalipto
Eucalyptus globulus


Falso ciprés blanco
Chamaecyparis thyoides


Fotinia
Photinia serrulata


Fresno de la tierra
Fraxinus angustifolia


Gingo
Ginkgo biloba


Higuera
Ficus carica


Laurel
Laurus nobilis


Laurel cerezo
Prunus laurocerasus


Liquidambar
Liquidambar styraciflua


Madroño
Arbutus unedo


Magnolio
Magnolia grandiflora


Mandarino
Citrus reticulata


Manzano silvestre japonés
Malus floribunda



Mimosa plateada
Acacia dealbata


Morera
Morus alba


Morera llorona
Morus alba 'Pendula'


Níspero japonés
Eriobotrya japónica.


Olivo
Olea europea


Olmo de Siberia
Ulmus pumila



Palmera canaria
Phoenix canariensis


Palmito
Chamaerops humilis


Peral de flor
Pyrus calleryana



Pino carrasco
Pinus halepensis


Pino insigne
Pinus radiata


Pino piñonero
Pinus pinea


Pitósporo
Pittosporum tobira


Plátano de sombra
Platanus x hybrida


RETAMA AMARILLA
Retama sphaerocarpa



Robinia o falsa acacia
Robinia pseudoacacia


Roble común
Quercus robur


Sabina rastrera
Juniperus sabina


Sauce llórón
Salix babylonica


Sófora o acacia de Japón
Sophora japónica


Taray
Tamarix ramossima


Tejo
Taxus baccata


Tilo común o de hojas grandes
Tilia platyphyllos


Tilo silvestre
Tilia cordata


Tuya del Canadá u occidental
Thuja occidentalis


Tuya gigante
Thuja plicata


Yuca pie de elefante
Yucca elephantipes










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